Argentina y el anarco-capitalismo: desafíos antárticos para Chile…

Argentina y el anarco-capitalismo: desafíos antárticos para Chile…

(*) por José Orellana

Columna publicada en Página 19

Argentina sorprendió otra vez. En primer lugar, instaló a Javier Milei como su abanderado en las PASO como ganador de la mismas, posteriormente, puso a Massa como triunfador de la Primera Vuelta Presidencial en una impensada remontada y, ahora, en el balotaje, escoge al anarco-capitalista casi con 10 puntos de diferencia respecto de Massa… ¿Qué pasó?

Quien suscribe esta opinión indicó que la mezcla entre una cultura política peronista en sus diversas versiones, traducida en la importancia del aparato estatal asociado a derechos sociales adquiridos, organización político-territorial interna federal, municipal y congresal entre otras, serían más fuertes que la crisis económica inflacionaria en la que se encuentra Argentina, donde el anarco-capitalista Milei, con asertiva claridad, empatizó con las precariedades de las argentinas y los argentinos, haciéndolo subir como espuma en los sondeos de opinión, sin estructura partidaria territorial desplegada, sin trayectoria real en el ejercicio de la política pública y en el último trazo de competencia (periodo de balotaje), igualmente, echando mano a la CASTA proveniente de las derechas, siendo Mauricio Macri el máximo exponente. El Presidente, indica Milei.

Finalmente, el alineamiento entre calidad de vida precaria, explicada por el tema económico, temas de corrupción e inseguridad y las redes sociales en toda su potencialidad (rabia, hastío, entre otros), surtieron los efectos por sobre las clásicas interpretaciones del cómo entender el ejercicio de la política práctica. Si bien, es parte del ABC político, que disponerse en el ejercicio gubernamental es diferente a las promesas de campaña y de programas electorales (con guitarra, la cosa es distinta), quedó, igualmente, prisionero de sus afirmaciones y expectativas levantadas en un importante electorado. Dio cuenta de ello, en su discurso de triunfo, indicando que los cambios prioritarios deben realizarse sin gradualidad (aunque, igualmente deberá matizar algunas cosas)[i].

Y Chile, ¿cómo queda con el presidente recién electo? La política exterior y comercial ha sido una constante positiva entre ambos estados. Desde la recuperación de la democracia hasta estos días, sólo ha sabido de cercanías (la mayoría), colocando la relación binacional como una de las mejores al interior de la región sudamericana. Desde esa perspectiva, sin perjuicio del pragmatismo macrista, quedará ver cómo las definiciones programáticas del movimiento “La Libertad Avanza” que sostuvo y sostiene a Milei, se traducirán concretamente en esta relación binacional, más allá, de ser Gabriel Boric, un mandatario ‘zurdo’ en el lado chileno.

En su programa de gobierno se lee (con 13 páginas), en su acápite Seguridad Nacional y Judicial algunas definiciones, que por lo menos deberían llamar la atención a este lado de la cordillera, entre ellas:  20- Establecer procedimientos para alcanzar un mayor control de los espacios marítimos bajo jurisdicción nacional y lograr una estricta protección de nuestros recursos pesqueros a través de la prefectura naval en su carácter de autoridad marítima nacional; 22- Optimizar el funcionamiento de pasos fronterizos; 24- Replantear la política de defensa nacional para coordinar con la política exterior, especialmente en nuestra plataforma submarina exigiendo una reestructuración de las fuerzas armadas que demande redefinir su misión y despliegue territorial; 25- Promover una doctrina de Seguridad Nacional y sus estrategias; 27- Promover una Ley de Seguridad Nacional acorde a las clásicas y las nuevas amenazas, riesgos o conflictos a la Nación a la cual incluye el marco normativo ¨ut supra¨; 29- Promover la reafirmación soberana nacional en todas las áreas geográficas donde se viera amenazada o peligre la supervivencia del Estado garantizando y manteniendo la seguridad territorial y estilos tradicionales de vida, las instituciones del sistema representativo, republicano y federal que establece la Constitución Nacional[ii].

Como éstas, otras, que se encuentran en definiciones económicas, políticas y sociales. Argentina y Chile, vienen construyendo una relación binacional virtuosa con la implementación de Medidas de Confianza Mutua permanentes, donde la cooperación ha sido complejizada positivamente año a año, pudiéndose perfilar, inclusive mayores grados de integración. Quedará ver cómo la acción del gobierno nuevo trasandino, alineada con su programa gubernamental, más las políticas de estados que cultivan en materias de exteriores ambos países, siguen en ese horizonte, para acometer desafíos diversos y conjuntos, entre ellos, los antárticos, los cuales se encuentran día a día ‘tensionados-demandados’ desde un Norte Global poderoso (EE. UU., Europa, China, otros) respecto de la cercanía de un sur global, donde pertenecen Argentina y Chile, que, de avanzar cooperativamente, existirán mejores oportunidades para relacionarse en este escenario de negociación antártica futura (y presente), teniendo como marco referencial el Tratado Antártico.

 

 

(*)José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano.

 

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