Atrápame si puedes
(*) Por Cristopher Ferreira Escobar
Como ya sabrán, el agente del FBI Carl Hanratty representado por Tom Hanks, demoró años en atrapar a Frank Abagnale, caracterizado por Leonardo DiCaprio en la cinta atrápame si puedes (basada en hechos reales). Para suerte del detective —y mala para quienes no la hayan visto— Frank Abagnale es atrapado; quien en algún momento se vuelve buena persona y trabaja junto a Frank en el FBI para atrapar a otros falsificadores.
El Presidente de la república, Sebastián Piñera, no corrió con el éxito del detective Carl si de atrapar el Covid- 19 (Coronavirus) se trata. Dos cosas nos confirman la hipótesis. Ya sea en el ámbito objetivo, aplanar la curva, como el ámbito subjetivo, orientar las subjetividades (los pensamientos) de los chilenos, el resultado es el mismo, su fracaso inherente. Veamos.
En el ámbito objetivo, el imitador Stefan Kramer refleja de manera tragicómica los vaivenes discursivos del Gobierno, representando al Ministro Mañalich, quien ha sido el rostro, sino acaso el símbolo clave del Gobierno. A medida que pasaban las semanas del contagio en China, el Gobierno avisaba su preparación, y con ello su anticipación. Nada de esto ha pasado. A pesar de la “humorada” que refleja la verdad de los vaivenes discursivos, también refleja, y aquí lo más problemático, la ineficacia, es decir, la ingobernabilidad, esto es, el no cumplimiento del objetivo del Ministerio de Salud: dar salud.
Por otra parte, Mañalich ha sido desmentido por varios trabajadores de la salud que muestran la falta de condiciones para el trabajo seguro. Un caso de esto fue la doctora Fabiola Alzamora, quien vociferó la falta de insumos. Otro caso fue el “paro” de internos de la Pontificia Universidad Católica (PUC) por falta de mayor personal. Otro caso fue el video de las enfermeras del Hospital Higuera de Concepción fabricando mascarillas. La lista sigue y sigue. Lo único claro, es que a diferencia de Frank, el coronavirus no se volverá buena persona para que trabaje con Mañalich.
En el ámbito subjetivo, el Gobierno ha sido incapaz de mantener una estabilidad en torno a cómo se construye el relato del coronavirus a nivel comunicacional como del saber disciplinario de la salud (técnico). Toda construcción de un relato requiere de una homogeneidad en su clasificación; con ello se obtiene certidumbre y estabilidad. Por lo tanto, un discurso que aseche la construcción de un relato está disputando el significado, y en ello se juega romper la certidumbre y estabilidad. Con esto, y a nivel comunicacional o técnico, las subjetividades, es decir, las formas en como la población entiende el coronavirus tienen varios efectos: se polarizan, se vuelven frágiles y se confunden.
A nivel comunicacional es un fracaso duro y rudo que el Senador Andrés Allamand, cuyo partido de renovación nacional (RN) es parte del Gobierno, pida al Presidente tomar la decisión de cerrar ciudades y cuarentena total para la RM. Más claro que echarle agua; no hay comunicación entre el Gobierno y un partido de gobierno. La ropa sucia se lava en casa. De no ser así, el mensaje tiene tres significados: primero, falta de comunicación, segundo, presionar al Gobierno, y tercero, generar confusión a una población que observa al gobierno con decisiones no aceptadas por un partido de gobierno.
A nivel técnico, esto es, del saber disciplinario de la salud, las exigencia del colegio médico, encabezada por su presidenta Izkia Siches por transparentar las cifras, por dialogar más, por tener más información y por el cierre de la RM se vuelven un problema más grave que el anterior por tres cuestiones muy simple: primero, porque un saber especializado es marginado del debate, segundo, porque la disputa de cómo debe llevarse el proceso amplía los límites de lo que debe hacerse y decirse sobre el Covid-19, y tercero, actualmente el Gobierno se ha reunido con el colegio médico, lo cual da reconocimiento y lo reviste de legitimidad como actor. Por lo tanto, lo que dijo, y que fue en tensión y crítica al Gobierno, confirma la verdad de su discurso; el cual ya causó un impacto importante en la conciencia de los chilenos, a saber: ¡el Gobierno definitivamente iba mal!
Como vemos, los intentos del Gobierno por frenar el Covid-19 han sido tensionados por diferentes actores del sistema político y trabajadores de la salud. Además, confirmamos así el fracaso de atrapar al Covid-19 por parte del Gobierno. Pero lo peor de ello son sus efectos en la población, polarización, fragilidad y confusión ante una pandemia como esta.
(*) Estudiante 5° año de Ciencia Política y RR.II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano