La patria son los pueblos que caminan por el mundo buscando dignidad
Declaración Facultad de Pedagogía Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Frente a los condenables acontecimientos de violencia, xenofobia y racismo, ocurridos a partir del 24 y 25 de septiembre, con el desalojo de la plaza Brasil en Iquique por parte de carabineros y posterior marcha y quema de pertenencias de ciudadanos/as migrantes, la Facultad de Pedagogía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano manifiesta lo siguiente:
Rechazamos tajantemente la vulneración de los derechos humanos que están sufriendo los y las ciudadanos/as migrantes en el norte, así como en los distintos lugares de nuestro territorio, provocados por las políticas de desamparo y expulsión y la total ausencia de medidas de resguardo y protección por parte del Estado en virtud de los tratados internacionales que ha suscrito sobre la materia.
La violencia ejercida este fin de semana por parte de las fuerzas del Estado y una parte de la sociedad civil, tiene antecedentes en las políticas migratorias del siglo XIX y XX que consagraron el estigma y el abuso institucionalmente a partir de 1850 bajo una lógica eugenista, modernizadora y civilizatoria continuadora de la matriz colonizadora basada en la raza blanca y patriarcal primero de los conquistadores ocupantes y luego de una república autoritaria y homogenízante hasta el presente.
Esta matriz no ha cambiado a través de los siglos, así como tampoco la jerarquización y la situación de subordinación que ocupan determinados grupos al interior de la sociedad chilena como los pueblos originarios, el bajo pueblo mestizo, las mujeres y quienes forman parte de los procesos migratorios actuales. Las políticas migratorias, tanto la de 1975 como la promulgada en abril de 2021 apuntan a una racialización del sujeto/a y su consecuente discriminación como un eje estructurante de la desigualdad y la discriminación.
Lo sucedido este fin de semana, y las amenazas de nuevas manifestaciones contra la población migrante, permite evidenciar desidia “consiente” por parte del Estado chileno sobre la crisis migratoria actual. Lo que ha hecho el Gobierno de Sebastián Piñera ha sido activar sistemática y secuenciadamente un dispositivo de discriminación y castigo desde las autoridades regionales, las fuerzas policiales y los medios de comunicación hacia un sector de la ciudadanía movilizado por el miedo injustificado atizando el odio el desprecio cultivado durante siglos por las clases dominantes. Es la misma élite que desprecia al hombre y la mujer trabajadora y que no se limita a la hora de reprimir y mutilar la que ha actuado con mano ajena para conculcar los derechos fundamentales de niños, niñas, niñes, adolescentes y familias migrantes. El gobierno de Chile no solo ha cerrado sus fronteras sino también la capacidad de escuchar y dialogar respondiendo con la militarización de la zona fronteriza tal cual lo ha hecho impunemente en la Araucanía.
Es frágil la memoria de quienes detentan el poder, olvidan utilitaria y deliberadamente que el 22 de febrero de 2019 el presidente de Chile en Cúcuta, Colombia, abrió las fronteras invitando abiertamente a los y las venezolanos/as mediante la creación de la visa de responsabilidad democrática a buscar en Chile una salida a la crisis interna de ese país. A dos años de ese simulacro humanitario alineado con los intereses imperiales y el sabotaje económico contra el pueblo venezolano, los discursos e imaginarios que transitan en torno a la migración y los seres humanos que deben migrar por distintas situaciones han cambiado. Hoy se les sanciona por transitar por selvas, desiertos y montañas respondiendo a un llamado explícito en que han pasado de víctimas a objetos de la deshumanización que los declara ilegales a causa de su situación de irregularidad administrativa.
Frente a lo anterior, como profesores/as, estudiantes y trabajadores/as de la Facultad de Pedagogía, emplazamos al Estado a que se responsabilice de lo sucedido y se haga cargo de la crisis migratoria a través de la creación de una política migratoria que permita la regularización e integración de los y las ciudadanos/as migrantes con plenitud derechos. Es urgente crear acciones de resguardo y protección de los DDHH de los/as/es refugiados/as/es en el norte y de las personas en tránsito convertidas por la política pública en víctimas de una crisis humanitaria.
La magnitud de la crisis, indiferencia y crueldad de la respuesta del Estado han mostrado que en Chile no solo existe discriminación o aporofobia hacia ese otro/a que llega cargando sueños y pobreza, asistimos a infinitas muestras de solidaridad y fraternidad de los pueblos que desde la misma desigualdad en que viven, les llevan a forjar lazos de solidaridad territorial con nuestras y nuestros hermanos y hermanas migrantes.
Desde nuestra condición de profesores consideramos un deber de todo profesor y profesora visibilizar estas problemáticas en nuestras escuelas, aulas y comunidades escolares. Es un mandato ético reflexionar y solidarizar en conjunto con nuestros/as/es estudiantes, pares profesores/as y trabadores de toda la comunidad educativa. Esto permitirá comprender y activar la acción colectiva para defender el derecho a migrar como inherente a toda persona sin discriminación de raza, género, cultura o condición social.
La Facultad de Pedagogía se ha comprometido, a lo largo de los años, en formar profesores y profesoras que se posicionan desde un enfoque critico que busca la defensa de los derechos humanos, la transformación y justicia social para todos/as/es. Históricamente todos/as/es somos, hemos sido y podemos ser migrantes en algún momento de nuestra historia.
La patria son los pueblos que caminan por los territorios del mundo buscando dignidad.
- Facultad de Pedagogía
- Programa de Educación en Ciudadanía Crítica, PECC
- Escuela de Pedagogía de Educación Diferencial y Enseñanza Básica
- Escuela de Pedagogía en Educación Media