Con clase de Alejandro Trejo_Semana de la Educación Diferencial exhibe versión inclusiva de “El Chacal de Nahueltoro”
Recientemente, el actor Alejandro Trejo llevó su iniciativa “Cine al oído” a la Semana de la Educación Diferencial de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. La actividad inauguró sus fuegos con la audioproyección del clásico de Miguel Littin, “El Chacal de Nahueltoro”, totalmente rediseñada para el público ciego.
“¿Cómo llevas a un espectador ciego las caras de terror de una familia a punto de ser asesinadas en la película?”, pregunta el legendario actor a la audiencia de estudiantes de educación diferencial, interesados en el proyecto del Sindicato de Chile Actores que convierte al audiodrama clásicos del cine chileno como una manera inclusiva de extender el trabajo artístico.
Trejo cuenta que una responsabilidad social y artística llevó a Chileactores a hacerse cargo de una audiencia postergada por la industria y a la vez a rescatar –para todos y sin exclusión- un patrimonio fílmico chileno que, advierte, espera extenderse a un catálogo más amplio de películas infantiles, por ejemplo.
El taxista del “Volante o maleta”, hoy deviene en productor y cuenta que “Desde el diseño de sonido doblando diálogos de nuevo y armando el Foley con efectos de audio para que la película “hable” descriptivamente a este público y no sea una mera narración de radioteatro”, señala.
“Lo que hacemos no es proyectar la película. Lo que exhibimos es una edición especial y técnica que es lo más fiel a los que se representa en el film. La idea es que ese espectador ciego o de muy baja visión pueda regresar al cine y obtenga en su mente las imágenes visuales y convencionales que pasan de visuales a auditivas”, señala Trejo.
Hasta ahora se han convertido a formato de audioproyección clásicos incombustibles como “El Chacal de Nahueltoro” que dan cuenta de un catálogo excelso: “Julio Comienza en Julio” de Silvio Caiozzi, “Mi mejor enemigo” de Alex Bowen y “Taxi para tres” de Orlando Lübbert, protagonizada por Trejo.
¿Cómo sortean la dificultad de “expresar” para ciegos momentos tan complejos como los asesinatos del “Chacal de Nahueltoro” o la tensión de “Mi mejor Enemigo” que los autores originales suelen definir desde la imagen o incluso el silencio?
-Todas estas películas encierran una gran dificultad para desarrollarse como proyección para público ciegos. En particular casos como “El Chacal de Nahueltoro” que es una película muy, muy compleja. Ya lo era como largometraje audiovisual ya que es una mixtura de documental y ficción con un juego temporal en donde el montaje va hacia adelante y hacia atrás. También resulta muy duro recrear un ambiente que, si bien es del año 1968, retrata una atmósfera rural que ya no existe. Por otro lado, ¿Cómo recreas en sonido los rostros de pánico que filmó Littín?. Hay todo un tema actoral tras el registro de Nelson Villagra, el protagonista, quien tuvo que ponerle de su ADN personal para crear al Chacal de Nahueltoro.
Hizo un trabajo vocal extraordinario que no puedes tomar a la ligera y que para esta versión realizó el actor Pablo Striano, quien es director de los audiodramas, y se convirtió en un espejo de Villagra para este trabajo. Estas descripciones y hechos trágicos tenemos que recrearlos a través de diálogos, sonidos diseñados en un largo proceso y recurriendo a una investigación muy interesante sobre cómo suenan los ríos de la zona, los pájaros de Chillán. Es un trabajo entretenido el de la búsqueda de sonidos para una película que es bastante silente.