Constituyente electo, abogado UAHC_Manuel Woldarsky: “mis profesores y profesoras de Derecho me inculcaron la necesidad, pasión y ganas de tener leyes que respeten los DDHH de todos y todas”
Defensor de derechos humanos, músico y bici activista, el abogado titulado de la Academia Manuel Woldarsky (36) se declara como “un constituyente que fomentará el desarrollo integral de las personas” y dice tener como norte asumir el desafío de aportar a una Constitución donde el Estado sea garante de la dignidad de las personas.
El representante electo como independiente -apoyado por la Lista del Pueblo- en el distrito 10, uno de los más competitivos del país, dice estar hoy concentrado en ayudar a construir “la mejor constitución que hayamos tenido en la historia”.
“Conozco el poder de la educación para formar ciudadanos despiertos y dispuestos a luchar por sus derechos”, ha dicho sobre la manera en que espera contribuir a la escritura de una nueva Carta Magna, la primera en redactarse con representantes elegidos y elegidas democráticamente. “Me gustaría que el Chile que estamos construyendo sea uno que piense a las personas como seres multidimensionales, de manera integral. Así como ocurre con las mallas académicas también deberían ser incluidos talleres y actividades sociales, activismo en el sentido más amplio de la palabra”, afirma.
Su propia trayectoria y formación da cuenta de una persona que transita por múltiples intereses y territorios de creación. Abogado titulado de la UAHC y músico desde los nueve años, fue uno de los fundadores de la tuna de Derecho de la Universidad, contribuyó también a que se formara la tuna femenina y varios grupos folklóricos, entre ellos “Antologías de mi tierra”. La defensa de los derechos humanos es una de las principales motivaciones que lo impulsaron a llevar adelante esta candidatura. “Tuve el privilegio de contar con profesores y profesoras en la Escuela de Derecho que me inculcaron la necesidad, pasión y ganas de tener leyes que respeten los derechos humanos de todos y todas”, aclara.
Historia de una campaña
Para Manuel, ser constituyente es un ejercicio de derechos políticos inédito para la ciudadanía, que incluso supera la trascendencia del parlamento. “Es más importante ser constituyente que incluso ser presidente. Nosotros no estamos pensando en cuatro años, sino en un proyecto que le permita a Chile transitar al menos por 50 o 100 años. El proyecto de ofrecerle al país una nueva Constitución es la trascendencia histórica, ningún gobernante había tenido el coraje de ofrecérsela al país. Quienes lo hicieron, o eran de la transición o administradores del modelo que el dictador Pinochet impuso”, sostiene.
Woldarsky dice estar sorprendido del éxito de una modesta campaña financiada por familiares y amigos que, pese a no superar el presupuesto de $1.300.000, le dio una importante mayoría en el distrito conformado por La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago. “Mi campaña fue sumamente artesanal y su enfoque era el de mostrar a una persona real que, por ejemplo, ha sido víctima de torturas en su rol de defensor y observador de DDHH en las manifestaciones que siguieron al estallido social”. En dicho rol ha representado a víctimas de la violencia policial y ha participado de diversos espacios y activismos dentro y fuera de su campaña. Entre ellos, el colectivo de cooperación bici-activista “Ciclo Lumpen”, la coordinadora de DDHH de Providencia y la Fundación Huentelauquén de ayuda social, heredera del patrimonio artístico y cultural del folclorista Enrique Molina Leiva. “Él fue mi profesor y benefactor de esta fundación que me permite reunir la música y el derecho. No solo soy un abogado de la Academia, sino un constituyente que fomentará el desarrollo multidimensional de las personas”.
Sus principales hitos de un programa anclado en la vida real, dice, consiste en defender la realidad de quienes andan en micro, de las personas que saben cuánto vale el kilo de pan. “Me imagino un Chile que va a respetar los derechos humanos por fin, que vamos a transitar a ese camino con una Constitución que asegure para todos un Estado plurinacional, participativo, inclusivo, ambiental”, agrega.
Pone los derechos humanos al frente de toda discusión a partir de su experiencia profesional, pero también desde el diálogo con las comunidades y territorios. Para una nueva Constitución el Estado debe ser garante de la dignidad de las personas, asegura. “Que podamos entre todos entender que si no tenemos derechos humanos hay barbarie. Lo que necesitamos es que la Constitución, como un acuerdo país, permita entender que la dignidad no solo debe ser costumbre, sino una obligación”, explica.
“La inclusión de los DDHH consagrados en los acuerdos internacionales en la Constitución es básica, pero no basta con eso: también es necesario incorporar mecanismos que aseguren que violaciones sistemáticas a los DDHH, como la que hemos experimentado el último año, no se repitan. Quiero un Estado de bienestar, participativo, que aproveche para esto la tecnología y quiero convertirme en un delegado de la ciudadanía, que facilite la participación de todas y todos en la discusión constituyente, pudiendo expresarse a través de mí en la mesa de la Convención”.
Sobre la Convención dice estar seguro de que “la diversidad será el factor para que encontremos acuerdos en cuanto a la defensa de la igualdad, de un sistema inclusivo ambiental que respete la voluntad territorial, que ofrezca al país los recursos sociales suficientes para que todos y todas quienes lo habitamos podamos vivir con dignidad”.