La nueva normalidad, el sistema político y el COVID-19
(*) Por José Orellana
Una de las imágenes que regularmente presentan los medio de comunicación, son las referidas al ministro de Salud (imposible no hacerlo tras sus diarios y sistemáticos puntos de prensa), concitando la atención del análisis político, a propósito de sus enérgicos llamados al orden a Alcaldes, Ciudadanía, Ministerio de Educación, Colegio Médico y otros sectores propios del gobierno. El ministro, con más o menos habilidad ha venido cultivando el perfil que le ha proyectado el gobierno, la prensa, o bien otros actores, inclusive el mismo, como el ‘duro’ de la primera línea gubernamental anti COVID-19. Instaló la nueva agenda sanitaria, la cual se irradiará hacia todos los sectores de la gestión gubernamental, por lo menos en el corto plazo, esto es, la “nueva normalidad”, la cual sería una orientación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), respecto de este momento de la pandemia[1]. Ella competirá con la idea de ‘retorno seguro’[2], sobre la cual el Presidente Piñera busca anclarse a la mencionada nueva normalidad, con varias críticas hasta el momento.
Existiría coincidencia, que desde que se instaló en la Agenda de la Pandemia en Chile, el gobierno retomó el protagonismo perdido durante y post estallido social de octubre 2019, justo cuando marzo se entendía como el mes de reinstalación de la agenda social, política y económica del mismo (movilizaciones calendarizadas, plebiscito de entrada para el proceso de constituyente, entre otras situaciones) postergándose, además, el calendario electoral local y regional[3]. En ese marco, el gobierno se vio compelido a desplegar una batería de dispositivos constitucionales para enfrentar la emergencia que activaba la pandemia, entre ellos, la Declaración del Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en todo el territorio nacional por noventa días, involucrando una serie de medidas que podrían resumirse en la legitima constricción del derecho de reunión y movilización o desplazamiento.
Ante estas potestades constitucionales, las acciones gubernamentales se han desplegado sin mayores cuestionamientos en su fondo, no así en las formas. Sin perjuicio de ello, no ha sido suficiente para cuestionar al gobierno en una profundidad política propia de tiempos ‘normales – normales’, independiente de las opacidades informativas que ha cultivado a lo largo de la crisis sanitaria, a propósito de quiénes, dónde y cuántos son los contagiados, los muertos, los recuperados y los potenciales nuevos focos de COVID – 19[4].
A más de un mes de la declaración y ejecución de estas medidas de emergencia, el país, por medio de sus centros urbanos, en la multiplicidad de actividades constreñidas, manifiesta algunos síntomas propios de los encierros diversos, como son el miedo, la ansiedad, el cansancio, la incertidumbre del mañana, las que se manifiestan en: el teletrabajo, inicio de cesantía, reconfiguración temporal de las relaciones familiares producto de encierros en cuarentena, desigualdades o brechas sociales, a propósito de más o menos acceso a internet, sea por cobertura, por equipos o por lenguaje, comenzándose a evidenciar otras, como son los hacinamientos nacionales y de migrantes. En los nacionales, se pueden consignar desde las expresiones de campamentos urbanos, barrios logrados con soluciones habitacionales precarias, hasta las aglomeraciones que se dan en centros comerciales, casas de acogidas de adultos mayores, entre otros. Entre los migrantes, emblemático se ha transformado el cité de Quilicura, al que le seguirán otros, dando cuenta de las deplorables condiciones en las que viven varios y varias migrantes[5].
El sistema político, en su componente de gobierno, pensando en lo que se viene en el cortísimo y mediano plazo ha desplegado dos paquetes económicos-sociales, a propósito de cómo se cuida el empleo inyectándole recursos a las empresas (FOGAPE), entregando bonos y generando condiciones teóricas razonables para enfrentar la contracción de la economía, comparable a lo sucedido al año 1982 (superando las crisis de 1998 y 2008, alcanzado para algunos, los límites de 1929). Aquí el protagonista ha sido el Ministro de Hacienda Ignacio Briones, quien ha realizado una gestión de sus proyectos, pareciera ser, de forma adecuada, en el contexto de pandemia y desarticulación de la oposición política.
