Copiapó: El rol histórico en la expansión del norte chileno
Se trata de un proyecto FONDECYT, impulsado por el profesor Milton Godoy, docente de la Escuela de Historia de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, el cual permitirá difundir cómo se expandió Chile hacia el norte.
Nota publicada en la Revista Atacama Viva/ Por María José Aguirre Bórquez
La historia de la expansión territorial hacia el norte chileno amparado por la minería y el consiguiente despojo del centralismo existente hasta 1840, hizo que Copiapó fuera en su momento el hito que marcó este proceso de avance por parte del Estado Chileno hacia el norte, y cuya investigación es parte de un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, FONDECYT, que mantiene a destacados historiadores nacionales en nuestra región Atacama visitando los archivos regionales de diversas instituciones.
Atacama viva conoció parte de este proyecto y la investigación histórica que ayuda a comprender el rol que tuvo esta tierra en el proceso de expansión del Estado Chileno hacia el norte del país.
EL PROYECTO FONDECYT
Hablar del norte chileno y su relación con la minería en una región como Atacama resulta algo casi de todos los días, pero hacerlo respecto de la importancia que esta actividad económica tuvo para la configuración de nuestro territorio nacional que hasta el día de hoy nos hace ser una de las regiones que más riquezas le otorga al país, requiere de elementos que muchos quizá desconocen y que el proyecto “Construcción del Estado Nacional y Región en el Septentrión Chileno: Tal-Tal 1860 – 1910” quiere dar a conocer en sus tres años de investigación comprendidos entre el 2013 y el 2016.
Quien lidera este proyecto es Milton Godoy Orellana, docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, con una Maestría en Ciencias Sociales FLACSO (Quito – Ecuador), Doctor en Historia de la Universidad de Chile y postdoctorado en laboratorio CERHIO-CNRS de Francia, quien se encuentra desarrollando este trabajo junto a un equipo de profesionales que han visitado la región para conocer los archivos existentes en el Municipio de Copiapó y la Intendencia de Atacama tanto en la región como en Santiago, y quienes además han se han nutrido de antecedentes del Archivo Histórico de Antofagasta, el Archivo Nacional de Bolivia en Sucre, así como The National Archive Kiew Garden, en Londres.
Según Godoy Orellana “este es un proyecto de investigación histórica que tiene por objetivo conocer cómo nuestros Estados nacionales fueron construidos a la manera francesa, en donde las provincias estaban controladas por un Estado nacional centralizado en donde prima la macrocefalia de Santiago. Eso en primera instancia, en segundo término, se propone que el Estado nacional decimonónico es un verdadero “gigante con pies de barro”, es decir muy sólido en el centro, pero hacia la periferia su poder es mucho más laxo, tenue, y con menor presencia a través de las denominadas agencias estatales, a saber, escuelas, cárceles, etc”.
Parte de lo que aborda este proyecto fue dado a conocer a la comunidad en una charla dictada por el propio Doctor en Historia, la cual se denominó “Minería y construcción del espacio urbano en el despoblado de Atacama 1870 – 1900”, en dependencias del Museo Regional y cuyo propósito fue difundir en la comunidad atacameña el proceso de expansión del norte de Chile, y dentro de ello, el rol de Copiapó.
LA RUPTURA DEL AISLAMIENTO
La bonanza minera que a partir del año 1840 caracterizó al norte más septentrional de Chile y cuyo territorio correspondió a Copiapó, hizo que minerales como Agua Amarga, Chañarcillo o Tres Puntas relucieran en el contexto del llamado sistema capitalista periférico que le conectaba con los grandes estados europeos e ingleses que recibían el mineral extraído de estas tierras en pleno proceso de profundización de la Revolución Industrial.
No obstante, Copiapó seguía sumido en un territorio aislado, desconectado de la capital. “El principal problema presentado por esta amplitud territorial, separada y fragmentada por una abrupta orogenia o limitada por extensas y desérticas llanuras, es el tema de la integración territorial ligado al control y presencia del Estado nacional en ciudades, villorrios y centros mineros, donde el Estado necesita manifestar su presencia para imponerse sobre los espacios de ruptura y descontrol”, es lo que se extrae del documento “Entre la Metáfora de la Insularidad y la construcción del estado Nacional: El Norte Chico, 1840-1880”, de Milton Godoy Orellana publicado en la Revista Dialogo Andino.
