El PRDS y Guillier: las municipales… su oportunidad
Por José Orellana (*)
El Partido Radical Social Demócrata (PRDS), se destacó durante su permanencia en la Concertación de Partidos Políticos por la Democracia (Concertación) por su capacidad de negociación, sin perjuicio de su historia y vigentes atributos doctrinarios. Ello se tradujo en la posibilidad de aparecer en la papeleta para lograr candidatos a diputado, senador, concejal o alcalde y finalmente presidente de la República, por lo menos en proceso de primarias, siendo emblemático el caso del actual Ministro de Defensa José Antonio Gómez. Dicho comportamiento, también se proyectó y proyecta en los cargos de gobierno, donde otra vez, José Antonio Gómez, ocupó el Ministerio de Justicia y así otros personeros.
En el entendido, que al PRDS, en cuanto integrante de la Concertación y hoy Nueva Mayoría (NM), le corresponden los espacios institucionales en el ejecutivo y legislativo, como también en los gobiernos subnacionales en la proporcionalidad de votos correspondientes, mostró su mejor rendimiento electoral, por lo menos en la dimensión de elegibilidad el año 2005, cuando logró 7 diputados y 3 senadores. En general, parte de la necesidad o astucia de una buena negociación, se explicó en la urgencia de no perder la condición de legalidad producto de la ley de partido político, que hasta hace poco era vigente. Hoy ajustada la misma no varía mucho cuando de mantener la legalidad se refiere (los más críticos indican que la variación perjudica a los Partidos emergentes y fortalece a los consolidados, más cuando se cruza con la variable sistema electoral y redistritaje a propósito de la ampliación territorial de los mismos, agregando, además, el financiamiento público, el cual iría en la misma dirección).
Si se observan los datos electorales que presenta la web del partido, cuando de cargos elegidos se refiere, existen 6 diputados, representando distritos que poblacionalmente tienen un peso poblacional discreto. También muestra los Consejeros Regionales elegidos, que son 18, quienes se encuentran en una condición muy similar a la anterior. Finalmente muestra a los alcaldes electos en la última elección municipal, quienes suman 14, representando un también discreto número de población. Si se observan los cargos en el ejecutivo, por lo menos con mayor notoriedad, su inserción territorial tampoco es redituable en presencia, José Antonio Gómez en Defensa, Aurora Williams en Minería, Jorge Maldonado como subsecretario de Bs. Nacionales y Osvaldo Soto como Subsecretario General de Gobierno. Su intendente por Aysén y sus cuatro gobernadores, se encuentran también en discreción poblacional.
En esta situación, cuando su desempeño electoral no es el de los mejores (PRDS), de hecho, perdieron su cupo senatorial militante… ¡Se erige la figura de Alejandro Guillier!, quien ocupa dicho cupo en condición de independiente, el cual más allá de que las encuestas lo instalen como rostro fresco de la NM como candidato a Presidente, es una buena oportunidad de capitalización electoral en concejales y alcaldes, sobre todo en concejales, útil para ampliar su base en votos y cobertura territorial. Exige entonces intenso despliegue de Guillier y el PRDS en todos los territorios donde lleva sus candidatos, incluyendo algunos independientes dentro y fuera de pacto.
El factor Guillier, para los radicales, más que candidato presidencial final, que de todos modos es un muy buen incentivo para la gestión política, se constituye en una renovada oportunidad para proyectar una buena negociación mirando las parlamentarias y la elección Consejeros Regionales, como también cargos en el ejecutivo. Sí el radicalismo es capaz de cuadrar su orgánica con sus diversas posibilidades de alianza con la sociedad civil, y además logra una buena relación coalicional (siempre compleja en competencia), le permitiría insistir (o estaría obligado) con Guillier hasta una primaria presidencial a todo evento.
Por otro lado, los resultados electorales municipales serán una variable más para evaluar si fue acertada la decisión de los radicales de formalizar el pacto electoral en concejales con el MAS y la IC, donde Guillier, sin lugar a dudas, será un distractor analítico si es que sube en votos en concejales elegidos. Por defecto, le permitirían una mejor negociación futura… Más allá de la natural buena administración del factor Guillier por parte del radicalismo, cabe preguntarse por las estrategias de los otros partidos de la NM ante un escenario donde Guillier se erija como abanderado, y, también, cómo el mismo interesado junto con el radicalismo se comportaría en la misma circunstancia. La municipal, más que cualquier encuesta, ayudará al radicalismo en sus pretensiones negociadoras a propósito de Alejandro, ¿o no?
* José Orellana es Doctor (c) en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH y académico de la Escuela de Ciencia Política y RR. II. de la U. Academia