El océano de fondo del Presidente Gabriel Boric

El océano de fondo del Presidente Gabriel Boric

(*) Por José Orellana

Columna publicada en Cooperativa

Observar la foto oficial del flamante nuevo Presidente de la República de Chile, con el Océano Pacífico de fondo, en estos tiempos en que las imágenes permiten leer contenidos (comunicación política), autorizaría hipotetizar con que el nuevo Mandatario exterioriza la concepción de un Chile oceánico.

Si ese fue el sentido profundo de la misma, habla interesantemente de la nueva primera autoridad política del país respecto de los intereses del Chile que se viene, tras la culminación del trabajo de la Convención Constitucional, esa que nos debe unir, según indicó genuinamente él mismo (anhelo invariable de las y los habitantes del país, sin perjuicio de los enfoques).

Desde esta perspectiva no son pocos los desafíos que enfrentó, enfrentará y seguirá enfrentado el “país Chile” respecto de su condición de oceánico, sea desde una perspectiva geopolítica o geoestratégica (no en el sentido del conflicto armado, sino que en el sentido del HACER político diplomático y económico), ya que en tiempos de intenso comercio internacional y cambio climático global este espacio geográfico marítimo se hace estratégico no sólo de conservar, sino que de replicar en los imaginarios de la/os habitantes de Chile y en las acciones de una política pública de exterior, pero también de interior.

La larga costa de Chile, reconocida por el Derecho Internacional con sus 200 millas proyectadas desde las líneas de bases costeras (las que implican 12 millas de mar territorial, 12 de Zona Contigua y el resto de Zona Económica Exclusiva), más su pretensión antártica y automática proyección marítima de esa territorialidad, más su posesión más al oeste del Océano Pacífico, como es Rapa Nui, son elementos que aparecen regularmente como lejanos en la comunidad nacional, a propósito de un imaginario geopolítico que se ha esculpido, año a año, desde el valle central flanqueado por dos grandes cordilleras, recordando la expresión oceánica de Chile, a propósito de la época estival, que hace que la/os habitantes de Chile quieran reposar en alguna zona costera de nuestro país, o bien, cuando se conmemora el Combate Naval de Iquique, cada 21 de mayo; o también cuando se avanza en conflicto con Bolivia.

A lo anterior deben sumarse las reclamaciones que ha formalizado gradualmente nuestro país, a propósito de las Plataformas Continentales Extendidas que ha identificado, vía estudios científicos, las que deben ser gestionadas en una repartición especializada de la ONU para ser escrutadas técnicamente (Comisión de Límites de la Plataforma Continental de Naciones Unidas). Éstas, aunque suene redundante, tienen expresión oceánica, siendo Rapa Nui un hito geográfico físico pivote para una de las más importantes que Chile ha formalizado.

Con Argentina existen algunos aspectos que deben ser abordados desde estas materias (más otros), situaciones que históricamente han activado nacionalismos, haciendo de este modo más que satisfactoria la conducta del presidente de Argentina, Alberto Fernández, a propósito del cambio de mando nacional (señales de acercamiento a propósito de los pasos fronterizos, entre otros aspectos).

Así, el océano de fondo de la fotografía de Gabriel Boric, quizás, tuvo este sentido, y si no fue así, hay que recordar que el actual Presidente no sólo tuvo en su imaginario un árbol achaparrado desde su infancia (ciprés), que tanto sirvió para su estrategia de marketing político durante la campaña electoral en primera y segunda vuelta, sino que a diferencia de todos los otros mandatarios y mandataria, sí tuvo un océano de fondo en su temprana edad (y es el austral, magallánico), situación que probablemente le imprima un sello particular en la gestión de este espacio geográfico que es parte del Estado chileno.

(*) José Orellana es académico UAHC y Dr. en Estudios Americanos.