Conversatorio analiza rol institucional y político en la crisis en Chiloé
Abordar la crisis socioambiental que afecta actualmente a Chiloé es retrotraerse a lo que fue Ancud, Freirina, Alto del Carmen, Caimanes, Punta de Choros, y otros tantos conflictos, los cuales, con impactos similares, develan diferentes problemáticas de tipo institucional, social, político y económico.
Precisamente con el objetivo de contribuir a un espacio de reflexión sobre estas problemáticas, particularmente la que afecta a la región de Los Lagos, la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de nuestra Universidad realizó el conversatorio “Chiloé, política y conflictos socioambientales”.
Catalina Barrera, cientista política de nuestra casa de estudios analizó el conflicto desde una mirada local. Indica que los municipios no están preparados para enfrentar catástrofes de esta naturaleza, ya que se ven enfrentados a diversas limitaciones. Explica que según la Ley de Municipios no es considerado un gobierno local en forma, lo cual disminuye sus atribuciones y facultades de acción; por su diseño institucional no está orientada a conducir de la mejor forma un conflicto; y la escasa descentralización política impide que tomen decisiones en sus propios territorios sobre este y otros temas.
En ese sentido, señala que los desafíos en esta materia pasan por una descentralización política y administrativa; fortalecimiento de la gestión y actividad política; así como aumentar las competencias de las autoridades y generar mayor confianza hacia la comunidad.
Para Pablo Zúñiga, director de la Escuela de Ciencia Política y RR.II “esto evidencia una visión de Estado casi corporativista, no en el sentido clásico, sino que en el sentido que las políticas públicas no son discutidas en los espacios que corresponde, como pasa en este caso con el tema medioambiental. Los estados, particularmente el de Chile, se encuentra en una situación de coaptación de su soberanía por parte de las empresas, fundamentalmente en lo que dice relación con regulación en dos ejes: legislación medioambiental y laboral”.
Agrega que “las regiones arriesgan su profundo sentido de identidad producto de esta catástrofe. No es una tradición chilota la producción de salmones a esa escala. Su producción es absolutamente indistinta en términos identitarios. Esto es evidentemente una consecuencia del modelo, ya que fue este modelo de desarrollo el que impulso la existencia de grandes plantas de salmón, pero no consideró las externalidades negativas que esto implica en el medioambiente. En Noruega, por ejemplo, la producción de salmón implica el drenaje del fondo marino para evitar consecuencias como las que hemos visto en Chiloé”.
Desde una mirada más biológica Gloria Baigorrotegui, investigadora del Instituto Ideas de la Universidad de Santiago, señaló que “es importante pensar en una acción colectiva, yendo más allá de los humanos. Cómo los animales, la flora y figuras biológicas, forman parte de esta acción que comienza a hacerse visible en el conflicto de Chiloé”.
Asimismo, indica que “estas figuras biológicas son parte de esta acción colectiva, por ello es fundamental ir más allá de la realidad científica. Son conflictos ecológicos que afectan a todo el ecosistema”.