Por otra parte, los alcaldes y las alcaldesas, a través de sus asociaciones, o de forma individual, se han transformado en los catalizadores de emociones, tanto o más importantes que el mismísimo Ministro de Salud. Son la primera línea territorial de los efectos del COVID-19, en todas sus contradicciones, agregándose los efectos de las medidas implementadas por el gobierno, desde las cuarentenas, pasando por los controles sanitarios, o bien las ayudas que vienen desde el centro. Además, tienen que administrar, la otra primera línea del mundo municipal, como son los funcionarios y funcionarias municipales (otros héroes anónimos), los que en más de una oportunidad, son invisibles ante las luces de los votos de los alcaldes y las alcaldesas, pero fundamentales para la gestión de la crisis en la escala local. En esos desempeños, han integrado la mesa social COVID – 19, la cual se transformó, hasta el momento en la cobertura social legitima del gobierno para lograr la ‘gobernabilidad – gobernanza de la crisis sanitaria’. La Mesa o Comité de Expertos, que es útil para la toma de la decisión sanitaria, en más de una oportunidad ha sido no – oída, a propósito de cuarentenas más otras consideraciones.
En el frente congresal, donde el teletrabajo se transformó en el eje de la deliberación política, se ha sido testigo de cómo de la Senadora y Presidenta de la UDI, Jaqueline Van Rysselberghe, era sorprendida en relajo absoluto con su copa de vino en la reunión en la que se encontraba participando remotamente, pero más sorprendió el desempeño de la oposición política, cuando le entregó, aunque por poco tiempo, la presidencia de la Cámara de Diputados al oficialismo, existiendo mayoría de diputados y diputadas de oposición. Este traspié político, el que vulnera temporalmente los acuerdos administrativos para lograr la presidencia de la Cámara hace un tiempo, obliga un re-disciplina-miento mayor para gestionar de mejor manera el trámite legislativo, más cuando se vienen sensibles proyectos de ley, a propósito de la pandemia. Esta situación, coincide, además, con que el municipalismo representado en las dos asociaciones que han ganado notoriedad (ACHM y AMCH), estén lideradas por alcaldes de derechas integrando, además la mesa social COVID -19 (lo mismo ocurre con las coberturas de prensa y matinales donde Joaquín Lavín (las Condes), Evelyn Mattehi (Providencia), Rodrigo Delgado (Estación Central), son habituales entrevistados, apareciendo rara vez alcaldes o alcaldesas de otros sectores políticos como Gonzalo Durán de Independencia, Carolina Leitao de Peñalolen, Claudia Pizarro de La Pintana, Mauro Tamayo por Cerro Navia, o Sadi Melo de El Bosque, qué decir los de regiones.
En esta mirada de coyuntura, favorable para el gobierno y su coalición política en todas sus coberturas, sin perjuicio de alguna encuesta que le entregue malos números[6], lo que conviene decir, es que existe una oposición formal en el Congreso y otras instituciones políticas (gobiernos subnacionales) que no ha cristalizado en una acción coordinada para enfrentar la pandemia, siendo un botón de muestra, la cesión de la Presidencia de la Cámara. Que ganara el Presidente Piñera la elección presidencial, es el primer gran antecedente de las dificultades de la oposición (que siendo mayoría en el congreso no lograran la confianza para la presidencia). El logro del acuerdo del 15 de noviembre del 2018 al alero del Estallido Social, pareció ser un re-alineamiento junto con los acuerdos administrativos de cámara. Pero hoy, gracias a la pandemia, la oposición ha dado cuenta de su incapacidad de articulación, por el momento. Alguna cobertura se le dio a la propuesta económica presentada por la alianza del PS, PRSD y PPD (Convergencia progresista), para enfrentar las secuelas socioeconómicas que se avecindarían tras la pandemia[7], por otra parte, se agregarían declaraciones conjuntas entre partidos de la oposición para hacer frente al momento, de las cuales poco y nada se sabe (propuesta por la dignidad y la vida en Chile, más otra Declaración de Partidos de Oposición para enfrentar emergencia del Coronavirus)[8]; desde el municipalismo, también se hace alguna propuesta como es la del Ingreso Básico de Emergencia (visibilizado por el Alcalde de la comuna de El Bosque, Sadi Melo)[9], que pareciera, se acercaría al Ingreso Familiar de Emergencia, recientemente anunciado por el gobierno[10], pero mucho más integral la suya, indicaría Sadi Melo. Pero estos esfuerzos no dejan de ser miradas parciales y no articuladas transversalmente desde la oposición, valiosas por cierto, pero insuficientes para el mejor debate congresal. Es así, que hasta la voz del Ex – Presidente Ricardo Lagos Escobar, se deja escuchar fuerte, criticando a su propio sector, a propósito de la inacción de la misma (no da el ancho indicó), por lo menos en la profundidad requerida. Cuestión aparte, indicarán algunas y algunos, la legitimidad del ex mandatario para tal afirmación
En ese sentido, qué ocurre con el sistema de partidos políticos, en específico qué ocurre con las expresiones opositoras ‘centro – izquierdistas – progresistas’ desde sus quehaceres más básicos a los más complejos en tiempos de pandemia. Interesa consignar, que uno de los aspecto que juega a favor del Gobierno y su Coalición política , tiene que ver con que gracias al Estado de Emergencia, con todas las posibilidades de restricciones de derechos de reunión, circulación y otras, ha bloqueado, no sólo a trabajadoras y trabajadores a que acudan a sus lugares de trabajo, sino que, también las prácticas rutinarias partidarias, en sus diversas sedes domiciliarias nacionales, regionales y comunales, minimizando las posibilidades de discernimiento de sus instituciones centrales por ley reguladas (también por reglamentos internos), como también las acciones de las diferentes corrientes o sensibilidades intra-partidarias de los mismos.
