Países de la región azotados por altas tasas de violencia e inseguridad
La situación de violencia e inseguridad que se vive en América Latina y el Caribe a juicio de los expertos, es preocupante. En países como Guatemala, Brasil, México y en menor medida Nicaragua, la problemática se ha visto más compleja por ser naciones en subdesarrollo, con sobre población, altos índices de corrupción y por el auge, en los últimos años, de bandas organizadas.
Según datos entregados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas en su informe de seguridad ciudadana y derechos humanos, el 40% de homicidios y el 66% de secuestros que se producen en el mundo cada año se producen en América Latina y el Caribe, a pesar de contar con sólo el 8% de la población mundial.
Bajo este contexto, destacados investigadores internacionales se dieron cita en Chile, convocados por la Escuela de Sociología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, la Corporación SUR y la organización norteamericana American Friends Services Committee, AFSC, para analizar los costos que conlleva a la población la violencia urbana y la inseguridad pública en la región.
Marco Antonio Castillo, del Grupo Ceiba de Guatemala, indicó que la situación en ese país es extrema. Según informó, más del 70% de la población es pobre y el 67% es menor a 30 años. A su juicio, ambos factores son determinantes e influyentes en el aumento de la violencia, la cual en el último año se ha incrementado en un 23%. Se suma además, la corrupción en gran medida de las policías. Según la percepción de los jóvenes “la policía se venden al mejor postor, privilegiando siempre a los sectores más pudientes”.
Castillo, explica que en Guatemala, los jóvenes son discriminados y estigmatizados por las autoridades. Se ha llegado a tal grado, que los jóvenes son identificados por los tatuajes que llevan grabados en sus cuerpos, y usarlos es sinónimo de pertenecer a pandillas, bandas organizadas y/o narcotráfico. “Las políticas públicas no se han enfocado en lo que realmente preocupa, que es la delincuencia y la inseguridad de la población” sostiene el experto.
Indica que hay tres tipos de tatuajes y por los cuales son identificados los jóvenes: el primero está asociado a juventud y muerte; el segundo a juventud estigmatizada y un tercero a juventud perseguida.
En Brasil, en tanto, la situación no es muy distinta. Según Emilio Dellasoppa, de Universidad del Estado de Río de Janeiro, la sobre población vivenciada en las ultimas décadas, la llegada de los nuevos pobres y el crecimiento de las llamadas favelas, han hecho que aumente la percepción de inseguridad en gran parte de ese país. Río de Janeiro y Sao Pablo, son dos ciudades azotadas por el dominio de grupos organizados que se manejan principalmente con la delincuencia y el narcotráfico.
Otra realidad es la que se vive en Nicaragua: Deyanira Castillo, Coordinación de proyectos PNUD y miembro de la Policía Nacional de ese país. A diferencia de los las otros naciones, Nicaragua se encuentra implementando desde el año 2007 el modelo de policía comunitaria proactiva. Según la experta, esto ha aportado considerablemente a la baja en las cifras por homicidio, al igual de violencia. “La cifras demuestran que el 2008 la tasa delictiva bajo de un 21, 1% a un 9% al 2009 y esto se debe en gran medida a que es una policía más cercana que trabaja coordinada con la ciudadanía”.