El estallido inflacionario agrava la crisis alimentaria

El estallido inflacionario agrava la crisis alimentaria

(*) Por Hugo Fazio

Columna publicada en Le Monde Diplomatique

El mundo vive una fase elevada de inflación iniciada el 2021 y que se encuentra actualmente en pleno desarrollo. Esta etapa sigue a otra de niveles bajos sumamente prolongada. Este período fue aprovechado en el país para sostener la afirmación de que ese curso reducido sería una consecuencia en lo fundamental de la autonomía del Banco Central, sin proporcionar argumentos que lo demostrasen. Salvo destacar que ello se evitaría por disposiciones establecidas en la Ley Orgánica Constitucional del Banco Central (LOC), promulgada en los años de dictadura, prohibiendo que concediese financiamiento al fisco o empresas del Estado.

Obviamente, esta afirmación dejó de hacerse cuando comenzó a elevarse la inflación. Menos todavía se le utilizó cuando alcanzó cifras de dos dígitos. Más aún, quedó en evidencia claramente que incluso esferas de directa responsabilidad del instituto emisor, quedaban entregados a la evolución del mercado. Por su LOC, el Banco Central chileno tiene la inflación unilateral y permanentemente como su prioridad. Sin embargo, deja que tanto la paridad cambiaria como los movimientos de capitales financieros en la balanza de pagos se muevan por la fluctuación del mercado. En los períodos revaluatorios del dólar a nivel global, como el que se vive con el alza de las tasas de interés por la Reserva Federal, tanto la paridad cambiaria como el movimiento de capitales financieros debido a la devaluación del peso, constituyen factores impulsores de la inflación. En consecuencia, esta determinación contribuye a que ni siquiera cumpla en esferas muy importantes con lo que considera su objetivo prioritario.

El Informe de Estabilidad Financiera del primer trimestre, entregado por el Banco Central, constató que al mes de marzo se produjo una salida de capitales del país en doce meses que sumó 19.200 millones de dólares, formando parte de un proceso que se viene dando marcadamente desde el año pasado y tiene en montos importantes como sus principales protagonistas a grandes empresas que han decidido hacer entrega a sus accionistas de un elevado porcentaje de las utilidades obtenidas, reduciendo paralelamente sus planes de inversión en el país.

En los últimos meses, ha quedado en evidencia, que las proyecciones en la evolución de la inflación efectuadas en los informes de política monetaria han debido reiteradamente constatarse que no se condicen con la realidad. Su estimación que la inflación al finalizar 2022 sería de un 5,6% tampoco resulta sostenible. Aún más, cuando comenzó a aumentar su tasa de interés con el objetivo de enfrentar el proceso inflacionario, sostuvo que su tasa neutral, aquella que no tiene ni estímulos económicos ni contractivos, sería de 2,5%, afirmación que fue dejada de lado rápidamente. En la sesión de abril elevó la tasa de interés de política monetaria de 7% a 8,25%, manteniéndose siempre en términos reales negativa debido al fuerte incremento de la inflación.

En el cuarto mes del año el IPC en doce meses pegó un salto de un 1,4% con relación al mes anterior y de un 10,5% en doce meses. Un nivel de esa magnitud no se daba desde agosto de 1994, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle cuando se elevó a 11,2%. Si se analiza por división en cifras anualizadas, la que más creció fue la de alimentos y bebidas no alcohólicas, que explicó en 2,994 puntos el alza total, lo cual muestra claramente el impacto regresivo de la inflación, dado que esta división repercuta con mayor fuerza en los sectores de menores ingresos de la población. En cifras desestacionalizadas, en relación al mes anterior, impactó en 0,474 puntos del crecimiento general.

El nivel de la inflación se aleja ya en 3,5 veces del objetivo perseguido por el instituto emisor de un crecimiento de un 3% anual. Por producto, el ítem que más había aumentado a ese momento en doce meses es el de las gasolinas en 0,8 puntos porcentuales, la cual depende fundamentalmente de dos variables, su nivel en los mercados internacionales y la variación de la paridad cambiaria, ya que la revaluación experimentada por el dólar tanto en el mercado interno como internacional hace que el costo de los productos importados en pesos sea mayor. El regreso al nivel perseguido por el Banco Central, de una inflación de un 3% en doce meses, se postergaría, según diferentes estimaciones, hasta 2024 e incluso 2025 cuando haya transcurrido una parte muy importante del actual gobierno de Gabriel Boric.

