Egresado de la Academia_Psicólogo rural analiza oportunidades de resiliencia detrás de la crisis sanitaria
Dentro de la pandemia del coronavirus, la salud mental y sus profesionales se han vuelto un factor clave para enfrentar la crisis sanitaria. El psicólogo egresado de la UAHC, Esteban Muñoz (a la derecha de la imagen) es parte de ese cordón de contención mental para los pacientes de la localidad de Puchuncaví.
Desde el CESFAM Ventanas, en la V Región, el ex estudiante explica que este período excepcional de cuarentena, riesgo de contagio e incertidumbre, le ha exigido potenciar algunas las estrategias y herramientas aprendidas en sus años formativos en la Escuela de Psicología de la Academia. “Creo que una de las fortalezas más desarrolladas recientemente es poder comprender la realidad desde una perspectiva crítica, pero que te permite construir nuevas posibilidades. Permitiendo, como profesional, problematizar la realidad socio-cultural y poder aportar valor, desde una mirada amplia, integrativa, progresista y pluralista. Algo que no es ajeno a este escenario de crisis sanitaria si consideras cuáles son las precariedades que afectan, desde mucho antes, a la población de riesgo del COVID-19”, señala.
Dice que durante las últimas semanas, parte de las cuales debió realizar consultas y gestiones en salud mental a través de vías remotas desde su casa, ha percibido fuertemente la fragilidad del ser humano que, en cualquier momento, puede perder a los que más ama y la propia vida producto de una falta en el autocuidado. “Si algo ha quedado claro es que nadie está a salvo, todos en algún momento podemos ser contagiados por este virus y, si nos toca, cuando nuestro sistema de salud esté colapsado, dependeremos solo de la buena suerte. Ese es uno de los temores que más se repite en los pacientes que me toca atender”, cuenta.
Desde el punto de vista del psicólogo formado en la UAHC, también ha experimentado esa exigencia sanitaria, dice, y que no deja de sorprenderle cómo el funcionario de la salud deja todo para entregarse a su labor, incluso a sus familias en casa por asistir a los usuarios de la salud pública llevando el verdadero peso de la pandemia. “Desde esa segunda mirada que te inculca la carrera, no hay que dejarse abatir. También hay que ver la oportunidad y el mensaje detrás de esta pandemia. He compartido con algunos colegas y pacientes la alternativa que nos brinda esta catástrofe para volver al centro y sentirnos y actuar como mejores personas: al cuidarnos, al cuidar al otro. Esta pandemia nos permite también cambiar nuestras formas de vivir si vibramos en afecto, agradecemos la oportunidad de estar en casa con los que se ama, el darnos algunos minutos de silencio a diario donde poder respirar la vida y conectarnos con nosotros mismos”, sostiene.
Lo aprendido en cuanto a la psicología comunitaria, dice, ha potenciado competencias técnicas y relacionales que se aplican en el trabajo de una red de salud y otras instituciones en las que ha logrado liderar equipos y proyectos en territorios como La Cisterna y ahora Puchuncaví, comprendiendo la importancia de la participación ciudadana para fomentar cambios sociales. “En síntesis, creo que la UAHC, me permitió ampliar mis capacidades de análisis, de reflexión, de comprensión, lo que me ha permitido trabajar con equipos multidisciplinarios y enfrentar momentos decisivos como el que hoy tiene en vilo al mundo entero”, agrega.