Es un aspecto no visibilizado (menor para varios y varias), pero central para lograr las síntesis deliberativas ad hoc, que hoy no estaría ocurriendo en la mayoría de los partidos político. Si bien las metodologías remotas han sido de utilidad para el teletrabajo, donde hasta el Congreso, Concejos Comunales y Regionales, han operado, no ha sido así, pareciera ser, en la vida interna de los partidos, y si lo ha sido, el trabajo se ha ralentizado de forma significativa. La imposibilidad de reunión, para las organizaciones políticas es crucial para su desarrollo y gestión de sus objetivos, dado que no pueden interactuar en los territorios en la fluidez requerida, ni tampoco hacer uso de sus espacios ritualísticos, disminuyendo significativamente su acción. ¿Qué hacer?, una salida es el trabajo remoto institucionalizado, otra es, combinar lo anterior con coordinaciones en sede, en las diferenciadas escalas tomando todos los resguardos sanitarios que la autoridad legítima sanitaria proyecta.
Lo anterior es urgente de activar. En democracia, los partidos políticos aún no han sido desplazados de su espacio y función, sin perjuicio de la crisis de representatividad y credibilidad que los mismos han logrado en tiempo y espacio, sobre todo en Chile. Aun así, siguen siendo fundamentales en los dispositivos institucionales del sistema político y también en los no institucionales, de hecho, fueron factor importante en la canalización del Estallido Social y Geografía de la Multitud post 18 de octubre, contribuyendo a la formalización del proceso constitucional, aplazado hoy por el COVID-19. Las siguientes derivadas de la pandemia, requerirán la muy prontísima reactivación de los partidos, no sólo para el trámite legislativo de coyuntura, sino que también para colocarse a disposición del potencial segundo Estallido Social que trae larvado el COVID-19, no sólo por desnudar otra vez las desigualdades del modelo chileno, sino por los efectos socioeconómicos que se anuncian. No lo ha dicho sólo la oposición, sino que también Mario Desbordes, Presidente de Renovación Nacional, hasta el plenipotenciario Ministro de Salud. ¿Pensaría en ello, el presidente Piñera cuando se sacó la foto en la Plaza Italia/Dignidad?
[1] https://www.eldinamo.com/chequeo/2020/04/24/coronavirus-chile-nueva-normalidad-el-concepto-creado-por-la-oms-y-no-por-el-gobierno/
[2] https://prensa.presidencia.cl/comunicado.aspx?id=150453
[3] https://www.servel.cl/ya-es-oficial-plebiscito-nacional-se-realizara-este-25-de-octubre/
[4] https://www.consejotransparencia.cl/wp-content/uploads/2020/03/recomendaciones-COVID19.pdf
[5] https://www.youtube.com/watch?v=kwcXSllO-sc
[6] https://media.elmostrador.cl/2020/03/Informe-Los-Chilenos-y-el-Coronavirus.pdf; https://chilecientifico.com/wp-content/uploads/2020/04/Encuesta-COVID19-Chile-100420.pdf
[7] https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2020/04/04/sector-de-oposicion-elabora-propuestas-economicas-para-enfrentar-la-emergencia-por-coronavirus.shtml
[8] https://pcchile.cl/2020/04/27/personalidades-partidos-politicos-y-dirigentes-sociales-presentan-propuestas-por-la-vida-y-la-dignidad-en-chile/; https://www.partidoradical.cl/declaracion-de-partidos-de-oposicion-para-enfrentar-emergencia-del-coronavirus/
[9] https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2020/04/22/ingreso-basico-de-emergencia-una-respuesta-solidaria-del-estado-para-enfrentar-la-crisis/
[10] https://msgg.gob.cl/wp/2020/04/20/proyecto-de-ingreso-familiar-de-emergencia-que-es-cual-es-el-monto-y-quienes-podrian-ser-beneficiados/
(*) Geógrafo. Académico Escuela de Ciencia Política UAHC. Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH