Licenciatura en Cine Documental realiza talleres de archivos domésticos en Punta Arenas
Durante toda esta semana, Paulina Obando y Miguel Ángel Vidaurre, de la jefatura de la carrera de Cine Documental de nuestra Universidad, se encuentran en Punta Arenas, apoyando y asesorando proyectos de trabajo en archivos audiovisuales con niños en zonas de riesgo social.
La invitación formulada por El taller “Miradas de Mi Barrio”, se da en el marco del proyecto FONDART 2014: “Las otras Miradas”, el cual consta de talleres formativos en Fotografía, Audiovisual y Mapas Participativos, y que comenzó su desarrollo en noviembre de 2014 y se extenderá hasta la segunda semana de febrero de 2015. Uno de los organizadores de este proyecto, y quién extendió personalmente la invitación a nuestros académicos es Diego Rojas, alumno de la Licenciatura en Cine Documental de la Academia.
La idea, según comenta Vidaurre, “es enfatizar el uso del archivo doméstico, como una forma de construcción de identidad de la región entre los niños y su familia, pero también entre los adultos y su historia personal. Los archivos regionales familiares, por lo general, son patrimonio de las familias fundadoras y, por lo tanto, representan solo la mirada de un grupo social y cultural determinado, como si se tratasen de los únicos con pasado e historia. Sin embargo, todos poseemos archivos domésticos, familiares, que van desde nuestras antiguas fotografías de parientes desconocidos, hasta los videos de nuestra infancia, todo ese material es valioso y puede ser reutilizado en obras de valor documental. La pequeña historia no vive a la sombra de la historia del poder dominante sino más bien conforma una dimensión alterna, un reducto de familiaridad e identidad con las cosas familiares de la vida y la región”, sostuvo.
Las charlas de los académicos van entrelazadas con trabajo de campo en búsqueda de materiales de archivos que puedan transformarse en parte de futuros archivos domésticos “Necesitamos archivos regionales, no vinculados a instituciones sino organizados e impulsados por los ciudadanos. No se trata de construir edificios de archivos, museos de imágenes muertas, sino archivos orgánicos donados por la comunidad y transformados en dominio público, para que puedan ser utilizados libremente en la creación de nuevas obras. La necesidad de archivos domésticos liberados es un asunto político, aun más ahora que las leyes que se discuten desde el estado en torno al dominio público no solo son atroces sino que condicionan la memoria a aquellos que detentan el poder”, indicó Vidaurre.
La importancia de los talleres y encuentros en torno al archivo doméstico, radica en la importancia que estos están ganando en la actualidad. Los medios digitales han producido una explosión de información privada de manera pública “la capacidad de digitalizar materiales fotográficos, textos y archivos audiovisuales, nos permite en la actualidad el hacernos cargo de nuestras pequeñas historias personales, como también la posibilidad de releer la historia oficial desde perspectivas más iconoclastas y audaces”, indicó el cineasta.
Además explica que “cada región tiene sus propias pequeñas historias, sus misterios y sus secretos, y en esta historiografía documental de lo pequeño y lo oculto, el archivo doméstico cumple un papel de catalizador de esa memoria excéntrica y marginada. En nuestro trabajo de talleres, esperamos que emerjan imágenes que están en las profundidades del imaginario popular y que pueden tomar forma gracias a una fotografía guardada por años, el archivo de un periódico local o un álbum de fotografías familiares, o solo el rumor de un cuento de infancia. En Punta Arenas, como en todas las regiones de nuestro país podemos encontrar cientos de pequeñas historias, que la historiografía académica no considera dentro de sus trabajos y, que sin embargo, ahora podemos acoger y desarrollar desde las posibilidades de los documentales de imagen reciclada”.
Uno de los temas que ambos profesionales trabajarán en la ciudad sureña, será la experiencia de John Skirving y sus películas familiares domésticas filmadas desde la década de los 30, “el valor de sus filmes no reside en sus meritos artísticos sino en el valor de archivo doméstico, pues están realizadas en Punta Arenas, en torno y con ayuda de su familia, y con el propósito de entretener a su entorno”, puntualiza el jefe de carrera.-
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