Antropóloga Paula Contreras: ¿Cómo la crisis hídrica afecta las emociones de las mujeres?
- Estudio dirigido por antropóloga UAcademia revisa efecto de la crisis hídrica en las emociones y las temporalidades de las mujeres.
- En tres regiones de Chile, un innovador proyecto de investigación escucha las historias de mujeres que enfrentan la escasez de agua, revelando cómo esta crisis afecta sus emociones, su sentido del tiempo y sus formas de resistencia cotidiana.
En la intimidad de sus hogares y en sus biografías, las mujeres de Chile registran una de las crisis ambientales más importantes del país: la escasez hídrica que afecta a sus territorios. Un innovador proyecto de investigación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, financiado por Fondecyt, está documentando esta realidad a través de quienes históricamente han estado más vinculadas al manejo del agua en sus comunidades: las mujeres.
El estudio “Relatos de mujeres ante la escasez hídrica en Chile: percepción emocional y temporalidades desde un enfoque etnográfico”, dirigido por la antropóloga Paula Contreras Rojas, tiene una duración de tres años y se enfoca en tres regiones: Coquimbo, Metropolitana y La Araucanía.
“Estas zonas comparten una característica dramática”, explica la docente de la carrera de Antropología. “Han afrontado una extendida escasez hídrica fruto de las bajas precipitaciones, del modelo económico extractivista y de la privatización del agua, lo que ha transformado profundamente la vida cotidiana de sus habitantes”. La investigación emplea un enfoque etnográfico y biográfico centrado en relatos de vida, priorizando las experiencias subjetivas de las mujeres por sobre los datos estadísticos.
“El agua no es solo un recurso medible en litros”, señala Contreras. “Es un elemento que estructura el tiempo, que condiciona las emociones, que redefine las biografías. Queremos entender cómo esta crisis reconfigura la experiencia vital de las mujeres”.
La dimensión humana de la crisis
Lo que hace único a este proyecto es su enfoque en las “temporalidades emocionales”, es decir, cómo la escasez hídrica altera la percepción del tiempo y carga emocionalmente la relación con el territorio. “Para muchas mujeres, la crisis del agua significa despertarse a horas intempestivas, reorganizar completamente sus jornadas, vivir en un estado de alerta permanente”, describe Contreras. “Esto genera lo que llamamos ‘temporalidades de la escasez’: el tiempo se vive diferente cuando depende de la llegada de un camión aljibe o de que el pozo tenga agua“.
Uno de los aspectos más significativos que ha revelado la investigación son las nuevas formas de organización que surgen como respuesta a la crisis.
“Las mujeres están desarrollando estrategias colectivas de resistencia”, comenta la investigadora. “Están creando redes de apoyo, sistemas de distribución comunitaria y espacios de cuidado mutuo como respuesta organizada frente a la adversidad hídrica y a un escaso espacio de participación institucional”.
Estas organizaciones constituyen, según el estudio, “posibles modos de resistencia” que no solo enfrentan la emergencia hídrica, sino que proponen alternativas de vida comunitaria.
Hacia una comprensión integral de la crisis
El proyecto busca contribuir a una comprensión más compleja de la crisis hídrica, una que vaya más allá de los indicadores cuantitativos y considere las dimensiones humanas, de género y emocionales del problema.
“Sin entender cómo esta crisis afecta las biografías, las emociones y las relaciones sociales, cualquier solución técnica estará incompleta”, concluye la investigadora. “Las mujeres tienen mucho que decir sobre cómo habitar territorios en crisis”.
Los resultados de esta investigación no solo enriquecerán el debate académico, sino también contribuirán a políticas públicas más sensibles a las realidades humanas detrás de una de las crisis más urgentes que enfrenta el país.
