
En entrevista con Jorge Arrate, rector Ramis analiza factores que contribuyen al debilitamiento de la democracia
Como parte del capítulo 16 del espacio “Diálogos por la izquierda”, un podcast del Portal Socialista que explora temas de actualidad política y social, el economista y exministro Jorge Arrate sostuvo una charla con el rector de la Universidad de Academia de Humanismo Cristiano, Álvaro Ramis, donde ambas figuras analizaron los desafíos que enfrenta el mundo actual, aportando desde sus experiencias y visión.
Respecto al deterioro global de la democracia, la autoridad académica propuso que este declive se relaciona con una invasión del mercado a la democracia. “El principio de igualdad que anima el espíritu democrático ha sido desbancado por el principio de la desigualdad que anima el mercado. En la democracia se supone que cada uno es igual y vale lo mismo, una persona, un voto. Pero en el mercado los votos que tienes dependen de cuánto dinero tienes, si tienes 1.000 pesos vales 1.000, si tienes un peso vales uno”.
A su juicio, durante la década de 1980 el mundo vivió una ola democratizadora que en nuestro país condujo a la construcción de una nueva participación ciudadana. “Esta tuvo su expresión en casi toda América Latina, donde se estaba saliendo de dictaduras muy terribles que se instalaron los años 70, y se incorporaron a nuevos ciclos democráticos que tenían muchas limitaciones como el chileno, pero bajo la perspectiva de que era mposible de retroceder, era un ciclo que solamente iba a mejorar”.
“Había un optimismo histórico respecto a que esas democracias por imperfectas que fueran se iban a perfeccionar y en 20, 30 años tendríamos más países en régimen democrático y con democracias de mayor calidad. Y eso no se ha cumplido, sino que hoy en día vemos que hay un número decreciente de países en el mundo que viven en democracia y los estándares de esas democracias van decayendo”, agregó.
En el caso chileno el rector cree que nuestro país vivió una primavera democrática reciente que resultó truncada. “Tratamos con el proceso constitucional de avanzar en un cambio para que esta democracia tutelada de los años 90 pudiera llegar a un régimen de autonomía de las personas con pleno derecho. Y tuvimos que enfrentar la derrota del 4 septiembre de 2022 que frenó esa situación. Y estamos en un interregno donde no sabemos hacia dónde vamos a caminar, si vamos a profundizar en la democracia o vamos a retroceder”.
Una lógica regional que también entra en juego es la que describió como la “bukelización” de la política. “Es el síntoma del líder que promete resolver por decreto problemas sociales de enorme complejidad. En sociedades muy fragmentadas donde hay una especie de estado hobsiano de todos contra todos, un líder fuerte, aunque sea el más autoritario y el más brutal impone cierto orden frugal (…) Hay un momento de paz que un señor feudal impone por la fuerza, lo que debería ser el control por parte del Estado como interés común”.
Algo que se vive en paralelo es una crisis de la dimensión resolutiva de la democracia a ojos de la población. “Si la democracia es solo debate, debate, debate, hay un momento en que la gente se desespera y dice, ‘¿Pero por qué no se ponen de acuerdo y zanjan algo?’ Entonces entra la tentación del líder autoritario que resuelva por arriba lo que no nos pudimos poner de acuerdo los de abajo. Por el bloqueo político particular que estamos viviendo, se agudiza la sensación de que no hay una democracia resolutiva, solo una diletancia permanente de muchas opiniones que no llevan a nada”.
Respecto al tema del narcotráfico llamó a considerar los errores que cometieron países como México. “Establecer recetas universales es complejo, Chile tiene que encontrar su propio punto. porque este problema es dinámico. Lo que ocurre hoy es diferente de lo que ocurría antes de la pandemia y de la ola migratoria. Es importante reconocer que ha habido un cambio en ciertas lógicas porque junto con el enorme aporte de la población migrante también llegó una estructura criminal. Entonces hay que distinguir ciertas dimensiones del conflicto y por otro lado, está el problema de la disputa de los territorios. Esto no se puede abordar sin disputar territorio por territorio. No hay una solución global a nivel país”.
La autoridad académica destacó el efecto que tiene la corrupción en la pérdida de la valoración de la democracia y apuntó a un elemento que se deja de lado en la lucha contra ella. “Si hay un corrupto siempre hay un corruptor y ese es el poder que está en la sombra que falta en la ecuación. Cuando un funcionario está dispuesto a aceptar la influencia de un Hermosilla, por supuesto que es sancionable y hay que perseguirlo, pero la mirada no se puede reducir en él”.