Coronavirus contra la industria artística_Facultad de Artes apunta a estimular la capacidad creativa en tiempos de enfermedad y cuarentena
Después de un Estallido Social que, supuestamente, la clase política nunca vio venir, otro estallido inesperado por todos repletó de nuevas manifestaciones artísticas a un país aturdido por la movilización: graffiti, performance callejera, relato audiovisual y crónica además de otras expresiones digitales. Algo más tarde, la pandemia de un virus de alcance global también se suma como un insumo relevante para la creación artística, mientras lapida la vida cultural nacional cerrando cines, teatros y suspendiendo cualquier evento con público.
Desde su especialidad, el Director de la Escuela de Cine, Miguel Ángel Vidaurre se refiere a cómo esas manifestaciones en el campo audiovisual pueden generar gran cantidad de material audiovisual para trabajar en distintos trabajos de montaje, discurso y otras complejidades. En el escenario que plantea la pandemia del coronavirus, el profesor Vidaurre advierte que la construcción de un nuevo tipo de memoria “a retazos” genera una historia nueva con una puesta en valor del registro original que el nuevo realizador, a la luz del tiempo, puede resignificar en otras obras y como una constatación más objetiva que la que los medios cuentan.
Respecto a cómo una feble industria cultural local, dependiente de fondos de gobierno y de audiencias populistas, se ve afectada en este trance, el profesor Vidaurre, pone el acento en aspectos como la gestión cultural y en cómo se hace urgente tratar por cualquier vía de que no se detengan los procesos creativos.
“La cuarentena afecta de manera directa y cruda sobre todo al trabajo de técnicos que se desempeñan en diversos proyectos. Trabajadores a honorarios la mayoría de ellos y, en este contexto, su trabajo escasea de manera brutal. En cuanto al proceso creativo, no debería detenerse, no se precisa de grandes fondos para desarrollar proyectos. Incluso la carencia, el encierro, la enfermedad y la soledad pueden estimular la capacidad creativa de los realizadores”, explica y recomienda: “Volver a lo básico, construir imágenes precarias que estén en consonancia con el contexto en el cual nos encontramos puede ser una buena alternativa para dacr cuenta de este momento desde las artes escénicas o musicales”.
Respecto a generar instancias de ayuda, el realizador de Gringo Rojo, manifiesta que el Estado debería repensar en este contexto su forma de apoyar los proyectos audiovisuales y artísticos en general. “Quizás es el momento de resolver esta situación de competencia rapaz que se da en nuestro medio, en donde los fondos se abren en fechas determinadas y todo se convierte en una cacería a muerte por los capitales. También es la posibilidad de replantear nuestra propia relación con el Estado y de este con el público. Mirarnos y reflexionar sobre qué estamos haciendo con estos proyectos y estos dineros. Quizás de alguna manera hemos estado replicando el mismo modelo que tanto atacamos, pensando solo en festivales en el extranjero y muy poco en la mirada interna”, argumenta el académico.
Infinitas posibilidad de crecimento para el arte
Asimismo, el profesor y músico de la Facultad de Artes, Marcelo Nilo, comparte una mirada menos catastrofista sobre las oportunidades que ofrece este hito sanitario mundial, el cual, a su juicio nos instala en una pausa forzada para reflexionar sobre la forma en que hemos conducido el mundo los últimos siglos como sociedad y sobre una esencia humana que se volvió cada vez más difusa, define. “Si bien es complejo avizorar lo que pueda pasar, es cierto que el escenario actual nos plantea muchos desafíos para reflexionar sobre el como estamos viviendo y qué cosas podemos hacer desde todos los ámbitos, en particular el ámbito artístico”, señala. Desde esa óptica, enumera los hitos que se han logrado en materia de visibilizar conflictos ambientales, sociales y culturales desde la creación.
“Esa crítica al sistema en el cual estamos inmersos y sobre una ruta para recuperar la esencia humana perdida pueden contribuir enormemente a nuestro crecimiento respecto de muchas cosas que, por otro lado, han ido determinando intereses y hábitos que constituyen, a su vez, formas de vida que atentan contra una sociedad igualitaria y más humana”, agrega el docente.
En tanto, el director de la Escuela de Teatro, Hugo Osorio se detiene en las oportunidades y desafíos para las artes vivas en tiempos en que la tecnología, al menos, aporta un espacio para transmitir la creatividad a una audiencia enclaustrada. “Para el teatro y la danza es bien complejo este escenario pues en su ejecución se opta por la presencia como eje fundamental más que en otras artes. Incluso más que en las artes musicales donde la experiencia de cercanía es clave, pero puede hacerse de manera distanciada”. Se refiere también a las implicancias laborales y formativas que esta paralización le plantea a la vida cultural, pero en el cual podrá reflexionarse una serie de preguntas acerca de la virtualidad, la distancia, la no presencia y nuevas formas de acceder a ellas, cree.
En tal sentido, Osorio advierte infinitas posibilidad de crecimento para el arte. “No creo que una pandemia logre dismnuir una masa que se moviliza por el arte desde otras lógicas y posibilidades. Esto es un desafío interesante para el arte, el teatro y la danza porque nos da una posibilidad de ver como se pueden ir generando ciertas estrategias en tal ámbito”, sostiene.
La autoridad de la Escuela de Teatro UAHC, recuerda cómo durante las grandes crisis mundiales el arte siempre ha tenido una opinión disciplinar, un desarrollo para hacer frente a estas calamidades como hechos que no le son ajenos, dice. “Es más, se situa ante ellos críticamente con un discurso nuevo… es cosa de ver lo que resultó del estallido social de octubre y las experiencias artísticas que se generaron en la calle durante las manifestaciones y las estrategias virtuales que se manejaban constantemente. Este pandemia es algo que nos debe provocar a responder provocativamente, a la vez. Ver cuánto se puede trabajar y crear en los tiempos del cólera o de una pandemia mundial”, reflexiona Osorio.