[Acreditación de las Pedagogías:] un doble desafío y una doble tarea
Dra. Teresa Ríos Saavedra
Directora Escuela de Educación
«La acogida y atención siempre fue amable, dialogante y abierta; los pares Evaluadores apreciaron una atmósfera coherente con lo declarado en la Misión de la Universidad: se transmitió unidad, convicción, mística y compromiso en la consecución del Proyecto Pedagógico de la Universidad.» (Informe final pares evaluadores PFPEM p. 6)
Este comentario de los evaluadores pares representa con bastante fidelidad la coherencia entre lo que decimos ser y lo que somos; eso es a lo mayor que puede aspirar un proyecto pedagógico.
El contexto sociopolítico actual exige a la Escuela de Educación de la UAHC que redoble sus esfuerzos por entregar una formación que responda a los nuevos parámetros de calidad y que al mismo tiempo salvaguarde una formación conforme a su visión y misión. En este sentido, el proceso de Acreditación ha permitido a nuestra Escuela mostrar que ha podido sortear exitosamente este reto que tiene un doble requerimiento. Por una parte, responder a evaluaciones según estándares nacionales y, por otra parte, brindar una propuesta pedagógica en la formación inicial docente que esté marcada por un fuerte contenido social, que promueva la reflexión crítica de la realidad, la promoción de los derechos humanos y los valores de la justicia y la democracia.
Más allá de los años que cada carrera obtuvo en el proceso de acreditación, ésta nos ha permitido tener una visión panorámica de las carreras. Los evaluadores externos reconocen y valoran el cumplimiento del doble desafío ya señalado, y constatan que la demanda impuesta a la tarea de la formación inicial docente puede ser resuelta. Así pues, más allá de las presiones homogenizantes que imponen los sistemas de evaluación, es posible sacar adelante un proyecto académico de formación inicial que se transforme en “un espacio de integración social y de valoración por la diversidad, que posibilite que estudiantes de todos los sectores sociales compartan esta misión y desarrollen un pensamiento reflexivo y crítico, formándose como profesionales de la educación en vista a aportar al desarrollo del saber pedagógico y a la innovación de las prácticas docentes, a nivel de aula”.
El reconocimiento obtenido significa que nuestras carreras y programas están considerados entre los mejores dentro del contexto de la Educación Superior del país. En una Universidad como la nuestra, con un proyecto ambicioso, pero con pocos recursos, es justamente esta tensión la que representa nuestra gran riqueza, nuestra mística y nuestra fuerza. El profesionalismo con que cada académico asume la misión y la visión de la Universidad ha permitido sacar adelante la tarea de formar profesores que sean capaces de aportar en la construcción de una educación que forme a las nuevas generaciones no meramente en los contenidos del currículo escolar, sino que, además, les entreguen a éstas los recursos para que puedan construir proyectos de vida acordes a los principios que nos mueven.
Consiguientemente la valoración explícita de los pares evaluadores, de la coherencia lograda entre la misión y visión de la UAHC y las propuestas de cada carrera en particular, da cuenta de una Escuela de Educación que aporta a la coherencia y a la unidad de sus proyectos bajo una misma identidad. La valoración del cuerpo académico, al que se le reconoce su calidad y su dedicación, es al mismo tiempo un reconocimiento a la excelencia académica.
Ha llegado la hora de la alegría y la satisfacción por el trabajo realizado y por la consolidación de una Escuela que es de todos y que se va configurando como una unidad donde se está construyendo una cultura de autoevaluación que debe ser permanente en el tiempo y que tiene la responsabilidad de resguardar la coherencia de cada proyecto con la misión y visión de nuestra Universidad.