Un malabarista asesinado por carabineros
(*) Por Tomás Moulián
Columna publicada en La Voz de los que Sobran
Vuelve a repetirse la violencia policial durante este segundo gobierno de Sebastián Piñera. Antes había ocurrido en los ataques durante el estallido social, en los cuales la represión dejo ciegos o con problemas oculares a varios participantes; en el crimen de Camilo Catrillanca; en el episodio del joven lanzado al río Mapocho.
Las autoridades policiales dicen que el malabarista se lanzó al ataque contra carabineros, resistiéndose además a un control de identidad. Supongamos que la situación existió. La pregunta principal es ¿por qué carabineros no hizo uso de los bastones para enfrentar el ataque? ¿Porque responde con disparos al cuerpo con resultado de muerte? Si era necesario disparar ¿porque no lo hace al aire, de modo de no generar una situación catastrófica?
La versión policial es que primero habrían disparado a los pies y que el malabarista habría continuado la agresión. En vista de ello le disparan tres veces al cuerpo, ocasionándole la muerte. Hablan por ello de legítima defensa, basándose en el hecho que el malabarista portaba unos fierros con los cuales realizaba su espectáculo. Una justificación a todas luces inverosímil.
El centro de la cuestión es el carácter desproporcionado de la respuesta policial. Además, el malabarista era un habitué del lugar, de sobra conocido por carabineros. Es difícil creer que estos no sabían que era tío del joven lanzado al rio Mapocho. Si existió el enfrentamiento ese parentesco lo explica. Pero lo que no tiene justificación es la actitud de carabineros: dispararle al cuerpo, causándole la muerte.
Las autoridades deberían analizar los sucesos posteriores. Ciudadanos iracundos se movilizan, arman barricadas y terminan por incendiar la municipalidad. Se responde a la violencia con la violencia, en este caso generada por el asesinato policial.
Haría bien el sub secretario del Interior, quien se dirigió al balneario de Panguipulli donde ocurrió el incidente, en realizar una investigación a fondo, cuyo punto de partida debería ser la actuación de carabineros. No es posible aceptar que si un ciudadano se les enfrenta el resultado sea la muerte.
La justificación de carabineros aduciendo legítima defensa no debe ser tolerada. Para enfrentar unos mandobles se dispara al cuerpo con resultado de muerte. Esa respuesta es totalmente inadmisible, porque de aceptarse sus consecuencias serían graves: montones de víctimas.
(*) Docente Escuela de Sociología UAHC. Premio Nacional de Humanidades y Cs. Sociales