¡Hasta que la intergeneracionalidad se vuelva costumbre!
(*) Por Waldo Arriagada
Según la situación del COVID-19, la OMS ha recomendado a los países, atender a los mayores de 60 años en forma prioritaria y la protección a los niños.
El encierro en domicilios particulares, a partir de la implementación progresiva de la cuarentena total por Coronavirus, puede afectar a las familias en situaciones de pobreza. Tienden a bien vivir la experiencia de hogares jóvenes allegados, en viviendas en donde los adultos mayores, pueden experimentar conflictividad que armonizar en alegría; cuando todas las generaciones asumen que el fin de la cuarentena sobre La Tierra, es un devenir de solidaridad individual y asociativa de colaboración mutua.
En tanto, los centros de larga estadía para personas mayores ELEAMs y la vivencia de las personas mayores que residen en situación de carencia de vínculos familiares en sus viviendas, consiste soledades en muchos casos. Aún si el sujeto de derechos adulto mayor sea de cuidados especiales –en consideración de las terapias naturales, en acompañamiento de cualquier procedimiento legal que tenga por intención sanar a través de la medicina moderna-, se considera que esto es necesario, para la población.
El fenómeno participativo en organizaciones sociales y políticas, tendientes a la transformación del ‘yo’ y sus ‘condiciones de vida’, ven la suspensión de sus actividades cotidianas, en las sedes donde realizan su participación ciudadana; producto de la situación sanitaria. Por esto las solidaridades entre pares, mujeres y hombres, migrados y nativos, de 60 años y más; es menos un aliciente de socialización.
La ‘Sociedad para Todas las Edades’, que promueven las esferas de derecho internacional, desde el Plan Mundial de Naciones Unidas en favor del Envejecimiento, favorece las medidas para la implementación de Políticas Públicas, para la Seguridad de Ingresos de las personas mayores. Es lamentable, que la seguridad social que proporciona el modelo de Estado subsidiario, proporciona sueldos bajos, para las personas pensionadas, obligándolas a trabajar y a emprender.
El estado del arte de los lineamientos estratégicos de la Oposición, que se han manifestado en presión al gobierno del espacio nacional y a los gobiernos locales, para tomar las medidas adecuadas, de superación la crisis; deben incorporar además de las medidas cautelares de la salud pública, las medidas económicas que aseguren el abastecimiento de la Población y la aceptación de las políticas de Protección Social que son necesarias para el bienestar de la persona y su comunidad, durante la presencia de la idea de que hay un Coronavirus, como enemigo pandémico común.
Se requiere, tanto financiamiento internacional, como gasto fiscal y de las empresas, además de la contribución en el sistema de previsión social y de salud, para atender a la población preferente, ante la crisis de salubridad pública.
En distintas esferas planetarias se ha dado a conocer que hay vacunación y cura para el COVID-19, mas no es posible tener la certeza de su eficacia.
Conforme superemos la cuarentena, es un deber moral recuperar las formas de afecto hacia nuestros adultos mayores. Es un imperativo ético ejercer las libertades y derechos de índole intergeneracional. Es necesario pensar en positivo, para mantener a la ciudadanía con fuerzas y ánimo, de cambiar la realidad actual y la siguiente.
(*) Sociólogo Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Diplomado en Sociodemografía de las Migraciones.