Tomás Moulian anuncia curso sobre desarrollo político entre UAcademia y U. de Magallanes
En entrevista publicada en The Clinic:
Tomás Moulian, Premio Nacional de Humanidades: “El Partido Comunista debe olvidarse de postular a la presidencia”
Tomás Moulian (84), sociólogo y fundador del Instituto de Sociología de la Universidad Católica, fue galardonado en 2015 con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales por “su fidelidad al oficio de intelectual público y representar en todo momento una posición reflexiva sobre la realidad”, según el jurado en esa época. El profesor, formó parte la Juventud Demócrata Cristiana, fue posible candidato presidencial del Partido Comunista en las elecciones del 2005 y hoy, milita en Revolución Democrática.
No le parece que la vida sea en blanco y negro cuando opina sobre los personajes de izquierda y tampoco cree, que haya una batalla que no se pueda sortear. De hecho, compara el clima de Punta Arenas, la ciudad donde actualmente vive con su hija, con la política y la vida: “Aquí tenemos un viento brutal. Pero no es nada a lo que no se le pueda hacer frente (…). Yo creo el gobierno del Presidente Boric todavía tiene tiempo (de hacer las reformas). Pero tendría que apurarse un poquito porque el avance del tiempo es feroz”, dice.
Mientras prepara las dos clases que dará en mayo sobre el desarrollo político de Chile entre 1891, 1952 y 1973 en un ciclo de 16 charlas organizadas por la Universidad de Magallanes y la Academia de Humanismo Cristiano, Tomás Moulian mira con fe el futuro de la izquierda en las elecciones presidenciales, pero no desde el lugar con el que alguna vez se identificó como simpatizante, más siempre, independiente. “El Partido Comunista debe olvidarse de postular a la presidencia. El anticomunismo sigue siendo muy profundo. Una demostración de eso es lo que pasa con Daniel Jadue y la campaña abyecta hacia el comunismo que generó. Obviamente él también tiene la responsabilidad”, opina.
Para Moulian, en esta ocasión, el Partido Socialista está más preparado para una presidencial. Y sobre las municipales, cree que Santiago es la comuna que podría seguir abierta a una alcaldía de izquierda.
—Has contado que miras con esperanza el futuro de la izquierda. ¿No cree que actualmente, la preferencia política del país podría estar tomando un giro hacia la derecha?
—Yo creo que sucede esa inclinación hacia la derecha un poco, sí. Esto tiene que ver con varias cosas. América Latina se inclina hacia la derecha en algunos lugares, como Argentina. Pero creo que aquí, puede estar pasando porque hay una pérdida de confianza. El gobierno de Boric no ha realizado reformas profundas que den cuenta de la realidad que vivimos. Entonces nos inclinamos un poco hacia la derecha, pese a los esfuerzos que se hagan.
—El Partido Republicano ha usado el argumento de que la posición política del próximo gobierno tiene que cambiar porque no se han hecho cambios relevantes. Incluso, José Antonio Kast llamo a Gabriel Boric un presidente “woke”, un término en inglés para referirse a alguien progresista y de ideas entusiastas, pero que no se concretan. ¿Le parece que eso es así?
—Ese es un análisis de Kast, que recordemos, ni siquiera fue recibido por Bukele, a quien fue a ver personalmente a El Salvador. Bukele decidió no darle mucha bola, más bien, ninguna bola.
—¿Cuánta atención tiene que darle el gobierno a esa crítica, a esa calificación?
—Kast existe y el Partido Republicano, es un partido poderoso en Chile. Yo diría que hay que tomar en consideración la crítica, pero no ser absolutistas. Yo no tengo una mala opinión del gobierno de Boric. Tiene que acelerar el paso, sí, y siempre del contexto de un gobierno progresista. Tiene buena gente rodeándolo también, como el ministro de Vivienda, la ministra Vocera de gobierno, o la ministra Jara en Trabajo.
—Acaba de ponerse en marcha la Ley de las 40 horas. ¿Lo considera una reforma relevante para la realidad actual de Chile?
—Son un avance interesante avance, pero sin embargo, quedan paralizadas otras reformas significativas que debían llevarse a cabo, como la reforma de las pensiones. No avanza, pese a los esfuerzos de algunos sectores del gobierno por impulsarlas. Esa reforma sería la mayor urgencia para llevar adelante un gobierno progresista, que se acerque a lo que fue la presidencia de Salvador Allende.
