Brasil, a una semana

Brasil, a una semana

Por José Orellana*

Los resultados de la primera vuelta electoral en Brasil se significaron profusamente como una sorpresa, cuestión que desde lo mediático puede ser, pero desde lo territorial – electoral – programático, no es del todo sorpresivo.

El comportamiento y alcance territorial explica algunas cosas del resultado. El PT, el PSB y el PSDB, demostraron tener una mejor y asertiva base territorial, siendo por supuesto el PT y el PSDB los más efectivos. Ello se corrobora no sólo por estos resultados, sino por cómo se han dispuesto en la contienda electoral hace más de 20 años.

En la escala subnacional, también ocurrieron hechos significativos, sobre todo en el componente de gobernaciones, coherente con lo anterior. En este marco, se sabe que de 27 gobernaciones 11 quedaron para el PT. Es este un número alto, que, además, involucra el Estado de Minas Gerais, donde Neves fue gobernador. Por otra parte, se suman 4 gobernaciones para el PMBD, 1 para el PC, 1 para el PDT y 1 para el PSD los que pertenecen a la coalición del PT. Además, se agregan 2 que van a segunda vuelta y con altas posibilidades de ser electos en beneficio de Dilma. Esta circunstancia, permite inferir que existe una probabilidad cierta de capitalizar la competencia y competitividad de Dilma. Ello sin perjuicio del importante apoyo del PSDB y Marina Silva en beneficio de Neves.

Otro aspecto a considerar, tiene que ver con las coherencias que encarnaron las diferentes apuestas electorales. Dilma Rousselff y Aécio Neves respondieron a proyectos políticos con consistencia. El primero desde una coalición de Izquierda, el segundo desde otra de derecha y Silva, en un pie forzado con el PSB, coherente de forma importante con los postulados de Neves, junto con las contradicciones propias del actor Silva, conocidas y analizadas ampliamente.

En segunda vuelta, corresponde observar cuál será el comportamiento del electorado, desde el 21% que obtuvo Silva y el 19% que obtuvo el abstencionismo. En este sentido, hay que tener en consideración los resultados de la primera vuelta, que sin perjuicio de los análisis que realizan algunos expertos a propósito de que quedó abierto el resultado final de la elección, entregan pistas para pensar que quien se quedará con la siguiente presidencia será el PT. Ello porque, los resultados entregan un dato significativo: donde ganó el PT, lo hizo de forma importante, por sobre el 50% de los votos escrutados, a su vez la suma de Silva y Neves en la mayoría de los casos se encuentra por debajo del 50%. Donde ganó Neves, sólo en dos estados, lo hizo por sobre el 50%, entre ellos, uno importante, como es Sao Paulo, y donde ganó por debajo del 50%, el PT se encuentra no tan lejano para acercarse. Otro elemento que permite esta inferencia es el resultado de las gobernaciones, el cual ya se comentó

Se tiene, además, el antecedente de que en la elección anterior, una votación importante de Silva se fue al PT, hecho que puede repetirse, más cuando existen indicadores objetivos, que para la población de escasos recursos son importantes de mantener y proyectar, como es salir de la pobreza, tener empleo, entre otras circunstancias. Es claro que se necesitan ajustes para la segunda vuelta, cuestión que se sintetizan en las primeras señales de Dilma: ¡he escuchado el mensaje!, indicó a los medios, inmediatamente conocidos los resultados.

Interesa saber cuál será el comportamiento de la abstención, la cual, debiese interpretarse como el desencanto de la ciudadanía respecto del comportamiento que ha tenido el sistema político para resolver problemas ciudadanos, desde hace un tiempo a esta parte (expectativas no cumplidas, escándalos de corrupción, entre otros). Es Plausible que no varíe mucho el porcentual, es más, es plausible que un porcentaje de la votación de Silva se vaya a la abstención y desafección, transformándose en un actor tanto o más importante que el que encarna Neves y Dilma.

Esta última semana es interesante, toda vez que el despliegue político electoral, permitirá una obvia tensión, donde las posiciones liberales y conservadoras de derechas, se enfrentarán, con las progresistas cristalizadas en el PT y sus aliados, circunstancias que marcarán los últimos diseños del programa de gobierno de quien resulte ganador, que según los datos, debiera ser el PT.

Se encuentran ya desplegados los titanes de estas visiones. Por el PSDB, Fernando Enrique Cardoso, por el PT LULA, agregándose, como se comentó, ¿Silva y su acompañamiento territorial? En ese marco, quien acierte de forma más precisa en un electorado popular y de clase media emergente, se instalará en el Planalto.

* Académico de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones internacionales  de la universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Articulo publicado en El Quinto Poder