Universidad Academia de Humanismo Cristiano despide a Juan Ruz, rector entre 2006 y 2009
La madrugada de hoy, producto de un infarto al corazón, dejó de existir Juan Ruz, rector de nuestra universidad entre 2006 y 2009. Ruz era profesor de francés (PUC) y filosofía (U. de Chile), doctor en Ciencias de la Educación (U. Católica de Lovaina, Bélgica), área a la que se dedicó a lo largo de toda su carrera.
Raúl González, director del Instituto de Humanidades UAHC, quien lo acompañó en su gestión entre 2006 y 2007 como Vicerrector Académico, lo recuerda como un rector con un liderazgo consensual, que valoraba mucho la democracia universitaria, con gran capacidad de escuchar y llegar a acuerdos.
“A su llegada, Juan no era parte de la comunidad de la Academia, por lo que su principal preocupación al inicio de su gestión fue entender la cultura institucional. Era una persona muy abierta a nuevas ideas, siempre dispuesta a escuchar. Valoraba enormemente la democracia universitaria, que existía en la Academia, en una época en que por ley estábamos impedidos de realizar elecciones de autoridades por votación triestamental”.
“Le interesaba mucho la investigación y el desarrollo de los postgrados y los programas vespertinos, y su gestión estuvo marcada por esa preocupación. Proyectaba una universidad situada en el acontecer nacional, y en el desarrollo de sus académicos”, recuerda González.
Esa mirada lo llevó a convertirse en presidente de la Corporación de Universidades Privadas –CUP- en 2008, conglomerado que la Academia ayudó a crear en 1991 como socio fundador, y al que recientemente se reintegró.
Por su parte, Lucía Sepúlveda, fundadora de la Escuela de Trabajo Social de la Academia, recuerda al ex rector Ruz como una persona muy cercana, sociable y preocupada del destino de la Universidad. “Él impulsó de una manera muy importante el desarrollo académico de los postgrados. Siempre cultivó, además, una relación muy afable con académicos, funcionarios y estudiantes”, señala. “Era una persona cercana, de esas que te saludan de beso y abrazo. Creo que le aportaba un aspecto muy humano a la gestión de la Universidad, y a esa visión triestamental que hoy es parte de su cotidianidad”, agrega la docente.
“Amable, cercano, preocupado y con mucho sentido del humor. Siempre dispuesto a otorgar un minuto de su tiempo a quien lo requiriera. Era como si su vocación de profesor la aplicara en todo momento y para todos y todas”, recuerda Valeria Díaz, secretaria de rectoría, que acompañó a Ruz en su gestión.
La ex académica UAHC, Mirtha Abraham, quien también coincidió con el rector en el Magíster en Investigación Educativa, describe a Ruz como una persona tremendamente reflexiva, reservada y humilde. Un hombre muy noble, leal y comprometido con sus principios, que cumplió roles importantes en la educación chilena, como rector de la Academia, la Universidad Educares y en la Dirección General del Ministerio de Educación, explica.
“El profesor Ruz fue un gran pensador, como el doctor en Filosofía que era, que abocó todos sus conocimientos al tema educativo y a la teoría de la educación en particular. En sus clases realizaba grandes exposiciones que estimulaban mucho a los y las estudiantes. Lograba generar en ellos la necesidad de reflexionar profundamente ante los autores clásicos, algo muy propio de un buen profesor”, recuerda, ante lo que fue la mayor obra de su vida: la teoría sobre la convivencia escolar.
Su aporte a la educación
El profesor Juan Ruz desarrolló una larga y reconocida trayectoria como docente e investigador en formación de profesores en varias universidades chilenas.
Fue académico de la Universidad Católica, asesor del Colegio de Profesores y jefe de la División de Educación General del Ministerio de Educación, director de la Oficina Técnica de Programas de la OEI en Chile, miembro del Consejo Beca Presidente de la República y profesor del Programa de Magíster en Educación de la Universidad de Chile.
