En entrevista online “Para dónde vamos”_Estudiante de psicología Gustavo Gatica comparte optimista diálogo sobre sus próximos proyectos
Siete meses después del día que marcó para siempre la vida de Gustavo Gatica, el estudiante de la Escuela de Psicología UAHC, concedió una inspiradora entrevista en la que explicó cómo lleva adelante su proceso de recuperación, cómo concibe hoy el panorama nacional en cuanto a la demanda social y la pandemia además de profundizar en sus proyectos de mediano y largo plazo.
En conversación con el actor Héctor Morales y su espacio de entrevistas online “Para dónde vamos”, el joven estudiante de 21 años contó cómo vive la cuarentena del COVID-19, junto a su familia en Colina cultivando nuevos talentos como tocar la batería, aprender braille y tomar sus clases de la carrera a distancia, como muchos. Gatica recordó algunos episodios del acto de brutalidad policial que lo dejó con una ceguera total y también del proceso de rehabilitación y terapia. “Todo ha sido difícil, desde los primeros días en la clínica hasta tomar el té, después empezar a caminar, entonces fue aprender todo de nuevo. Yo creo que lo que más me ha costado es el uso del bastón, que no lo he practicado en la calle”, señaló.
Agregó que ha ido recuperando autonomía y adquiriendo seguridad y otras habilidades en el resto de sus sentidos a la par de seguir un tratamiento psicológico desde los primeros días posteriores al ataque, que se han sumado a expresiones sinceras de afecto y apoyo. “He sentido que en este tiempo he logrado apreciar las millones de cosas buenas que me han pasado y eso me tiene con mayor ánimo”, indicó.
A lo largo del espacio, Gustavo también criticó el tratamiento mediático de su caso y, en particular, que hasta la fecha, ninguna autoridad de gobierno haya tomado contacto con su familia pese a lo asegurado por la vocera Karla Rubilar: “Desde el primer día nunca nadie se acercó a mi familia, de ninguna forma, a pesar de que dijeron que lo habían hecho y que tenían pruebas. En mi familia somos cuatro personas no más. Ya lo sabríamos“, afirmó.
En el mismo tenor se refirió a la paralización del programa estatal de reparación ocular para las víctimas del estallido social, producto de la pandemia, pese a que ya funcionaba con serios reparos, según su experiencia. “El sistema ya funcionaba mal, desde el principio. Usaban las mismas instalaciones del Hospital del Salvador, que están colapsadas. Entonces se demoraban, el equipo médico no daba abasto, y había una psicóloga para todos los casos”, dijo acerca de los 460 personas afectadas por mutilaciones en su sojos, según el INDH.
Finalmente se refirió al proyecto que lleva adelante con compañeros de universidad con quienes desea dedicarse, en el futuro, a la psicología en el ámbito de la discapacidad visual, una disciplina cuyas falencias, dice, vivió al acudir al sistema público de salud, luego de perder la vista. “Me gustaría trabajar con discapacidad visual, he conocido a mucha gente con esta discapacidad y les cuesta salir, les da vergüenza y es trabajo que está invisibilizado”, explicó Gustavo sobre una iniciativa personal en la que, junto a un amigo, desea crear autodescripciones para rutinas de comedia, cine, teatro y otras expresiones.