
Destacado académico francés dicta conferencia en la Academia
De visita en el país, Sébastien Velut, Doctor, geógrafo y director encargado de Relaciones Internacionales de la Universidad Sorbonne Paris, dictó en nuestra Universidad la conferencia “La invención del patrimonio: memorias, territorios y culturas en la construcción de un nuevo valor universal”.
Recorriendo diversos pasajes del patrimonio a nivel nacional e internacional, Velut, hace un análisis de las políticas y directrices de la UNESCO a la hora de convertir un espacio en uno ‘patrimonial’, dejando claro que patrimonio es distinto de un monumento “en principio no existió una noción universal de patrimonio y después se ha vuelto común a todos los Estados”.
El geógrafo agrega que “en el patrimonio, la narrativa es importante. La manera en que construimos o reconstruimos las historias de por qué esto está acá y no en otra parte, está ligada a nuestra definición de patrimonio”. También comentó uno de los casos más comunes en la Europa del 1800, los movimientos de objetos patrimoniales: “en la Plaza de la Concordia, existe un obelisco, que a diferencia del de Buenos Aires, se trajo desde Egipto en las invasiones napoleónicas y forma parte de un conjunto espectacular, pero a la vez es una distorsión ligada a la guerra”.
En la actualidad lo ligado al patrimonio está normado por la Carta de Venecia (1964), un documento de la UNESCO que da directrices sobre que está considerado como patrimonio material. En Chile, por ejemplo, algunos patrimonios materiales de la UNESCO son las iglesias de Chiloé, las salitreras de Santa Laura y Humberstone, y algunos barrios de Valparaíso.
Velut, también dedicó algunas líneas al patrimonio inmaterial: “la convención del 2003 complementa la anterior de lo patrimonial”, considerando aspectos como el deber ser ‘tradicional, contemporáneo, viviente; un elemento integrador y representativo de una cultura o comunidad’.
En ese sentido, “es así como aparecen como patrimonio intangible la cocina francesa, el arte oratorio jocoso de Uzbekistan, el Ayyala (arte escénico) omaní, el Arirang coreano (una especie de revista gimnastica que convoca a cerca de 80.000 espectadores en Pyonyang)”, añade el académico.
“Es fantástico tener registro de estas características tradicionales, ver como aparecen países que no existían antes y ayuda a fomentar la identidad nacional a través de la patrimonialización y ayuda a no hablar de temas que molestan, precisamente en muchos de estos países” concluyó.