Rector Ramis analiza efectos del voto obligatorio en la participación ciudadana y las decisiones públicas
Tras la controvertida tramitación en el Senado que resultó en la eliminación de las multas asociadas al voto obligatorio surgen preocupaciones sobre un supuesto sesgo de clase considerado en la discusión respecto de sectores más o menos permeables a asistir a procesos eleccionarios. Para el rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Álvaro Ramis, en teoría, el voto obligatorio coacciona legítimamente a la población a expresar su posición. “Es una coacción legítima porque está arreglada bajo la ley. Por lo tanto, no es un ejercicio violento, sino al contrario, incide en la voluntad de participación y corresponsabilidad en las decisiones públicas”, expone.
El doctor en Ética y Democracia asegura que “normalmente, los que se van a expresar por medio de esa obligatoriedad son sectores de menores ingresos. Ellos normalmente quedan con menos condiciones o estímulos a la participación electoral. El voto voluntario se eliminó justamente por ese diagnóstico”
“Otra cosa es que, finalmente, la voluntad de esos sectores más vulnerables de la sociedad no se exprese como teóricamente debería expresarse y muchas veces sean captados por el voto de protesta en un sentido volátil. Por lo tanto, su propensión a votar por un partido u otro no está clara y pueden ser inducidos a tendencias más populistas o de cierta acción que tienda al inmediatismo”, dice Ramis.