Fue esta misma insularidad la que obligó al Estado a tomar cartas en el asunto y comenzar a impulsar la expansión de redes viales que unieran el país, con todos los beneficios económicos, sociales y políticos que esto suponía. Esta expansión, modernización y apogeo en términos económicos y sociales configuró un nuevo escenario para el norte chileno. “Se va generando una elite regional poderosa en términos de las ciudades y un proceso de modernización con escaso paragón en Chile, manifestado en las calles macademizadas, el alumbrado a gas, la llegada del ferrocarril –el tercero de Sudamérica– pero el que más cantidad de productos trasladaba y el más extenso”, indica el historiador, quien agrega que “en 1858 el 44% del cobre producido en el mundo era del Norte Chico”, señala el Doctor en Historia.
Este apogeo minero derivó en un dinamismo económico que según el artículo “Entre la Metáfora de la Insularidad y la construcción del estado Nacional: El Norte Chico, 1840-1880”, “indiscutiblemente influyó en la ampliación de la ecúmene y contribuyó al aumento demográfico, surgiendo nuevos asentamientos humanos de tamaños diversos, que aparecieron principalmente en el periodo de florecimiento de la minería que significó nuevas faenas, puertos, placillas, pueblos e incipientes ciudades, actividad que se tradujo en una complejización del entramado urbano. En términos demográficos la población de la región aumentó un 43,7% entre 1854 y 1907…”
De esta forma la insularidad territorial en que estaba sumido Copiapó logra reducirse y al mismo tiempo sentar las bases para una ocupación en el denominado Norte Chico.
LA CONSOLIDACIÓN DEL NORTE CHILENO Y PROLIFERACIÓN DE NUEVOS POBLADOS
Tras este apogeo y en virtud de la directa relación de nuestro país con los países de Europa, en el año 1873 con la crisis económica iniciada en Viena, Chile, y particularmente los minerales de Copiapó se ven fuertemente impactados. Milton Godoy explica que “la gran crisis decimonónica tuvo un fuerte impacto en la minería cuprífera, bajaron los precios, se cerraron faenas y eso provocó que la población se mueva, entonces cuando estas minas comienzan a producir menos, la población se desplaza hacia otras regiones”.
Tras ello la zona de Copiapó comienza a perder la influencia que había tenido hasta entonces y surge un nuevo foco de actividad en la zona de Taltal a través de minerales como Caracoles, Esmeralda y Cachinal de la Sierra. Más tarde, en 1877 con el boom del salitre, se inicia una ocupación que avanza cada vez más al norte, configurando el norte chileno anteriormente perteneciente a Bolivia.
“Taltal implica un avance hacia el norte y un proceso de territorialización, allí se instalan, en 1877, el Estado Nacional: cárceles, policías, escuelas, generando una red con las oficinas salitreras que envían el mineral a los puertos europeos”.
De ahí la importancia y relación directa entre la zona del puerto de Taltal y Copiapó como sectores forjadores de la expansión del territorio y de la presencia del Estado hacia el norte de Chile.
De esta forma Copiapó, que en su momento fue el sector más septentrional del territorio chileno, tuvo un rol decisivo en mantener la presencia estatal y al mismo tiempo un hito para la historia y economía del país en el siglo XIX. Al respecto, explica Milton Godoy que “Chile sin el desierto de Atacama sería difícil, en términos identitarios, comprenderlo como igual. En este contexto, me parece que lo más interesante de todo es que el movimiento de ocupación de esos espacios fue a propósito de trabajadores de esta zona, del Norte Chico, quienes tal vez venían de paso, se hicieron mineros en los valles y, más tarde, fueron la punta de lanza de penetración hacia el desierto, convirtiéndose en sus verdaderos conquistadores”.