Más mujeres en política

Más mujeres en política

Las mujeres en Chile somos más de la mitad de la población, más de la mitad de las electoras y casi la mitad de las militantes de los partidos.

Sin embargo, esa representación no se observa en la esfera política.

La presencia de la mujer en la política es un problema ético: en el ámbito político se decide sobre el bien común; es ahí donde se dictan las normas y las leyes.Si no hay mujeres este bien común se hace desde una sola mirada, trunca o tuerta, porque no contemplan la vida femenina.

Las razones para esta baja participación son variadas y dentro de ellas se encuentran:

La triple jornada y el ciclo de vida: La menor participación de las mujeres en política tiene que ver con la reproducción. Es muy difícil estar en la etapa de crianza de los hijos e hijas y ser activa en política. Es imprescindible luchar hasta el cansancio por un cambio cultural que permita compartir las tareas domésticas y de la reproducción entre hombres y mujeres.

El Sistema binominal: “No importa si pierden, total, son mujeres” es una frase que se escucha dentro de los partidos al seleccionar candidatas de compañía. Te dejan competir en distritos o comunas que están perdidas.

Dificultad para conseguir recursos económicos. Para nosotras es más difícil conseguir recursos para campañas, tenemos menos redes y nos tienen menos fe.

Si quieres existir debes contar con padrinos, padres y/o maridos. Es lo que se usa en política y para promover mujeres también. ¿Alguien conoce a alguna madrina?

Eso nos lleva a otro punto, la poca solidaridad de género.

Las malas prácticas y formas tradicionales de hacer política. El ninguneo a lo cual uno dice “mejor me voy para mi casa” para vivir más tranquila. Y si te dicen “esto es sin llorar” es sólo para seguir reproduciendo sus malas prácticas.

Durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, lamentablemente, la mayor presencia de mujeres en el poder ejecutivo no estuvo acompañada de una reforma administrativa y/o legal que asegurara su mantención y tampoco se avanzó en una ley de cuotas.

En América Latina 11 de 19 países cuentan con leyes de este tipo. El primero que las instauró fue Argentina en el año 1994. Hoy tienen un 40% de mujeres en el parlamento.

En Chile existe una resistencia del Poder Legislativo ante los mecanismos de acción positiva en materia de participación política. Porque la ecuación, es muy simple, no les gusta: “para que entren mujeres, algunos hombres deberán salir”

Mis hijas nacieron con una mujer Presidenta de Chile. Ese es un cambio cultural muy grande. Creo que aún es temprano para sopesarlo, aunque a veces nos da rabia no haber avanzado más rápido y en más necesarias reformas.

Sobre todo cuando evaluamos cómo con el actual gobierno muchas cosas avanzadas han retrocedido. Como la lucha por los derechos es continua y a medida que se van alcanzando logros, hay que ir avanzando por más y nunca, nunca debemos permitirnos retroceder.

Nos queda mucho que avanzar en el tema cultural, en cómo compartimos el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos. Porque para que las mujeres estemos más integradas en el mundo público tenemos que compartir las tareas en el mundo privado y eso sólo lo podemos lograr con un cambio cultural que involucre a hombres y mujeres.

Columna publicada en portal Radio Cooperativa Vea Aquí