UAHC apoya programa enfocado en desarrollo emocional, actividad física y vida saludable en comunidades escolares

UAHC apoya programa enfocado en desarrollo emocional, actividad física y vida saludable en comunidades escolares

Especialistas, organismos internacionales y académicos consideran que los efectos de las cuarentenas y de la virtualidad de las clases en niños/as permanecerán por largo tiempo con nosotros/as. Ante esa problemática ¿qué se puede hacer para que las escuelas recuperen y mejoren sus dinámicas y espacios presenciales? Específicamente, ¿qué estrategias se pueden implementar para frenar e idealmente revertir esos efectos negativos que afectaron una diversidad tan amplia de dimensiones en la vida de los/as estudiantes?

Desde el inicio del año escolar, la UAHC se encuentra ejecutando el programa “La Manzana Colorada (LMC): desarrollo emocional, actividad física y vida saludable”, enfocado en niños/as en etapa escolar de 10 establecimientos municipales de la Región Metropolitana y su entorno para acompañar y fomentar en ellos el desarrollo de habilidades socioemocionales a través del juego y la actividad física, además de promover la parentalidad positiva.

LMC es un programa que cuenta con el apoyo de los municipios y servicios locales de educación involucrados y es financiado por el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago para su implementación, desde marzo en escuelas de San Joaquín, Pedro Aguirre Cerda, Calera de Tango, La Granja, San Miguel, Pudahuel, Quinta Normal, Peñaflor, Conchalí y Lo Prado. Para las instituciones que hacen posible LMC, el programa ha sido un medio importante de canalización y oportunidad de presencia. Con él han logrado comprobar la pertinencia social para establecer redes territoriales y abordar un problema contingente, pero de importantes repercusiones a largo plazo.

El rector de la Academia, Álvaro Ramis, retoma el fenómeno de los efectos negativos tras la pandemia por el Covid-19 para puntualizar que “la necesidad de resolución positiva, activa y no violenta de conflictos es una necesidad de las escuelas y liceos en la actualidad. Después de la pandemia los niveles de violencia se han incrementado y, por lo tanto, este proyecto busca aportar a las respuestas o salidas que necesitamos encontrar como sociedad. En otros casos, los conflictos responden a factores de violencia contextual ligados, en algunos sectores específicos, a temas de narcotráfico y relaciones tóxicas en el ámbito de la vida social y cotidiana”.

Añade: “el impacto del proyecto LMC es muy importante para la Universidad debido a que estamos llegando a un número significativo de escuelas en comunas con gran necesidad de apoyo, donde las temáticas que se abordan son de enorme relevancia. Particularmente, por una parte, fomentar el desarrollo de habilidades socioemocionales a partir del juego y la actividad física; y, por otra, promover un involucramiento de las familias a partir de relaciones positivas”.

Según explican sus organizadores/as, el proyecto se construyó a partir de experiencias de intervenciones anteriores de la Fundación MAE XXI y de estudios que se asientan en el principio de que el cuerpo, las emociones y los pensamientos se moldean unos a otros y no pueden separarse. Las emociones modifican el significado del aprendizaje, mientras que los hábitos de vida saludable y la actividad física influyen en los pensamientos y las emociones, en un flujo circular.

“LMC promueve el desarrollo físico y el desarrollo mental de los estudiantes. Participar en actividades deportivas mantiene activo y saludable, lo que es fundamental para el bienestar general. Fomenta valores importantes como el trabajo en equipo, el respeto, la disciplina y la perseverancia. Es una maravillosa oportunidad para aprender a colaborar con otros, seguir reglas y superar desafíos, lo que ayuda a desarrollar habilidades sociales y emocionales”, detalla Alicia Sánchez, encargada del Programa Especial de Educación Continua (PEEC) de la UAHC.

“El juego y el deporte nos enseñan otras formas de resolver conflictos. El aprendizaje lúdico, participativo y colaborativo estimula el crecimiento y desarrollo emocional de los/as niños/as permitiéndoles generar y poner en práctica recursos socioemocionales que contribuyan a disminuir las situaciones de conflictividad y agresión entre las y los estudiantes, apoderados y docentes. Se ha comprobado también que puede mejorar el rendimiento académico. La actividad física regular puede aumentar la concentración, la memoria y la capacidad de atención. Participar en deportes también ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, promueven la salud cardiovascular, el desarrollo muscular, la coordinación motriz y la resistencia física”, agrega.

La directora ejecutiva del programa y socióloga, Fionne Núñez, cuenta con una importante trayectoria en este tipo de intervenciones. Sobre la metodología, comenta que “en los años de experiencia con Fundación MAE XXI y el trabajo con cerca de 4.000 niños/as, hemos desarrollado la experticia de establecer equilibrios en los procesos educativos. A través del vínculo, el afecto, los límites y normas apoyamos el desarrollo emocional de los escolares a partir del respeto mutuo. El tipo de relacionamiento con niños/as que promueve LMC se fundamenta en apreciarlos como un legítimo otro, cuyas necesidades y expectativas deben ser acogidas por los adultos”.

En línea con su enfoque integral, el programa involucra a padres, madres y apoderados en talleres paralelos, para fortalecer la valoración y aprendizaje sobre la importancia de la salud, la nutrición adecuada, que incida en adultos y niños/as a tomar decisiones saludables en tu vida diaria. A su vez, LMC logra una coordinación amplia que permite tanto a la Academia como al Estado, a través del gobierno regional y de los gobiernos locales, llegar precisamente a las comunidades de mayor vulnerabilidad para dar curso a una estrategia innovadora y de vanguardia para atender problemas complejos como es aprendizaje y resocialización de niños, niñas, apoderados y su entorno frente a la carencia de herramientas psicoemocionales para resolver conflictos sin violencia.

Los/as gestores/as de la iniciativa esperan que esta pueda ser recogida en el futuro, adaptada y mejorada por otros/as, en el afán de construir -también a nivel institucional- un relacionamiento basado en la colaboración e intercambio de saberes profesionales que logran hacer frente a problemas sociales de preocupación compartida. Para esto, un equipo de sistematización y monitoreo de la carrera de Sociología de la UAHC está aplicando una estrategia que permitirá medir el impacto de LMC y diseñar un modelo ad hoc que pueda implementarse en las distintas comunas y establecimientos que lo requieran.

Revisa una entrevista a Fionne Núñez, directora ejecutiva del programa La Manzana Colorada

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