Dra. Ximena Valdés, Premio Nacional de Geografía 2023: “Los derechos laborales experimentan una involución de tipo brutal”
De acuerdo al VIII Censo agropecuario y forestal de la temporada agrícola 2020-2021, el 50% de los 1.206.882 trabajadores agrícolas son temporeros y, de ellos, un 50% son mujeres de las cuales el 70% trabajan sin contrato. Con todo, el trabajo temporal agrícola significa la segunda área de trabajo que más empleos genera después de la minería o el comercio en Chile, señala el mismo estudio. Mientras potencias agrícolas aumentan también la superficie dedicada a la producción agrícola, la precarización laboral de este grupo también se sitúa ante un páramo de fronteras inciertas, cree la doctora Ximena Valdés, docente de la UAHC y Premio Nacional de Geografía 2023, quien agrega que estos fenómenos requieren ser estudiados en terreno más allá de los think thanks y laboratorios académicos.
“En este país, generalmente el territorio dedicado a los cultivos de exportación y de la viticultura son los sectores laborales más precarizados en términos del trabajo temporal y la calidad de horario de trabajo. Es brutal la manera en que los derechos laborales experimentan una involución en la actualidad”, señala. La temática investigativa histórica de la profesora Valdés recoge estas y otras preocupaciones vinculadas al territorio, el trabajo precario y, especialmente, el género. Parte de ese curriculum le valió el reconocimiento de sus pares de la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas de Chile que le otorgó el Premio Nacional de Geografía 2023.
Dentro de esa sensibilidad investigativa, la académica describe un discurso falaz respecto de que las mujeres deben tener acceso al trabajo, posibilidades para superar la pobreza y un largo etcétera que venimos escuchando hace mucho, pero que al final sirve de excusa a una parte de la élite para fomentar la persistencia de las malas condiciones de subsistencia “Después de tanta exposición, son esos cuerpos femeninos los más afectados y quienes deben terminar deambulando por diversos territorios en distintas temporadas para hacerse un salario bajo condiciones deplorables muchas veces. Persiguiendo las cosechas de la uva, las del Valle del Aconcagua o repartiéndose por el resto del país generando una nueva cuestión social que pone en jaque a las familias y la producción de la fuerza del trabajo”, estima sobre estas externalidades.
Muchas de estas formas de precarización afectan no solo a individuos sino que a comunidades completas a partir de su conformación familiar por el abandono que los jóvenes hacen de sus pueblos en busca de mejores horizontes o las carencias que se producen en el cuidado de ancianos y niños por parte de las mujeres temporeras, por ejemplo. Sobre estos asuntos, aún no hay suficiente investigación, señala Valdés.
Nuevos/as investigadores/as de la realidad territorial
Este tipo de desarrollo investigativo en terreno requiere, dice, profesionales de las ciencias sociales y las humanidades comprometidos con estas problemáticas y con un sentido de la realidad marcado por la empatía. En oposición a un entorno académico encapsulado en la producción de revistas académicas e instituciones que miran cada vez menos el mundo exterior, cree. “En los tiempos de la Unidad Popular se hablaba de alianza obrera campesina, los estudiantes también éramos parte de esa alianza, a nosotros nos tocó conocer los comités de campesinos, los centros culturales mapuche, los estudiantes estábamos en la calle, en las carreteras, en el campo, en las fábricas, en los cordones industriales y hoy día es cierto que el mundo cambió, pero estas diferencias van a marcar la formación profesional”, señala.
“Yo siempre les digo a los estudiantes que siempre hay que sospechar de los datos oficiales, que hay que mirar un poquito más allá porque yo creo que el ámbito investigativo dedicado a estos asuntos está medio cerrado a algunos temas y algunos problemas. Pero no es por un sesgo, sino porque habitualmente emergen otros problemas propios de este tipo de desarrollo como las migraciones, el racismo, el cambio climático y otros componentes. Por otro lado, criterios heredados desde la dictadura señalan que en Chile hay un 10% de población rural y eso no es así. Necesitamos actualizar esos paradigmas y fijarnos en poblaciones urbanas que en realidad son consideradas como áreas de servicio y que siguen siendo marginadas, nuevas identidades sexuales que no son consideradas en los estudios y que son realidades que ocurren más allá de las fronteras investigativas”, agrega Valdés.
La Dra. Valdés se desempeña actualmente como académica titular en la Escuela de Antropología, Geografía e Historia de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. También es directora e investigadora del Centro de Estudios de la Mujer, CEDEM. Cuenta con una Licenciatura en Geografía de la Universidad Paris 7, Francia y el Magíster en Letras con mención Geografía de la misma casa de estudios.
El reconocimiento como Premio Nacional de Geografía 2023 destacó su vasto trabajo docente, académico y profesional que conforma su doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago y la responsabilidad en la dirección de varios programas de estudios y más de 40 proyectos de investigación en temáticas relacionadas con la vida de las mujeres en el campo.