Raúl González: “El índice de cesantía real es de casi 18%”
Frente al estreno de una nueva metodología de medición del desempleo utilizada por el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, el economista de la UAHC, Raúl González, otorgó una entrevista al Diario Uno en la que desmenuzó las cifras y enfatizó que el problema del desempleo es más grave de lo que se ha mostrado.
El economista señaló que la encuesta de empleo creada por el instituto emisor “tiene el mérito de acercarse más a la verdadera realidad laboral. Asume la cuestión del sub-empleo, que estadísticamente siempre se había evitado mostrar. La encuesta muestra que más del 60% de las personas con jornada parcial desean completar esa jornada, lo que significa una jornada parcial involuntaria”.
En este sentido, afirmó que la desocupación “se estabilizó en niveles mucho más altos que en la primera mitad de la década del ’90, cuando era cercana al 5 y 6%. Por otro lado, si sumamos los desocupados con los que buscan un segundo empleo y con aquellos que quieren iniciar una actividad económica pero que no lo han podido hacer, llegamos a una tasa de desempleo (llamada tasa de “presión laboral” por la encuesta) de un 17.8%”.
González resaltó que el problema del desempleo reviste mayor gravedad que lo que se observa porque a lo anterior “hay que agregar que por fin va quedando claro el excesivo número de inactivos (es decir que no buscan trabajo) que antes no se mostraba, sobre todo en épocas de crisis. Esto permitía subestimar la falta de empleos en la economía. Hay alrededor de un millón cien mil personas, sobretodo mujeres, antes definidas como inactivas, pero que son “cuasi-demandantes” de empleo (“inactivos potencialmente activos”). Dentro de este grupo están, por ejemplo, 140.000 personas que no han buscado trabajo recientemente, pero que no lo han hecho por la baja esperanza de encontrarlo”.
El experto agregó que es “un tema cuantitativo pero también relativo a la calidad y tipo de empleo. Según la encuesta, el nivel educacional de los ocupados no es muy distinto de los desocupados, salvo en el caso de los universitarios, en que es claramente más baja su desocupación. La educación, por tanto, no es un factor de seguridad de tener empleo. Esto afecta más a las mujeres que para iguales niveles educacionales presentan tasas mayores de desempleo que los hombres”.
Lo anterior, a juicio de González, “significa que en Chile el problema no es sólo la formación baja que puedan tener los trabajadores, sino la insuficiencia de puestos de trabajo en que se requiera una formación mayor, lo que nos lleva directamente al modelo de desarrollo y los tipos de empleos que este genera. Esto puede ejemplificarse en el engrosamiento del sector comercio como resultado de la falta de otras alternativas. El modelo primario exportador, con limitado valor agregado nacional, que desplomó hace tres decenios a una parte de la industria, no genera mucho empleo ni mucha necesidad de calificación. La enorme transnacionalización, además, limita la formación nacional de tecnólogos y científicos”.
Respecto de las condiciones contractuales de los trabajadores, González manifestó que “ello es una materia central, pues los asalariados, según la nueva encuesta, aumentan su participación al 70% del total de la fuerza de trabajo. No estamos frente a su disminución en beneficio de microempresarios y trabajadores por cuenta propia, aunque estas últimas sean también realidades significativas. Esto hace relevante las condiciones contractuales y un programa contra la precarización.
“Es importante que cerca del 70% tenga contrato indefinido a pesar del aumento en los últimos decenios de los contratos temporales. Esto revela una herencia histórica y una cierta capacidad de presión social por regular situaciones contractuales. Ello explica, a la vez, la presión empresarial por eliminar la indemnización por años de servicios. La disputa por el curso que tome esta situación ha pasado a ser clave dentro del conflicto de clases actual”, puntualizó Raúl González.
Fuente: Diario Uno, publicación N°8