—Eugenio Tironi conversó hace poco con The Clinic y planteó que “si alguien aprendió de Salvador Allende es, curiosamente, Boric. Esta generación ha sido capaz de hacer los arreglos, las concesiones e inclinarse como Allende no pudo”. ¿Hay algo de similitud en su opinión?
—La verdad es que Gabriel Boric vacila entre adorar a Eduardo Frei Montalva y a Salvador Allende. Es un estadista vacilante entre esos dos líderes. Es lo mejor que tenemos en este momento.
—¿Tendrá que escoger entre alguna de esas dos inspiraciones?
—Creo que está bien que oscile entre los dos. No nos olvidemos que el gobierno de Eduardo Frei fue un gobierno de reformas cuando estatizó la banca a través de la compra de acciones. Hizo la nacionalización del cobre. El gobierno de Salvador Allende consiguió la creación de empresas nacionalizadas e instaló los cordones industriales. Logró a través de la participación que los trabajadores se convirtieran en una especie de intelectuales orgánicos de su clase. Ese es el nivel de profundidad en las reformas de ambos. Provocando, sin embargo, un drama como fue el Golpe. Una reacción de la derecha frente a un gobierno reformador.
—¿Le queda tiempo a Gabriel Boric para hacer reformas tan profundas como esas?
—Sí, yo creo que le queda tiempo, pero tendría que apurarse un poquito, porque el avance del tiempo es feroz.
—¿Y la derecha cómo está reaccionando hoy respecto del gobierno de Boric?
—Es indudable que el Partido Republicano avanzó en la última elección y llegó a ser la primera fuerza nacional. No sería inverosímil pensar en un giro a la derecha, aunque sea de desear que no ganen la próxima elección. Es de esperar que sea un giro pacífico, ni cerca del que se impulsó teniendo a la cabeza a Augusto Pinochet.
Moulian y la reelección de Irací Hassler: “Creo que es la única comuna en la que puede quedarse la izquierda”
—¿Cómo se presenta el Partido Comunista a las municipales considerando lo que ha pasado con Daniel Jadue?
—Irací Hassler ha sido una excelente alcaldesa. Ha tomado la bandera de la seguridad como hay que tomarla. Eso tiene costos mediáticos y políticos obviamente. Vamos a medir ahora en esta elección si es que efectivamente, fueron más beneficios que costos para el partido el haber abordado la seguridad como lo ha hecho. O viceversa. Yo creo que podría salir reelecta fácilmente.
—¿Y para las presidenciales?
—El Partido Comunista debe olvidarse de postular a la presidencia. El anticomunismo sigue siendo muy profundo. Una demostración de eso es lo que pasa con Daniel Jadue y la campaña abyecta hacia el comunismo que generó. Obviamente, él también tiene la responsabilidad. Él o la candidata debería surgir del Partido Socialista.
—¿Hay alguna comuna que esté particularmente disponible para la izquierda?
—Creo que la de Santiago. El blindaje de Irací ha sido robustecido con la seguridad y con un manejo comunicacional importante. Creo que está haciendo bien la receta. Es joven, muy joven. Ha logrado tomar banderas importantes y significativas. Eso ya la plantea como posible competidora.
— Es joven, sí. ¿Podría ella ganar en esta especie de batalla entre políticos de la nueva generación y de la vieja escuela?
— Yo, que tengo 84 años, diría que prefiero a los jóvenes para las futuras candidaturas municipales y presidenciales. Les prefiero porque hay más posibilidades y alternativas de perfiles políticos. Además, creo que los viejos ya hicimos nuestra tarea. Ahora le toca a ellos. Ya hay que superar el planteamiento de que los mayores están tratando de peleársela a los niños porque “no lo están haciendo bien”.
—¿Volverá a residir en Santiago?
— No voy a volver a Santiago. Se ha convertido en una ciudad peligrosa por efecto de los sectores sociales que están generando problemas en la seguridad. En ese sentido, Punta Arenas es un paraíso comparado con la capital. Además se ha transformado en un lugar lleno de academia y política. Bueno, de aquí mismo es Boric.