(*) Por Tomás Moulián.
Columna publicada en La voz de los que sobran
En este artículo analizo las relaciones entre el Partido Comunista (en adelante PC) y el Partido Socialista (en adelante PS) desde 1932 hasta el 2021. En junio de 1932, luego del fin de la dictadura de Ibáñez, tuvo lugar la denominada “república socialista”. Fue un efímero pero significativo gobierno de reformas, surgido de un golpe militar contra el presidente Juan Esteban Montero, encabezado por Marmaduque Grove.
En esa ocasión el PC no participó del evento e incluso realizó una crítica desde la izquierda, inspirada en la III Internacional, la cual planteaba el “socialismo ahora” y cuestionaba los golpes militares. En 1933 se funda el PS, encabezado por Marmaduque Grove y Eugenio Matte Hurtado. Desde Valparaíso también participa Salvador Allende.
En 1938 se crea una coalición de centro izquierda, la cual elige los gobiernos de Aguirre Cerda y Ríos, desarrollando el fomento de la industrialización sustitutiva de importaciones, creando para ello la Corfo. En la elección presidencial de 1946 el PC apoya al radical Gabriel González Videla quien gana, mientras el PS lleva como candidato el militante sindical Bernardo Ibáñez, quien sale último entre cuatro postulantes, con apenas el 2.54% de los sufragios.
En 1948 González Videla, presionado por EEUU, pone fuera de la ley al PC, quien lo había apoyado en la elección presidencial. Por esa circunstancia se divide el PS en dos organizaciones, el Partido Socialista de Chile y el Partido Socialista Popular. El primero apoya la legislación represiva, mientras el segundo la rechaza.
En 1952 el Partido Socialista Popular apoya la candidatura presidencial de Ibáñez. Salvador Allende cuestiona esa decisión, a causa del pasado dictatorial del postulante. Se retira del Partido Socialista Popular; se incorpora al otro cuya identidad cambia, transformándolo en aliado del PC y en apoyo de su primera candidatura presidencial, la de 1952.
En 1956 se crea el Frente de Acción Popular, una alianza PC-PS. Sorpresivamente ésta dura hasta 1969, pese a las diferencias estratégicas entre los dos partidos. El PC plantea un frente amplio, abierto a entenderse con el centro y con la burguesía nacional. Mientras el PS plantea un frente estrecho, renuente a esa colaboración.
En 1958 tiene lugar la segunda elección presidencial donde participa Allende, quien está a cuarenta mil votos de ganar. En 1964 acontece la tercera opción presidencial de Allende.
Pero antes, en marzo de 1964, tiene lugar una elección complementaria por Curicó, en la cual gana el abanderado del Frap. A causa de este hecho sorpresivo los partidos de derecha deciden apoyar en la presidencial de septiembre a Frei Montalva. Allende sostiene, con razón, el carácter pírrico de la victoria de Curicó, pues da lugar a una futura derrota. La presidencial fue una paliza. Frei Montalva obtuvo 56.09% contra 38.93% de Allende.
En las parlamentarias de 1965 tiene lugar otro terremoto electoral. La DC obtiene 42.3% de los votos, aplastando a la derecha, la cual desciende del 31.40% al 12.87%, mientras la izquierda repite, con una leve alza, su votación anterior; se mueve del 22.89% al 23.31%. La votación del Frap se distribuye en 12.73% para el PC y 10.58% para el PS. Como se ve, una leve ventaja comunista. La derrota de 1964 desalienta las posibilidades de la izquierda de ganar el gobierno; produciéndose una crítica al llamado “ilusionismo electoral”.
Esto significa que no se cree posible vencer en 1970: se piensa que tendría lugar una nueva derrota. Ese desaliento estaba especialmente en el PS. El triunfo es una sorpresa, debido sobre todo a la competencia entre tres candidatos, con un demócrata cristiano quien obtiene una buena votación. En el gobierno de Allende, transcurrido entre el 4 de noviembre de 1970 y el 11 de septiembre de 1973, el PC y el PS se sitúan en posiciones opuestas.
