El 10% al consumo nos consume
(*) Cristopher Ferreira Escobar.
Columna publicada en Le Monde Diplomatique
Sugerente resulta el título, el cual evoca al libro del sociólogo Tomás Moulian, el consumo me consume. Pero acá, a diferencia de este libro, no propongo una reflexión en el consumismo, sino en un aspecto económico de la población con menos ingresos en Chile y su relación con el capitalismo y neoliberalismo.
Según Hugo Fazio, economista y ex vicepresidente del Banco Central de Chile en el tiempo de Allende, señaló que el 55% de la recaudación del fisco proviene del impuesto indirecto al consumo, es decir al IVA. Este impuesto es regresivo, puesto que afecta a una masa mayoritaria e importante de la población, la cual es la de menor ingreso. Hasta el cuarto quintil y según el INE, los ingresos son inferiores a los egresos, es decir que la gente debe gastar más de lo que ingresa como sueldo. Pero también —y con esto no me arriesgo—, el 50% por ciento de la población trabajadora que gana como máximo 400.000 le sucede lo mismo. Esto se traduce en la necesidad de la deuda como forma de suplir ese gasto que el sueldo no alcanza a cubrir. Otro aspecto del IVA es su proporcionalidad, la cual indica que a mayor crecimiento de la economía mayor es lo recaudado; mientras más se consume, más recursos hay proveniente de este impuesto. En nuestro país, como ya mencioné, es un 55%. El problema surge de la relación entre la manera depredatoria y abusiva del capitalismo y neoliberalismo con los trabajadores en este “paraíso” llamado Chile.
No es insólito ni llamativo, ni nuevo como para rasgar vestidura, la idea de que las grandes empresas y ciertos grupos familiares tuviesen un aumento de sus ganancias cuando una economía se encuentra en depresión, o quizá recesión para no hacer temblar algunas almas. Pero lo cierto es que la cantidad de mercado que acaparan las grandes empresas en Chile es un porcentaje muy significativo. Si bien la mayoría son micro y pymes, estas abarcan poco y su oferta tiene a las personas como demanda. Estas micros y pymes destinadas al consumo ofrecen productos que son provenientes de gran empresa, por lo cual, y una vez que llega al consumidor por medio de las mismas, ¡las empresas ya ganaron!
El aumento de sueldo, tema problemático, que es una relación entre capital y trabajo no es una cuestión técnica sino política. El aumento del sueldo no depende necesariamente del crecimiento económico. Se sabe desde Adam Smith que el aumento del sueldo es disminución de ganancias. Bueno, al aumentar el sueldo, y de una manera muy rápida, las micro y pymes tendrían mas a recaudar, y esto lo ha mostrado el retiro de los dos primero 10%.
Entonces, la idea de no aumentar el sueldo es mal intencionada. Esto repercute en la precariedad de la gente como de las empresas micro y pymes. Entonces, al estar sometidos a un capitalismo que tiene como objetivo y sueño crecer y crecer, las empresas pequeñas no tienen arsenal para competir efectivamente, y sólo quedan suscrita a la precariedad. Y en los sueldos ocurre lo mismo, como este es poco, insuficiente, precario y un largo etcétera de sinónimos, la gente está destinada al consumo. ¿cómo ahorrar si falta para culminar el mes? Estamos destinados al consumo, a hacer que las grandes empresas ganen. Estos factores hacen que el consumo nos consuma.
(*) Egresado de la carrera de Ciencia Política y RRII UAHC