En capítulo de entrevistas “OjoxOjo”_Poeta Juan Carreño describe cómo hacer del lenguaje popular una cantera literaria
El poeta, escritor y realizador documental Juan Carreño, es autor de las obras “Bomba de bencina (2012), “Oxicorte” (2016), “Budnik” (2018) y “Paramar” (2019), entre otras. También ha explorado el lenguaje cinematográfico y la gestión de iniciativas como la Escuela Popular de Cine y el Festival de Cine Social (FECISO) como dueño de una mirada centrada en lo popular como agente político y de cambio desde la narración.
Esa vertiente creativa fue el objeto de la sexta entrega del programa de conversación literario OjoxOjo, conducido por el profesor Gonzalo Rojas, de la Licenciatura en Lengua y Literatura. La edición especial en cuarentena encontró al escritor recluido fuera de Santiago desde donde reflexionó sobre la paradoja de la distancia social luego de meses de encuentro humano tras el estallido social.
En el registro, ya disponible en Youtube, Carreño se refirió a sus inicios en la poesía a través del cómic y la acción de arte callejero plasmado en poemas pegados en paraderos y muros. También a su presente literario en el que lleva adelante una controversial reescritura de la Biblia como reflejo social y político junto a una proyección actual de su obra. Acerca de esta inusual variedad de referencias, el poeta recuerda cómo se acercó a la narración desde las viñeta, los chistes y el documental de cassette a partir de, por ejemplo, dibujos animados y animés como Dragon Ball en la época escolar. “Yo hacía una especie de sampleo con estos personajes y los compañeros más raros del curso en un colegio que era medio Sename. Era un ambiente bien intenso donde dibujar era una manera de protegerme del bullying a través de estas representaciones donde yo jugaba mi cuota de poder”, agrega.
Sobre su etapa de “posteo” literal en el que pegaba versos en postes callejeros, Carreño recuerda que se dedicó en este espacio a explorar un tono realista y la fuerte musicalidad detrás del lenguaje que se repetiría en su obra siguiente. El paso del escritor, al editor y al observador del habla del entorno social y político lo describe como “Una forma de rescate de las masas proletarias, suburbanas y marginales, pero no el del estilo contemporáneo de inicios de este siglo, sino que el equivalente a sacar las partituras del lenguaje hablado en la oralidad”, señala.
“Cuando piensas en los subtítulos de esa oralidad en el cine chileno, por ejemplo, te das cuenta de que no logran apelar a la musicalidad del lenguaje chileno -si es que existe algo así-, sino que parece más una impostación”, ejemplifica Carreño.
Asegura que ese enviciamiento con esta investigación sobre el lenguaje fue transformando la manera de narrar, de inventar palabras, figuras y nuevos goces. Una forma de expresarse que, más tarde, convirtió en un nuevo reto: Una reescritura de la Biblia desde este enfoque. “La idea de esta reescritura es ponerle más flúor, más danza, más fornicio, más color y guerra también porque la biblia es pura batalla, una incitación en general a la violencia”, dice sobre esta obra aún en progreso junto a la preparación del lanzamiento de sus textos “Hombre Cero” y “Neo zona”.
En ese proceso es que la pandemia ha funcionado como un espacio de reflexión y pausa obligado, cree. El escritor vive la cuarentena como una controversia. “Es paradójico que el distanciamiento social y el enclaustramiento se viva como lo opuesto al estallido social, luego de que los chilenos habían vuelto a acercarse de manera inédita, cree el autor. “Es como si el ministerio de salud nos obligara a leer de nuevo esa hueá individualista de la nueva narrativa chilena”, dice respecto a una etapa literaria bastante en que el encierro, el egotismo y la vida individual eran el espíritu de su tiempo.