El PC, junto con Allende, el Partido Radical y una parte del Mapu, promueven posiciones moderadas. Mientras que el PS, junto con la Izquierda Cristiana y otra parte del Mapu, adoptan posiciones radicalizadas. La tendencia moderada es partidaria de entenderse con el PDC y en lo posible ampliar la alianza. La otra postura plantea el “avanzar sin transar” y es contraria a ese entendimiento. Evidentemente esa división facilitó las condiciones del golpe cívico militar.
Durante la dictadura el PC formuló inicialmente la estrategia del frente antifascista, el cual sería una alianza de la izquierda, del centro, de la derecha democrática y de militares del mismo signo. En vista del fracaso de esa postura el PC en 1980 crea el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), participa en la internación de armas y en el atentado fracasado contra Pinochet. En tanto el PS se divide en 1977 entre un grupo renovado, encabezado por Altamirano y Arrate y un grupo ortodoxo, dirigido por Almeyda.
En todo caso el fracaso del atentado contra Pinochet significa el fracaso de la rebelión popular. Dentro incluso del PS-Almeyda varios dirigentes plantean la inviabilidad de esa estrategia. El mismo Ricardo Núñez, entonces cabeza de los renovados plantea que se sacara del poder a Pinochet por medio del voto.
En todo caso, en diciembre de 1987 militantes renovados junto con algunos de otras tendencias crean el Partido por la Democracia. Por otra parte, el PC después de numerosas vacilaciones, apoya el No en el plebiscito sucesorio del 5 de octubre de 1988. Lo mismo hacen el PS sin tantos cuestionamientos.
En el periodo de la post dictadura el PS se unifica y luego se integra a la Concertación, apoyando los gobiernos demócrata cristianos de Aylwin y Frei Ruiz Tagle. En la segunda administración se debe enfrentar la detención de Pinochet en Londres. Los ministros de ese gobierno se pliegan a la tesis que debe ser juzgado en Chile.
En 1999 es electo el militante socialista Ricardo Lagos, en una reñida elección con Joaquín Lavín. El PC sostiene en esa ocasión la candidatura de su secretaria general Gladys Marín, quien obtiene apenas el 3.2%. Este personero socialista, al final de su mandato, realiza una reforma constitucional, la cual elimina a los senadores designados y vitalicios y cambia la composición del Consejo Nacional de Seguridad.
Se pasa entonces de una democracia semi representativa a una representativa convencional. En ese momento puede decirse que termina el periodo de transición. El PC permanece aislado hasta el segundo gobierno de Michelle Bachelet. En todo caso en las elecciones presidenciales apoyan a diferentes candidatos, el sacerdote Eugenio Pizarro, Gladys Marín, Tomás Hirsch, Jorge Arrate, entre otros.
Entonces en el 2013 se integra, participando con dos ministros, contra doce del PPD y once del PS. Esa ponderación muestra el carácter simbólico de la participación del PC, aunque la alianza se denomina Nueva Mayoría. En la elección presidencial del 2017 Piñera le gana fácilmente a Alejandro Guillier. La sorpresa es la alta votación de la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez. Este segundo gobierno de Piñera está marcado por el estallido social y el manejo gubernamental de la pandemia. En ese contexto surge la candidatura presidencial del alcalde de Recoleta, el comunista Daniel Jadue.
Este personero está marcado por su liderazgo municipal, durante el cual puso en práctica políticas públicas innovadoras. En todo caso ese liderazgo, junto con el del militante del Frente Amplio, Gabriel Boric, han derivado en enfrentamientos con la candidata del PS, Paula Narváez. Esta última reaccionó con violencia a la decisión de Jadue y Boric de no participar en primarias conjuntas, cuestionando especialmente al PPD. Esta decisión revela una izquierdización, por lo menos provisoria, de la alianza entre el PC y el Frente Amplio, en vista de las próximas elecciones presidenciales.
(*) Académico Escuela de Sociología UAHC. Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades