Con la conferencia de Carlos Lange culmina Seminario de Antropología Urbana
Con la conferencia dictada por el académico de la Universidad de Chile Carlos Lange se dio fin al ciclo del Seminario Permanente de Antropología donde se conversaron distintos temas ligados al urbanismo.
Dentro de su exposición habló de cómo se fue formando la antropología en el país: “era discreto como se enseñaba, pero también tenía poco campo de desarrollo”. Reconoce que las principales virtudes de la antropología son el ser una disciplina dialógica, critica y reflexiva.
“La antropología, al estar inserta en los estudios culturales y de geografía se visibiliza más y logra mayor presencia” señaló Lange, al tiempo que criticó la PNDU (política nacional de desarrollo urbano) ya que “si bien implica progresos para sus poblaciones, no necesariamente es un progreso beneficioso”.
Misma política que tiene varios críticos, pero cree que las ciencias sociales pueden aportar a la mejora, ya que en las mismas “siempre hay arquitectos, ingenieros, entre otras profesiones, pero no hay gente de las ciencias sociales”.
La urbanidad se aleja bastante de lo que se trabaja en estos planes: “no es parte del proceso de urbanización y es un error (…) tampoco hay un tratamiento acabado de la problemática a la hora de buscar soluciones”, en este caso, cuando se hace crecer a una ciudad de forma desordenada, al intentar ordenarla se pierde el norte del orden.
El otro error que se comente al planificar –según Lange- es que nunca se adaptan al contexto de donde se está trabajando “uno puede planificar la urbe de mil maneras, pero quizá pocas de esas soluciones sirvan efectivamente al contexto”.
Además, en la antropología se ha dado paso a un cambio de mirada en algunos temas: “según el área geográfica donde nos desarrollemos se presentan nuevos temas, si se trabajan de forma sistemática, pueden ayudar a los cambios”.
Hace un llamado –además- a mejorar los canales de participación ciudadana a la hora de generar proyectos: “por ejemplo: se inauguró una plaza muy bonita en Concepción, pero la gente protestó el dia de la inauguración. ¿El motivo? Ligustrinas. Estos arbustos armaban una “muralla” donde se podrían esconder delincuentes y asaltar a los niños mientras juegan. Pero en la lógica del paisajista, eso no existe”.