Los salarios son impactados también por la inflación. El INE informó que el índice real de remuneraciones, es decir descontado el efecto de la inflación, experimentó una disminución de 1,8% durante marzo en doce meses. Desde que existen registros comparables en 1991 esta es la mayor baja del salario real que se ha producido. Por artículo el que más subió en abril fue la calefacción para el hogar, en un 30,4%, seguida por los aceites vegetales en un 24,7%, las dos alzas están fuertemente influidas por factores externos y, desde luego, por el tipo de cambio.

Según un informe del Bank of América, los mercados agrícolas se han estado ajustando por una variedad de razones, incluida la sequía y el aumento de la demanda de biocombustibles, desde 2020, pero los precios crecen aún más luego de que se iniciara la guerra en Europa del este. Desde principios de año los precios del trigo casi se duplicaron, mientras los del maíz han tenido un aumento en alrededor de un 30% y la cotización de la soya ha subido más de un 30%. Los envíos de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania han caído de 5-6 millones de toneladas métricas/mes en 2020-21 a aproximadamente un millón de toneladas recientemente. Por ello, los compradores se han apoyado en otros orígenes para obtener granos, pero en última instancia el mundo tiene menos alimentos ahora que antes de la guerra. Si se materializaran los déficits de suministro fuera de Ucrania es posible que se establezcan más medidas de seguridad alimentaria, lo que podría impulsar los precios aún más y afectaría a los mercados emergentes”. En paralelo, los precios mundiales de los fertilizantes aumentaron al menos en 300% desde 2020 debido al aumento de los costos de la energía, la sanciones y el acaparamiento, agravando la situación de la producción agrícola.

La Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura, además de proporcionar estadísticas de incrementos en los precios que vienen de antes del conflicto bélico, ha advertido del desarrollo de una crisis alimentaria, que coloca el drama del hambre como un problema central. Ello ha llevado a países a poner restricciones a las exportaciones de alimentos. Entre ellos está India, el segundo mayor productor de trigo mundial, que había ofrecido ampliarla dada la insuficiencia existente, pero el país fue afectado por una ola de intenso calor, que un comité de expertos señaló que su carácter tan intenso y duradero es una manifestación del proceso de cambio climático

La Reserva Federal de Estados Unidos durante mucho tiempo sostuvo la afirmación que la inflación en curso sería un fenómeno transitorio. En el mismo sentido se pronunció el gobierno de Biden. Pero el curso de los acontecimientos ha sido distinto a lo afirmado. El 17 de mayo, el presidente de la FED, Jerome Powell, colocó abiertamente la inflación como el objetivo principal a enfrentar. “Lo que necesitamos ver -declaró- es que la inflación baje de manera clara y convincente y vamos a seguir presionando hasta que lo veamos. Y si eso implica -enfatizó- superar los niveles de neutralidad ampliamente entendidos no dudaremos en hacerlo. Esta es una economía fuerte y creemos que está bien posicionada para soportar una política monetaria más estricta. Podría ver algo de dolor involucrado en la restauración de precios, pero vemos que podemos mantener un mercado laboral fuerte” (18/05/22). La Fed había modificado su política monetaria aceptando niveles de inflación más altos para lograr sus objetivos en materia de empleo, pero el alza de los precios fue muy lejos alcanzando en marzo al 8,5% anual y reduciéndose en abril solo a un 8,3%.

La inflación tiene múltiples causales: relaciones de mercado entre oferta y demanda, depreciación de la moneda, alzas de precios externos, exceso de oferta monetaria, entre otras. E implica un deterioro en las condiciones de vida de amplios sectores de la población, más agudamente en las de menores recursos. Pero, al mismo tiempo, tiene grandes beneficiarios, que aprovechan para acumular grandes ganancias. Un ejemplo de ello lo proporciona la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), del grupo Luksic, gracias a los elevados incrementos en los fletes obtenidos por la naviera germana Hapag Lloyd, de la cual posee el 30% de sus títulos. El 2021 ya obtuvo utilidades históricamente muy altas, de 3.210 millones de dólares, las ganancias de la empresa alemana fueron de 10,250 millones de dólares. En el primer trimestre de 2022 CSAV aún fueron mayores llegando a 1.401 millones de dólares, 3,2 veces superior a los 440 millones de dólares de enero a marzo de 2021. La empresa naviera pasó a ser una compañía de inversiones, donde trabajan sólo catorce personas.

(*) Docente de la carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.