Conferencia aborda fenómeno de las pandillas en México.
Invitada por la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de nuestra universidad, Monserrat Aguilar, experta en criminología del Centro Universitario Mundial de México, ofreció la charla sobre el fenómeno de las pandillas en ese país.
La experta, indicó que más allá de las informaciones que aparecen en los medios de comunicación sobre la temática, es importante primero identificar las causas del flagelo, dado el aumento de estos grupos y su alto grado de violencia.
En ese sentido, Aguilar precisó que no sólo es un problema de seguridad pública, sino que también de la sociedad, al existir una aceptación de este fenómeno y al estar muy rezagados en su tratamiento y la prevención.
México cuenta con tres mil quinientos kilómetros de frontera con EEUU, y según explica la experta es precisamente en ese tramo donde se concentra la mayor cantidad de pandillas de alta peligrosidad.
“Tenemos una frontera peligrosa en sus más de tres mil quinientos kilómetros con EE.UU donde hay gran presencia de estos grupos, tal es el caso del Estado de Guanajuato, donde hay unas 800 pandillas sólo en el municipio de León, en cambio el cruce con Guatemala destaca la presencia de Maras, un tipo de pandillas presente en Centro América, aunque en México estas operan diferente”, puntualizó.
Desde el punto de vista sociológico, psicológico y del derecho penal, señaló que “nosotros no salíamos de las definiciones de pandillas que hacían la bibliografía de otros países como Hondura o El Salvador. Sin embargo, estos grupos poseen características propias según el lugar donde están, por lo tanto las dinámicas son diferentes. Por ejemplo, antes algunos se reunían en la calle, grafiteaban o se tatuaban códigos que los identificaba con un grupo determinado, eso ahora casi no ocurre; pues unos se volvieron sicarios de los narcos con un promedio de vida de dos años y medio a lo mucho”.
Aguilar, concluye que en las regiones afectadas, más que pandillas opera la delincuencia organizada. “Ya no están en las calles, ya no hay un consumo atrevido de drogas, sino que es un fenómeno de tenencia de armas, secuestros, extorsiones, etc. donde principalmente grupos de jóvenes son vulnerables a las ofertas que les hace la delincuencia organizada, que les ofrece una oportunidad de laborar por sueldos por ellos considerados buenos o muy buenos, evidenciándose el patrón de un bajo nivel educativo y son oportunidades para ellos escasas”.
Según datos entregados por la experta, las víctimas, aparte de estos jóvenes, también son los 174 funcionarios estatales muertos contra el crimen organizado, de ellos 32 alcaldes, algunos recién en calidad de candidatos electos y también el resto de la ciudadanía.
Luego de presentar una serie de fotografías y datos estadísticos en la materia, la exponente se refirió a aquello que dice la prensa, las instituciones, las universidades, los estudiantes y la sociedad mexicana respecto al flagelo. Resumiendo que en general “ las pandillas son de corte gregario integradas por personas que por medio del trabajo no consiguen satisfacer sus gustos y/o necesidades. Lugares donde valores sociales han cambiado por el hedonismo, el placer como único fin en la vida, conceptos muy o más peligrosos que estos mismos jóvenes que quieren conseguir un vehículo, mujeres, drogas”.
Por su parte, Luis Pacheco, director de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, indicó que uno de los problemas también radica en que “México además está tan cerca de EE.UU. y evidentemente este país quiere controlar el problema pero no tiene interés en eliminarlo, por la simple razón de que tiene la mayor población consumidora de drogas en el mundo y por tanto casi toda la droga que se produce en América Latina va para el consumo norteamericano. Sumado sin duda a otros factores, como el gregario, por ejemplo, que refiere a que los seres humanos no pueden no vivir en comunidad, y las pandillas también responden a esa necesidad. El punto de inflexión lo dan los contenidos de esa comunidad que le proporcionan las circunstancias económica, sociales, políticas y culturales”, puntualizó.