Con la presencia de Francois Delalande finalizan conversatorios sobre pedagogía musical
La Facultad de Artes cerró este jueves su ciclo de coloquios que se realizaron en el marco de la visita de Francoise Delalande, destacado ingeniero y pedagogo francés, que participa del 2° Seminario de Pedagogía en Música, el cual se extiende hasta el próximo 10 de junio, y es organizado por la Escuela de Música en colaboración con la Universidad de la Serena y el Programa de Investigación Transdisciplinaria en Música Acusmática PITMA, de la Universidad Arcis.
Fueron dos jornadas de diálogos en las cuales destacados investigadores, músicos y académicos abordaron las problemáticas educacionales actuales, centrando el debate en el modelo educativo chileno y sus desventajas en fomentar la creatividad y sensibilidad artística.
Una de las jornadas giró en torno al tema “Calidad de Educación ¿Cuál podría ser el sentido y la función de las artes y las músicas en la escuela del futuro?”.
Al respecto, Luis Osandón, decano de la Facultad de Pedagogía, señaló que “En Chile vivimos en una neurosis dada por el control y la búsqueda de medición de los contenidos pasados en las salas de clase”. Estas ansias de control y de cuantificación del conocimiento, a su parecer, han borrado de la discusión una “reflexión filosófico-pedagógica sobre qué tipo de educación queremos”, añadiendo que en sistema actual “la educación artística pasa a un segundo plano frente a las disciplinas más duras”.
Por su parte, Paulo Barraza, investigador asistente del CIAE y Doctor en Psicología, señaló este punto como fundamental dentro de la discusión “el modelo educacional chileno es anacrónico y está al servicio de un sistema político y económico que privilegia las disciplinas que tienen proyección en el mercado”, sostuvo
Para Barraza la pregunta central es determinar ¿Qué es beneficioso del arte en la persona?, argumentando que la música, “por sí misma no ayuda a una culturización, sino más bien el ejercicio cotidiano y la libertad creativa a temprana edad”.
Para Françoise Delalande, el ejercicio musical en los niños es fundamental para su integración, puesto que “el arte permite una forma de expresión única en los niños”. Recalcando que “en los países desarrollados se apunta a un modelo educativo que permita la autonomía y la creatividad más allá del arte”.
Así mismo, Carlos Zamora, decano de la Facultad de Artes, explicó que en Chile la cultura está entendida dentro de dos paradigmas de ejecución. Uno tiene que ver con “la democratización cultural, vista como bienes de consumo”, y que a su parecer es el área donde más se ha avanzado en la producción cultural; y la otra es la “construcción de democracia cultural, que en Chile está muy pendiente”.
Finalmente Olivia Concha, destacada artista nacional y profesora de la Universidad de La Serena, destacó la importancia de instancias como esta para construir la “escuela del futuro” recalcando que en nuestro país “no crecemos fomentando la autoestima en nuestros niños, es nuestra labor educar a través de la música, a través de la composición”.
Asimismo recalcó que “la música no debe ser enseñada, puesto que ella está dentro de los niños como juego de composición”. Es por esto que señala que “el sentido de la música y la educación es superar la pobreza del arte en todos sus niveles, dándole al otro lo que necesita”.
La música y los niños, adolescentes y jóvenes como sujetos de derechos
Otra de las jornadas realizadas en el marco de este seminario abordó la enseñanza del arte musical en el país, generando un cruce de perspectivas teórico prácticas que apuntaron a potenciar la mirada para permitir el desarrollo de niños, adolescentes y jóvenes, en torno a la creación musical.
Desirée López de Maturana, educadora de párvulos, actualmente coordinadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Serena, se refirió al atentado que muchas veces se comete en la educación preescolar con entornos contaminados acústicamente, olvidando el socializarlos con la música.
Citando a Gabriela Mistral, señaló que es “necesario domiciliar a los preescolares en el entorno sonoro, pues muchas veces se les tiene demasiado contaminados con ruidos y música que no es muy genuina, que atenta contra su creatividad natural”.
El profesor debe saber canalizar el arte potencial de los niños, estar abierto y no cerrarse a la educación conductivista, pues el ser humano tiene derecho a ser íntegro, “enseñar a crear y aprender a enseñar”, indicó la representante de la Unidad de Currículum y evaluación del Ministerio de educación, Carmen Lavanchy.