Datos-COVID-19: posibilidades académicas y de la Sociedad Civil

Datos-COVID-19: posibilidades académicas y de la Sociedad Civil

(*) Por Hernán García y José Orellana

Cuando se han declarado cuarentenas en gran parte de las comunas del Gran Santiago, incluyendo otras del periurbano de la Región Metropolitana, es que cobra relevancia la contradicción entre los conceptos de nueva normalidad y regreso seguro que planteó el gobierno días atrás. El riesgoso tratamiento de ambos conceptos por parte del gobierno, reconocido como tal, recientemente, resultó inoficioso para la confianza pública, agregando una dificultad más al mejor tratamiento de la pandemia en suelo patrio.

El registro asertivo, o bien, la cantidad de registro de contagiados por aplicación de test PCR, pareciera ser la causa que desfondó la relación de los conceptos planteados, permitiendo datos equívocos o espurios, afectando la urgente buena toma de decisión de salubridad pública y política en general. Ante esto hemos pasado del aparente aplanamiento de la tasa de contagio hasta hace unas semanas, a la búsqueda urgente de un nuevo aplanamiento, que se proyectaría para fines de mayo, o bien, para principios de junio con explosión de contagios y aumento de fallecidos.

A la luz de lo anterior, otra vez se hace prioritario reflexionar en el cómo se logran los datos fidedignos y cómo se hacen públicos de forma expedita y transparente para contribuir a la construcción de políticas fundadas en el conocimiento y no en la soberbia, cuando de las decisiones de salubridad-covid 19 se refiere, y en lo general, cuando de la crisis sanitaria atañe[1], tanto para el presente como para un futuro cercano.

Veámoslo así, a escala internacional, el Banco Mundial, ha generado indicadores de desarrollo con acceso libre, pues disponen de casi 1.600 para 217 economías, en algunos casos con series cronológicas de hasta 50 años[2].

En nuestro país, los logros de datos fidedignos y de libre acceso, donde no sólo las agencias estatales, sino que también, las organizaciones de la sociedad civil los puedan usar, permitiría optimizar y diversificar herramientas de planificación urbana para el desarrollo sostenible, sistemas de reconocimiento de brotes de alerta temprana (COVID-19 y otras), sensores para abordar peligros ambientales, uso de tecnología para la gobernanza de desastres, predicción hidrológica o centro de datos para el saneamiento urbano. Esta situación y situaciones ayudarían a conocer la existencia de necesidades en otras latitudes y evaluar que las nuestras, no son desdeñables, así como reconocer que el trabajo colaborativo, aporta.

Claramente, en nuestro país nos falta un lugar que proporcione confianza y credibilidad, con datos de calidad, con acceso seguro y certero, tanto para investigadores como para los emisores de los datos donde estén albergados, sea gestionado por una sola administración, pues su aumento constante debe ser resguardado. Ello, auguraría, una mejor planificación y prospectiva de la acción estatal y civil en las diversas posibilidades que permite la sociedad. También una mejor democracia y república.

Se colige de lo anterior que, ante la posibilidad de disponer de acceso a los datos, la comunidad científica y académica, puede volcar su energía en producir respuestas apropiadas en función de las necesidades del país de forma más asertiva. Ello es urgente de considerar porque se sabe que el tiempo es una variable fundamental para el logro de cualquier buena medida. Al acceder en el presente a datos en evolución, es posible probar técnicas y con las herramientas existentes aportando en proyecciones y/o predicciones de comportamientos y, sin duda, en la definición de políticas públicas.

Dicho de otra forma, ante la situación Covid-19, si los centros de investigación, tomando todos los resguardos legales en el uso y acceso de la información, lo hacen en tiempo real, se podría aportar con los sistemas y/o herramientas que permitan:

  • proyectar el comportamiento territorial para segmentar, ya no en las comunas o cuadrantes, sino en micro-territorios y/o manzanas, sin perjuicio de la cuarentena vigente en estos días, a causa de lo ya consignado al principio de esta opinión. Vital, para después del aplanamiento real de la curva de contagios.
  • la autoridad podría dotar a ese micro-territorio con mayores libertades, estímulos o controles sanitarios específicos y no afectar al total de habitantes de una comunidad, situación deseable de manejar, cuando llegue el aplanamiento real de la pandemia.
  • liberar zonas específicas (comerciales) para que la “nueva normalidad” sea real, tras el nuevo aplanamiento de la curva COVID-19
  • Los gobiernos locales, podrían redireccionar sus energías a los lugares donde efectivamente, los brotes de COVID-19 dan muestras de avance.

Complementariamente, el acceso oportuno de datos permitiría estudiar otras áreas de preocupación social para aportar en proyectar dónde están y en qué magnitud nos afectarán los problemas que surgirán en la nueva sociedad como, por ejemplo:

  • Determinar los lugares donde se puede producir violencia contra la mujer, lo que es visto como una pandemia dentro de otra pandemia, por la ONU la[1].
  • Detectar las características de los hechos de violencia intrafamiliar.
  • Dar seguimiento a la nueva forma de desarrollar la educación escolar.
  • Proponer acciones que potencien la seguridad en el comercio electrónico,
  • Potenciar el consumo de alimentos saludables en tiempos del covid-19, siendo las ferias libres una de las mejores coberturas para ello[4].
  • Medir las horas de trabajo a distancia, para que estos no sean una doble o triple tareas en casa

Así, en la necesidad y urgencia de datos, su acceso y en tiempo real para el mundo académico, con respeto a las leyes de privacidad, será posible aportar más asertiva y diversificada-mente en la construcción del país que surgirá como resultado de esta pandemia, esperando sea más democrático, inclusivo, fraterno y equitativo; pues se deben sumar los mensajes que dejó el Estallido Social de octubre del año 2019, ya que de no ser escuchados, volverán a florecer, con mayores grados de complejidad a propósito de los efectos sociales, político y económicos, que permitirá el COVID-19.

[1] Ver más en https://www.elquintopoder.cl/politica/covid-19-datos-y-democracia/

[2] Ver más en https://datos.bancomundial.org/static/pages/es/quienes-somos/comenzar.html

[3] Ver en  https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-women-during-pandemic (revisado el 17 de mayo del 2017)

[4] Ver en https://www.elquintopoder.cl/economia/ferias-libres-la-otra-primera-linea-contra-el-covid-19/ (revisado el 17 de mayo 2017)

 

(*) José Orellana Yáñez es Geógrafo y Dr. en Estudios Americanos. Hernán García Moresco es Licenciado en Educación en Matemática. Docentes Universidad Academia de Humanismo Cristiano