Academia realiza emotivo homenaje en celebración del Día del Trabajador Social
El pasado miércoles 13 de noviembre, la Escuela de Trabajo Social de nuestra universidad realizó una especial conmemoración para celebrar el Día del Asistente Social (11 de noviembre), a cargo de los académicos de la Escuela Pablo Miranda y Edmundo Mercado.
El rector de la universidad, José Bengoa se hizo presente para destacar la gran participación del trabajador social en nuestra sociedad, reflexionando también el contexto social que se vive hoy, señalando las muchas movilizaciones que se han gestado a causa de reclamar los derechos. “Derechos educacionales, de salud, culturales, económicos, se han puesto en el tapete tan indivisibles como el derecho a la vida. Un punto muy atractivo en este momento en que vivimos”.
Este año la ceremonia tuvo como foco conmemorar la labor de todos aquellos asistentes sociales que lucharon activamente en tiempos de dictadura. En ese sentido fueron homenajeadas: María Luisa Sepúlveda, Luisa Victoria Baeza Fernández, Norma Muñoz Peñailillo, Daniela Sánchez Sturman, Ángela Cofré Guerra, todas de la Vicaría de la Solidaridad. Norma Rojas Cuéllar, Berta Bel Escalona, María Victoria Rogazi Candia de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), y Marisol Espinoza Cuellar de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derecgos del Pueblo (CODEPU).
En la oportunidad, además se realizó un panel en el que participaron algunas de las homenajeadas, quienes compartiendo su experiencia en el contexto del Golpe de Estado.
María Luisa Sepúlveda reflexionó sobre la importancia del trabajador social en la actividad social y la defensa de los derechos humanos, compartiendo su experiencia en la Vicaría de la Solidaridad.
“Colegas que nos han hecho sentir tan orgullosos por haber sido un aporte en la sociedad en un momento tan crítico que vivió el país”, señala Sepúlveda, enfatizando que sus historias son un aporte en el desarrollo de la profesión.
A su juicio, el valor a la dignidad y el valor a la vida fueron las motivaciones para dar apertura a un logro que entrega una labor tan especial como la social. “A pesar que no teníamos conocimientos específicos de los derechos humanos, sí sabíamos del valor de la dignidad de todo ser humanos, y aunque nos faltaba la doctrina, creíamos en las personas y en nuestra haber humanista, lo que nos ayudó a ponernos en el lugar de la víctima, y así realizar un trabajo profesional en un clima de horror y dolor”, destaca.
En el caso de Berta Bel, cuando participó en FASIC, el trabajo en equipo ayudó a mejorar el trabajo de investigación y defensa de las personas vulneradas en aquel tiempo. “Nuestro trabajo se hacía en equipo y eso permitió que también tuviéramos una autocrítica de lo que hacíamos, porque nos ayudó a descartar posibilidades y a validar mejor la ayuda que podíamos entregar”. Por ejemplo, se formó en ese momento, la Agrupación de Presos Políticos, de Detenidos Desaparecidos, y de Familiares Relegados. “Grupos que nos permitieron cuantificar y dosificar mejor la ayuda que dábamos”.
En tanto para Marisol Espinoza, su participación nace desde un punto más delicado y personal, puesto que sus derechos en el área laboral fueron vulnerados, humillados y relegados en un tiempo muy difícil para ella, ya que además era viuda y tenía a sus tres hijos.
Se encargó de participar en el CODEPU con empatía y profundo tratamiento de investigación y contención al tratar a las víctimas del 73’, comenta.
Al término del panel, se realizó la ceremonia de conmemoración a todas las valientes asistentes sociales que terminaron refugiándose en nuestra universidad en el Golpe de Estado, y que además participaron en organismos tan importantes en aquellos tiempos puesto que ampararon y defendieron a tantas víctimas vulneradas en sus derechos tanto civiles como humanos.
Dedicado a todos los valientes y perseverantes activistas sociales que en su lucha defendieron siempre los derechos y valores humanos.