Rector Ramis analiza promesa del presidente Boric sobre condonación del CAE
Nota publicada en Bloomberg con entrevista al rector Álvaro Ramis sobre las implicancias del CAE.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, enfrenta creciente presión para cumplir una promesa de campaña que divide a su coalición de Gobierno: condonar US$12.000 millones en préstamos estudiantiles.
Boric planea presentar en septiembre una propuesta sobre el CAE, o crédito con aval del estado, como se conoce a la deuda universitaria en Chile. También se espera que aborde el tema en su cuenta anual del sábado. Esto incluso cuando algunos altos funcionarios han pasado a usar la palabra “solución” que “condonación”. Sería un renovado impulso de un presidente ansioso por recuperar niveles de apoyo, especialmente entre el contingente de votantes jóvenes que lo catapultó a la presidencia.
El tema de como resolver el cúmulo de deuda tiene, obviamente, partidarios y detractores. Los que están a favor de hacerla desaparecer dicen que los salarios en Chile son demasiado bajos para pagar las deudas universitarias que acarrean, mientras aquellos en contra dicen que la condonación solo favorece a personas que ya son lo suficientemente privilegiadas como para acceder a la educación superior. La situación se asemeja al dilema que enfrentó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pero cuyo plan de anular US$400.000 millones fue derrotado en la Corte Suprema. Biden ha dicho desde entonces que buscará proveer algún alivio más focalizado.
El Gobierno no ha entregado muchos detalles de la propuesta. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo a Bloomberg en una entrevista en Nueva York que el plan de deuda estudiantil será justo y responsable. “Eso significa que no quitará recursos de otras áreas de política pública”, dijo. La ministra del Interior, Carolina Tohá, ha sugerido previamente que la administración no hará “borrón y cuenta nueva” a los deudores.
“El gobierno no va a hacer ninguna burrada con el CAE”, dijo Tohá a una radio chilena. “Una burrada es gastarse la plata de la gente pobre para pagarle las deudas a la gente que fue a la educación superior”.
Al centro del tema está también la identidad progresista de Boric, quien comenzó su carrera política como líder estudiantil y liderando protestas por una educación más asequible. Algunos de sus asesores más cercanos son también antiguos líderes estudiantiles.
Pero desde que asumió el cargo en 2022, Boric ha tenido dificultades para hacer realidad sus promesas debido a la falta de apoyo en el Congreso. Apoyó una reescritura de la Constitución, pero el texto final se consideró demasiado extremista y fracasó en un plebiscito, como también lo hizo otra versión más conservadora. Las propuestas de reforma fiscal y de las pensiones están entrampadas en el legislativo.
Ahora, incluso su coalición gobernante está dividida sobre la condonación de préstamos, por aparecer apoyando a quienes no han pagado sus deudas y también por la incertidumbre sobre cómo se financiará.
“La reacción ha sido tan dura que casi han tenido que retractarse por completo”, afirma Kenneth Bunker, profesor de la Universidad San Sebastián de Santiago. En su opinión, no es realista creer que un proyecto de ley de este tipo pueda aprobarse. Añade que la propuesta es un intento de recuperar apoyo de los votantes jóvenes de cara a las elecciones de 2025. Boric no puede ejercer un segundo mandato consecutivo, pero otro progresista podría continuar su plataforma.
Bajos salarios
El CAE se creó en 2005 y sigue vigente hasta ahora. Concede a los estudiantes préstamos avalados por el Estado a tipos de interés modestos, con plazos de amortización de hasta 20 años.
“Es un sistema que durante muchos años permitió ampliar la cobertura de la educación superior, pero que ha tenido muchos problemas de diseño tanto en su origen como en su implementación”, señala Álvaro Ramis, rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano de Santiago.
La deuda acumulada alcanzó US$11.900 millones el año pasado, según el emisor de préstamos estatales Ingresa. Una condonación beneficiaría a cerca de 896.000 personas que están al día y 540.000 que están en mora a diciembre de 2023. La proporción de morosos ha subido durante la presidencia de Boric.
El programa ha beneficiado principalmente a estudiantes matriculados en universidades privadas, institutos profesionales y centros de formación técnica. Del total de beneficiarios que se graduaron en 2023, casi la mitad pertenece al quintil más rico de los jóvenes chilenos, frente al 35% del año anterior.
Entre los morosos, sin embargo, casi el 70% gana menos de 750.000 pesos chilenos (US$825) al mes, según cifras preliminares de 2022 citadas por la Subsecretaría de Educación. La deuda media por persona es de US$7.300, según Ingresa. La carga puede ser igual de alta para quienes abandonan la universidad antes de graduarse, ya que el período de pago se reduce a la mitad, aumentando el costo de las cuotas mensuales.
“Realmente son personas que no tienen condiciones de pago adecuadas para el crédito que contrataron, y eso finalmente significa que el costo recaerá en el Estado y en las universidades”, dijo Ramis.