Seminario aborda historia y situación de migrantes en el país
Ante un buen marco de público, el Núcleo de Estudios sobre las Migraciones Internacionales en Chile (NEMICH), presentó un seminario relativo a cómo se desenvuelven en el ámbito laboral, las comunidades haitianas, colombianas y dominicanas en el país.
La actividad, que contó con la presencia del director de la Escuela de Antropología, el profesor Claudio Espinoza, quien indicó que “en Chile no están las condiciones propicias para investigación (…) en ese sentido, la universidad ha hecho un esfuerzo importante desde el 2000 con los NTI (núcleos temáticos de investigación) y desde 2013 nos estamos preocupando de la investigación sobre migraciones”.
Las exposiciones trataron temáticas relativas a cómo se ha estado configurando un nuevo tipo de migrante a causa del buen momento económico que vive el país, pero que no necesariamente redunda en buenas condiciones laborales para los extranjeros, sumado a una legislación que no es de las mejores.
La primera exposición, a cargo de Patricia Valenzuela y Katherine Riveros –ambas de la Universidad, trató sobre la integración de los tres grupos extranjeros citados, indica que el migrante ha ido en un alza sostenida tras la vuelta de la democracia en Chile y ha sido un proceso que ha tendido a feminizarse. Además, este “nuevo migrante” se caracteriza por ser urbano –en su país de origen-, en edad económicamente activa y que ya ha pasado por procesos migratorios previos.
Los principales nichos de trabajo son en el comercio, servicios y la construcción. Sobre este último punto se trató la exposición de Carolina Stefoni de la Universidad Alberto Hurtado, que expuso sobre “La conveniencia de contratar a migrantes en la construcción”. Si bien esta es una aproximación a una investigación más grande, lo que se expuso habla de cómo los migrantes ocupan los escalafones más bajos de las obras (jornalero, por ejemplo) y existe algo de movilidad, dada en parte por la subcontratación.
Stefoni, comenta, además, que el migrante pasa a ser un “trabajador ideal” ya que: “es un trabajador deshumanizado, reemplazando al ‘mal trabajador chileno’ hasta que se ‘chileniza’ y así (…) también se puede racializar al trabajador extranjero hasta llegar al punto de prescindir de este trabajador”.
El economista y asesor sindical Manuel Hidalgo abordó las “Tensiones y desafíos de la migración en el Chile actual”, señala que si bien hay inserción de extranjeros en el mundo laboral “esta es precaria, sin respetarles sus derechos y siempre en la base de la pirámide ocupacional. Esto atendiendo a que la imagen internacional de Chile es buena, pero a la larga no se cumplen las expectativas”.
Por su parte, la socióloga Josefina Correa de la Universidad de Chile, expuso sobre el racismo cotidiano, esto, enmarcado en una investigación sobre la racialización y sexualización de los migrantes negros en el país.
Correa, haciendo una pequeña reseña histórica, cuenta como el peruano ha sido particularmente estigmatizado en el país, caso contrario al argentino que siempre se ha mirado como un buen apoyo en búsqueda de mejorar la “raza”.
Esto último se ha definido como algo político “o como una ficción reguladora”, que se viene aplicando de la época de inmigración selectiva por finales del 1870 en las actuales provincias de Llanquihue y Osorno, predominando este ideario cultural del hombre blanco y europeo que se buscaba incentivar en el país, destacando que “La historia oficial que nos enseñan ha borrado al inmigrante negro de sus registros (…) por eso el problema no es el inmigrante, sino que los propios chilenos que no conocemos esa parte de la historia”.