Los camioneros: recuerdos del pasado
(*) Por Tomás Moulián
Columna publicada en La voz de los que sobran
Cuando se escuchan los discursos actuales de los camioneros nos asalta el recuerdo de sus acciones de otro tiempo. Y esa vuelta atrás nos lleva al paro de octubre de 1972. Fue un paro en el cual participaron transportistas, comerciantes detallistas y grandes comerciantes, médicos de la salud pública y además estudiantes. Pero, aunque participaron varios grupos, los que estuvieron a la cabeza fueron los camioneros.
Tanto es así que para enfrentar a los que estaban en huelga se creó un grupo antagónico, formado por aquellos que se mantuvieron trabajando. Los camioneros en huelga no solamente pararon sus actividades, además ocuparon carreteras en varias partes del país, hicieron barricadas, agredieron a los que permanecieron trabajando, convirtiéndose en cabecillas del movimiento.
Este paro se prolongó durante un mes. Su duración y las actividades organizadas en torno a él muestran que era mucho más que una huelga motivada por razones gremiales. Era un intento de crear caos para obligar el gobierno a renunciar. Lo interesante es que, pese a los esfuerzos desplegados, fracasaron en ese intento.
Los partidarios del gobierno, quienes estaban divididos en dos tendencias, unificaron sus esfuerzos y consiguieron que el país siguiera funcionando pese a la magnitud del paro. Los diferentes sectores en huelga, encabezados por los camioneros, no consiguieron su propósito. Pero a principios de noviembre Allende se vio forzado a nombrar a militares en servicio activo en funciones ministeriales.
El paro de octubre fue resuelto con el nombramiento de un gabinete cívico militar. Un nuevo actor político apareció en el escenario. Esa fue la consecuencia más importante de esa operación donde los camioneros tuvieron un papel central. Por supuesto que la situación hoy día es diferente, porque existe un gobierno de derecha. Pero recordar el pasado sirve para darse cuenta que los camioneros, cuando actúan como grupo de presión, pueden realizar operaciones de envergadura.
Sería muy grave que los camioneros del sur decidieran hacer justicia por sus propias manos. Eso podría generar una carnicería porque tienen muchas más posibilidades de acción que los grupos mapuches.
Es importante que se abran espacios de negociación, puesto que ambos grupos deben seguir conviviendo, pese a sus diferencias. Ello implica que esos camioneros se den cuenta que los mapuches piensan que esas son sus tierras, de las cuales hace mucho tiempo están siendo desplazados.
(*) Sociólogo, docente Escuela de Sociología UAHC. Premio Nacional de Humanidades y Cs Sociales