“Si trabajamos con un artista ojalá sea en una relación de ayuda mutua”: Productor Jorge B. Esteban dicta clase magistral en la Universidad
El ingeniero de grabación Jorge B. Esteban visitó la en Facultad de Artes UAcademia para dictar la masterclass “La producción musical, experiencias, recursos y fundamentos”. El encuentro incluyó un diálogo con estudiantes de la carrera de Composición Musical donde el productor revisó los fundamentos teóricos, las capacidades técnicas y las necesidades actuales de la disciplina a través de un repaso por las enseñanzas obtenidas en la grabación de discos de Jorge González, Los Tres, Fiskales Ad Hok, Ramones, Afrika Bambaataa y Swans.
Esteban viajó a Nueva York en 1982 para estudiar tecnología de grabación multipista en el Institute of Audio Research e inició su carrera en Intergalactic Recording Studios de esa misma ciudad. Posteriormente se convirtió en ingeniero freelance y su participación en distintos discos lo llevó a trabajar en importantes estudios como Electric Ladyland y Atlantic Records Studios. En 1988 regresó a Chile para integrarse a Filmocentro Sonido.
“La producción musical es un proceso asociado a la industria discográfica, pero se puede extender al cine, videos, podcast, publicidad teatro y otros. Aunque los parámetros que se manejan en esas esferas son similares, vamos a revisar la producción de álbumes, aunque hay producción musical en cualquier ámbito donde se necesita un fonograma de música grabada. La función general del productor se puede describir como la supervisión y ejecución de los procesos necesarios para obtener un producto cuyo contenido es musical” explicó el ingeniero.
“Al final del día como productores se nos da una responsabilidad ejecutiva y artística. Artística por cuanto debemos tener la empatía, la sensibilidad y la facultad de sacar lo mejor del artista y que nos tenga confianza, que haya una complicidad similar a la que tiene el escritor que antes de publicar su novela que se la pasa al editor. Esta no es solamente es una sociedad comercial, sino la de ser la primera persona que revisa la obra y entrega una impresión inicial”, detalló en la actividad que forma parte del ciclo de charlas “Territorio Laboral”.
A su juicio la relación de complicidad con el artista requiere una confianza que se debe ganar, lo que permite una relación más fluida entre ambas partes. Esto se contrapone con el modelo que imperaba en la industria discográfica hasta el 2005 donde el productor asumía entre sus roles la función de velar por la manufactura de un producto físico con un sonido rentable que fuera apoyado por una imagen vendedora y la programación radial de los sencillos asociados a la placa.
Para ilustrar el punto Esteban examinó el proceso tras la grabación del primer disco solista de Jorge González. “Si uno lo escucha tiene poco de lo que era Jorge y de hecho en la práctica él dijo que en un punto dejó de ir al estudio, entregó los demos y después fue a poner la voz. Entonces los arreglos de la obra son lo que los productores pensaban que la compañía necesitaba para convertirlo en un artista como en ese tiempo era Ricky Martin, algo muy popero que Jorge no era. En ese caso hubo una función casi antagónica entre el artista, el productor y la compañía discográfica. Si trabajamos con un artista ojalá sea en una relación de ayuda mutua”.
La sesión también incluyó un intercambio de miradas respecto las ventajas y riesgos que plantea el uso de la Inteligencia Artificial en la disciplina. Al realizar un ejercicio de asociación donde los/as asistentes respondieron a la mención de la IA con términos como “herramienta”, “revolución” y “futuro” Esteban recordó la etimología de la palabra “artificial”. “Si uno busca la definición nos aparece artificioso, falso, postizo, adulterado. La palabra tiene una connotación oscura de algo que nos quiere engañar. Su antónimo sería real, auténtico, genuino. Entonces ya desde un inicio eso crea una polémica sobre lo que representa”.
Revisa imágenes de la actividad en la siguiente galería:
