Implementada como parte de la Ley 21.369 Nueva Directora de Género y Diversidades UAHC: “Avanzar hacia una Política Integral es un camino que inicia pero que nunca acaba”

Recientemente, la Academia socializó diversas iniciativas tendientes a avanzar en el cumplimiento de los estándares de la Ley 21.369 que regula el acoso sexual, la violencia y discriminación de género en los planteles de la educación superior. La norma -que entró en vigencia el 15 de septiembre de 2021- abraza el compromiso permanente de la UAHC con una serie de buenas prácticas en la materia que, dentro del más amplio concierto universitario, adquieren carácter de urgente.

Tras la creación de una Dirección de Género y Diversidades, liderada por la periodista y docente del Instituto de Humanidades, Paula Correa Agurto, la obligatoriedad de esta institución se encuentra con una historia social y cultural comprobable de la UAHC en asuntos como la inclusión, el feminismo y la promoción de la lucha contra la discriminación. Correa reconoce esta trayectoria y los espacios de participación que la Academia ha ido abriendo a través de diversas acciones para avanzar hacia la erradicación del acoso sexual y la violencia de sexo y género, como por ejemplo la creación de protocolo de reconocimiento Institucional sobre Igualdad de Derechos de Personas Transgénero y su Inclusión redactado en 2017 por trabajadoras académicas y no académicas, organizaciones estudiantiles de mujeres, disidencias sexuales y feministas, interesadas en incidir en cambios culturales al interior de la UAHC. “Este marco regulatorio que contiene el ideario fundacional de la Academia de Humanismo Cristiano con el compromiso del resguardo a la dignidad de las personas y contra todo tipo de violación a los Derechos Humanos sumó además una serie de instancias para su puesta en marcha, como la creación de la Unidad de Género dentro de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DIRAE) y el Comité contra la Violencia Sexual y de Género (Comité VSG), que realizaron una tremenda labor durante todos estos años”, recuerda.

En esa misma trayectoria y en el marco de la promulgación de la Ley 21.369, esa reflexión de una política integral da origen a esta nueva dirección. “Creo que uno de los espacios en blanco fundamentales que viene a llenar la Dirección es la necesidad de contar con una mirada que apunte a transversalizar el género al interior de la UAHC, es decir, hacerse cargo de la acogida de las denuncias de acoso y violencia, sí, pero también mirar el aparato institucional y ajustar los protocolos y normativas que sean necesarios para una mejor convivencia. Así mismo es fundamental la labor que tendremos como Dirección en la elaboración de políticas de prevención: cursos, campañas y otras acciones tendientes a incidir en la cultura institucional para lograr la construcción de un espacio universitario seguro y respetuoso para todas, todos y todes”, señala.

Un camino recorrido

La directora de la Dirección de Género y Diversidades, proyecta un trabajo en conjunto con la comunidad universitaria y el equipo de sicólogos/as que compone esta nueva área, María José Kaufmann y Pedro Castro. A poco andar, convoca a los y las interesados e interesadas en participar de las acciones y reflexiones que vendrán. “La ley 21.369 se inscribe en principios fundamentales de derechos humanos que van desde los convenios y tratados internacionales firmados y ratificados por Chile, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Belém Do Pará, la Declaración de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing o los Principios de Yogyakarta”, describe Correa.

Agrega que este entramado de normativas responde a las nociones básicas del respeto y el cuidado de la dignidad de todas las personas: “Por eso es que su implementación, así como la de nuestra Política Integral, es un camino que inicia, pero que nunca acaba, donde siempre deberemos mirarnos, evaluarnos y expandirnos en pro de un proyecto social y humano que reconozca nuestras diferencias y particularidades siempre con respeto, garantizando a su vez igualdad de oportunidades, terminando con los estereotipos, la discriminación y las brechas que nos separan y segmentan”.

-¿Qué reflexión puede hacer sobre el camino recorrido de la UAHC en materia de protocolos, claustros y una Secretaría de Género en tiempos en que el tema recién comenzaba a debatirse en la educación superior? 

-Eso me parece clave: la intención de la UAHC en avanzar en este tema viene de antes incluso del Mayo Feminista. Me parece que ese dato demuestra dos cosas: la primera es que la preocupación de la nuestra Casa de Estudios en los temas de derechos humanos, desde todas sus aristas, no es sólo una declaración de principios. Los derechos de las mujeres y disidencias de sexo y género son derechos humanos y ya existía esa conciencia acá desde mucho antes. Lo segundo es aún más relevante, mayo de 2018 muestra cómo los casos de acoso y abuso al interior de los planteles universitarios y la desigualdad de derechos eran insostenibles para una sociedad que se dice democrática, tanto así que la presión de estudiantes, académicas, organizaciones de la sociedad civil llegó al parlamento y, después de una discusión de casi cuatro años, se logró cristalizar la demanda a través de una ley que hoy nos exige avanzar en estándares cada vez más altos en esta materia. Se movió el techo para exigir a las instituciones un trabajo activo hacia garantizar vidas libres de violencia, espacios seguros para el estudio, la docencia y el trabajo de todas las personas. Desde la Dirección de Géneros y Diversidades queremos honrar ese salto histórico que movió los límites y levantar una instancia que aporte la comunidad en su conjunto.

-¿Cómo relacionas este proyecto de visibilización de una problemática a un nivel triestametal dentro de la UAHC con la busqueda de soluciones y respuestas?

-Veo que hay mucho por hacer. Lo primero es que esta comunidad universitaria comprenda que el rol de la Dirección no está dirigido solo a las/los/les estudiantes, sino a todas las personas que formamos parte de la UAHC: estudiantes, docentes y funcionarias/os/es en su totalidad. Estoy segura de que existen muchas problemáticas que no se han dado a conocer y que comenzarán a estar presentes y a verse en la medida de que podamos crear esos espacios seguros y dar cabida a escuchar esos sentires. Posiblemente hay estamentos que dialogan poco entre sí o que no tienen vías habituales para hacerlo. Será labor de la Dirección localizarlos cuando se trate de temas de género y abrir los espacios para que comiencen a darse esas conversaciones. El diálogo triestamental es clave, porque permite comprender la realidad de lo que ocurre en las Universidades desde los diversos ángulos que las conforman. En ese sentido queremos generar las condiciones para habilitar diálogos triestamentales, interdisciplinarios e interseccionales que aborden reflexiones y emociones relativas a las orientaciones, identidades y expresiones diversas de sexo y género en la UAHC y en la sociedad en su conjunto.