Conferencia sobre memoria, verdad y reparación en Brasil
Desde la dictadura y sus consecuencias; la memoria y medidas reparatorias en Brasil abordó la conferencia dictada por el profesor Bruno Groppo, investigador del Centre National de la Recherche Scientifique, de la Universidad de París I, organizada por la Escuela de Historia.
Groppo, quien tiene como principales áreas de investigación el exilio, memoria y políticas de emigración, manifestó que en Brasil la temática de represión y la memoria han sido y es un terreno de confrontación y de lucha política. Indicó que al igual que otras naciones del continente hay sectores de la sociedad que están interesados en que no se investigue sobre el pasado y, por el contrario, hay otros, principalmente familiares de las víctimas, que por años han buscado verdad y justicia. Precisamente éstos últimos, son quienes han contribuido a la conformación de comisiones de reparación en ese país.
Pese a ello, y según explica Groppo, a diferencia de Argentina y Chile, en Brasil no hubo procesos contra los responsables de las violaciones a los DD.HH, debido a la implementación de la Ley de Amnistía de 1979, la cual impidió la apertura de procesos de ese tipo.
“Brasil es uno de los pocos países que hasta la fecha no castigaron a los responsables de la represión, las torturas y desapariciones. Brasil es el único país en donde no se ha sometido a juicio a violadores de los DD.HH”, indicó.
Según los datos entregados por el investigador, en 1995 una ley federal de Brasil reconoce la existencia y muerte de al menos 136 desaparecidos, de un total de 400. A su juicio ” las cifras no son comparables con lo que pasa en otros países y menos a la proporción de la población brasileña, que es más grande que Chile y Argentina, naciones en donde el número de victimas fue mucho mayor” sostuvo.
Para Groppo, la dictadura brasileña contó con un alto apoyo de la población, y es uno de los únicos países del Cono Sur en donde la represión fue más bien limitada.
“La dictadura en Brasil se inició en 1964 (finalizó en 1985) de manera relativamente blanda, y se hizo más dura en 1968, aunque nunca con las consecuencias ni proporciones de otras naciones latinoamericanas. El balance, desde esa perspectiva no fue tan negativo”, puntualizó.