Antonio Leal, Dr. en filosofía_“Gramsci renueva el marxismo hasta los años 70 y crea un léxico distinto”
El doctor en filosofía y ex presidente de la Cámara de Diputados de Chile dictó la conferencia “Gramsci, el poder de las ideas: Homenaje a 80 años de su muerte”, invitado por el CIS de la Escuela de Sociología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
El Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Escuela de Sociología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano invitó al doctor en filosofía, magister en Relaciones Internacionales y sociólogo, Antonio Leal, quien dictó la conferencia “Gramsci, el poder de las ideas: Homenaje a 80 años de su muerte”.
El 27 de abril se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento del pensador y fundador del Partido Comunista italiano, Antonio Gramsci, quien debió vivir su última década encarcelado por el régimen fascista de Benito Mussolini. “Lo dejaron salir un mes antes de su muerte, cuando el desenlace era inevitable. La idea del fiscal, pero que no lo logró, era evitar que este cerebro pensara por los próximos 20 años”, comentó el ex presidente de la Cámara de Diputados de Chile.
Pero fue precisamente ahí, tras las rejas, donde Gramsci elaboró la parte más destacada de su pensamiento, pese a tener escasa posibilidad de saber qué estaba sucediendo en el resto del mundo. “En esas condiciones crea el artículo ‘La Revolución Rusa contra El Capital’, el libro de Marx que había creado para Europa. Aquí, Gramsci explica que la revolución no se había producido en un país capitalista como había anticipado Marx y una de sus conclusiones fue que había que empezar de nuevo y en otra parte”, explicó Leal.
Para Gramsci, agregó el académico, el sistema capitalista no fue un simple modelo de producción sino un modelo de vida que creaba un mercado como parte de esa cotidianeidad. La manera en que permea el modo de vida hasta la actualidad es lo que hace tan difícil cambiarlo, agregó.
La estrategia para occidente
El pensador italiano, desde el estudio del Renacimiento y otros procesos históricos, establece una estrategia para occidente parcelada en cuatro aspectos esenciales: el estudio de la filosofía italiana, del folclore, la religión y el sentido común de la sociedad, explicó el sociólogo. “En primer lugar, elabora la Teoría de la Hegemonía, que es uno de los grandes aportes al marxismo y a la política en general. Gramsci renueva el marxismo hasta los años 70 y crea un léxico distinto. Reinterpreta ideas y genera gran cantidad de conceptos que hoy son de uso común en nuestro lenguaje”, recordó Leal en su conferencia.
Además, logró desatar las amarras del marxismo al separar la base económica de la sociedad de la que denominó superestructura, que es lugar donde se instalan las ideas para transformar a los pueblos. “Gramsci despeja un tema que el marxismo no había podido resolver. Marx pensaba que si el sistema era capitalista, el estado era capitalista. Mientras que Gramsci dice que no, que existe autonomía de la superestructura y que la base económica de la sociedad no la determina. La autonomía permite movimientos que están en condiciones de instalar ideas y hacer de la cultura el eje de cambio. Esa interpretación, libera al marxismo de su dependencia de la base económica y genera que el estado deje de ser un órgano de la burguesía”, explicó.
El académico, con el fin de acercar la visión de Gramsci a Chile, lo comparó con Luis Emilio Recabarren, padre del movimiento obrero. “Recabarren era ‘gramschiano’ o Gramsci era ‘recabarriano’, aunque nunca se conocieron”, dijo. Reconoció que ambos entendían que los comunistas debían estar en las instituciones para buscar producir cambios en la superestructura y contribuir a una hegemonía cultural ya que “era en la superestructura donde se generaban los consensos y acuerdos”, añadió sobre las cosas que unían al pensador italiano y al tipógrafo y diputado que fundó las bases de la revolución de izquierda en Chile.
La expansión del Estado
Para Leal, esa no fue la única separación conceptual que generó Gramsci. Agregó el concepto de sociedad política para diferenciarla de la sociedad civil y que quedar conformada por la iglesia, los partidos y la sociedad, que es lo que conocemos hasta nuestros días y que generaron las condiciones que permitieron el voto de la mujer y el auge del mundo popular a través de la educación después de la segunda Guerra Mundial.
Pese a los aportes entregados por Antonio Gramsci, Leal no duda en manifestar que el pensador tiene límites en sus estudios debido a una serie de condicionantes, como por ejemplo, su aislamiento forzado. “El límite es que sus textos están desordenados y fueron algunos estudiosos italianos quienes le dieron cierta coherencia para que se entendieran, ya que escribía contra la censura para que los textos pudieren salir de la cárcel y tampoco alcanzó a interpretar su propia obra”, reflexionó.
Sin embargo, su legado tiene impacto actual en la sociedad mundial, 80 años después de su fallecimiento, lo que le permite asegurar a Leal que “con Gramsci es posible ir más allá de Gramsci. Tiene conceptos que nos permiten entender los fenómenos nuevos y sin dogmas. Es muy moderno que entienda que el capitalismo es una forma de vida. En Chile no hay alternativa al capitalismo, sí al neoliberalismo, que es otra cosa”, finalizó.