A lo largo de su carrera, destaca su reflexión en el ámbito de la educación inclusiva, la promoción de colegios integradores, especialmente en comunas de menores ingresos. “La mirada al conjunto del sistema y, por tanto, a la variedad de escuelas y liceos de nuestro país es una de las experiencias más significativas de mi vida profesional, lo que ciertamente ha enriquecido mi conocimiento sobre los temas de políticas públicas educacionales”, comentaba sobre este tema.
En el ámbito de la gestión pública, “la experiencia de mayor relevancia y desafío” que enfrentó –según sus propias palabras- fue la jefatura de la División de Educación General – o Director General de Educación – del Ministerio de Educación, entre marzo de 2000 y enero de 2002.
“Probablemente, una de mis experiencias más relevante ocurrida en los últimos años, tiene que ver con la constitución y conducción durante un tiempo sostenido, de un equipo de académicos que se abocó al proceso de construir y ejecutar un proyecto de innovación en formación de profesores, y que contó con la participación directa de más de 100 académicos… La disposición al diálogo que ello significó, la capacidad de autocrítica, la autoconciencia de las limitaciones, la necesidad de neutralizar las resistencias al cambio, constituyen tal vez una de las mejores experiencias vividas y de mayor alcance e incidencia en mi vida profesional”, destacaba Ruz.
Militante comprometido
Militante histórico del Partido Socialista y del MAPU, sufrió la prisión y la tortura durante la dictadura. Desde el Comunal Ñuñoa del Partido Socialista de Chile lo describen como un “militante comprometido y consecuente con los valores socialistas, miembro del PS en la comuna de Ñuñoa, junto a sus hijos y su compañera María Angélica Ibáñez”.
Su hijo, Genaro Cuadros, lo despide con estas palabras: “Juan nació en Curicó, y es hijo de la Chela, una costurera pelirroja dulce y fuerte. Se crió en el barrio norte junto a sus dos hermanos. Fue un cristiano comprometido políticamente, y pertenece a la generación de la patria joven que migraron con el MAPU a la izquierda. Fue un militante del socialismo siempre, ingresó al PS con la vuelta a la democracia y trabó profundas amistades y compromisos en él, con el proceso de unidad, con la renovación socialista y con la izquierda. Se destacó en muchos momentos de su vida por asumir con responsabilidad y lealtad su liderazgo profesional y político.
Durante la universidad, tanto en la Universidad Católica, como en el Pedagógico de la Universidad de Chile, fue un activo dirigente estudiantil de la reforma universitaria. Un formador de formadores en la escuela normal. Durante los 70 encabezó la UP en el norte grande, donde se trasladó para aportar como profesional a los desafíos de ese momento histórico.
El día del golpe militar cumplió con sus responsabilidades políticas y enfrentó el golpe. Fue buscado, capturado y encarcelado en la Base Aérea de Cerro Moreno, en la ciudad de Antofagasta, donde fue llevado a una Corte Marcial. Gracias al General Lagos y María Angélica logró conmutar primero el pelotón de fusilamiento, luego la pena de presidio en la Cárcel Pública por una relegación en Calbuco, y luego la relegación por exilio en Bélgica. Siguió desde el exterior colaborando con la recuperación democrática, mientras se doctoraba de Filosofía en Leuven.
Volvió en los ´80 a aportar al proceso de derrota de la dictadura y como docente universitario. Fundó el primer sindicado de universidad privada en dictadura en la Universidad Diego Portales. Participó en todos los programas de educación de los gobiernos democráticos.
Fue profesor e investigador académico, director del Instituto Educares, vicerrector del ARCIS y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Fue director general de educación del presidente Ricardo Lagos. Y termino su recorrido académico donde lo comenzó, en la Universidad de Chile.
Tuvo amigos fundamentales, una esposa, y un gran amor de la vida con la que atravesó todos los mundos; tuvo siete hijos primero a Ivonne, Juan Gustavo y Alejandra, y luego a Jessica, Genaro, Carolina y Camilo. También Muchos y hermosos nietos que amó. Murió como vivió, cuidado, austero, tranquilo, querido y feliz”.
Acompañamos a la distancia su familia y amigos en esta despedida. Vaya para el rector Juan Ruz nuestro agradecimiento por su gestión y compromiso, en la vida, la educación y la política.