En Ciclo de Presentaciones de Titulados/as 2019_Montaje “La muerte de los magnolios” plantea la tragedia ciudadana del “vivir positivo”

En Ciclo de Presentaciones de Titulados/as 2019_Montaje “La muerte de los magnolios” plantea la tragedia ciudadana del “vivir positivo”

Las primeras reseñas de “La muerte de los magnolios” describen el triste, solitario y final destino de estas flores hermosas, terminales y solitarias. Esa cercanía con la muerte es la que guía el trabajo del egresado de la Escuela de Teatro, Agustín Flores quien estrena su reciente texto en la Sala Juan Radrigán. La obra plantea tres historias donde el eje central es el VIH que a través de épocas distintas florece y marchita a sus personajes en clave de distopía.

Luego de un proceso de escritura que Flores califica de “caótico”, el autor conjuga un rol dramatúrgico y de director que defiende ante una obra contingente y valerosa: “En este trabajo puntualmente hemos estado con todo el equipo reflexionando bastante sobre el tema, qué quiere decir, qué es lo que está pasando en escena realmente y cómo se discute desde la dirección el texto”, asegura sobre el resultado que puede apreciarse desde el miércoles 22 al jueves 23 de enero como parte del Ciclo de Presentaciones de Titulados/as Temporada 2019.

Este hito permitirá al elenco proyectar la obra y fortalecer aspectos de una obra de temática dinámica. “Vamos paso a paso. Esta es una apertura de proceso donde queremos probar el espacio de representación desde el diseño escenográfico, el texto mismo, la obra, si se entiende o no la trama que contiene los temas por los cuales pasa la obra, profundizar en el lenguaje, y esto solo se puede hacer con el público”, señala Flores sobre este proceso creativo y compartido. En particular, cuando se trata de un motivo trágico y fundamental como el VIH/SIDA. Un tema incómodo que a nivel institucional, el Estado intenta esconder, fortaleciendo una pandemia social y también cultural.

“El trabajo de poner en escena el texto, ha sido desde un espacio en el que todos nos hemos sumergido en el tema de la obra. Comenzamos desde un estudio teórico practico, donde a partir de conceptos que encontrábamos importantes, realizábamos ejercicios para deconstruir los conceptos y llevarlos al cuerpo, desde la imagen, como del discurso y la actuación. Donde cada interprete identificaba ciertos elementos para ponerlos a disposición del trabajo grupal”, describe el autor y reciente titular de un Fondo de la Cultura en la línea de formación.

La falacia del vivir positivo

Tras 10 meses de búsqueda e investigación, la Compañía Rictus presenta el resultado de un trabajo que dialoga con la muerte, la belleza y también un clamor social que ha salido a las calles después del 18 de octubre.  Si “La muerte de los magnolios” responde o no al estallido social, es en Agustín Flores, una incógnita que el mismo montaje y la calle pueden decidir: “Yo creo que solo es parte de la acumulación de las cosas, del momento y al ver en retrospectiva. Comprender que la obra fue escrita antes de todo lo sucedido en el último tiempo, permite ver muchas cosas que, si se reclaman en las calles, sobre todo en temas de salud. No es menor ver carteles que dicen “Tenemos rabia y sida”, es un reclamo a la salud y a cómo se ha tratado el tema en Chile, la prevención es casi nula, como muchas de las cosas en Chile, en lo minino. Y el texto desde ese lugar, le tiene rabia a Chile, y esa rabia desde el ser escritor se vuelca sobre el texto”, plantea.

Dentro de este momento histórico, sí existen simultaneidades que hacen contemporánea a la obra. Flores cita a Ramón Griffero, para quien este tipo de relatos hacen emerger realidades que está escondidas en los suburbios y en las perversiones de las personas a través de un tufillo como el que “La muerte de los magnolios” expresa en el presente histórico. “La obra se pregunta sobre Chile, es una obra chilena, que toma el VIH/SIDA para tensionar lo humano y cómo lo humano se ha enfrentado y se enfrenta con los cuerpos positivos, porque hasta para eso ocupamos eufemismos como el “ser positivo”, señala respecto a un concepto equívoco, pero que funciona como analogía de lo que el sistema le ha hecho al ciudadano. “Se define así a gente: que sea positiva, que sea cristiana en una especie de virtud o estado del “ser positivo” y valorar que el Estado entrega terapias, subsidios para quienes son portadores o “positivos”. “¿Qué más quieres?”, pregunta el director con ironía.

“Ese positivismo es el resultado de que tengamos en nuestro país una de las tasas más altas en Latinoamérica de personas VIH+. Pero, tranquila/o, que el estado te da la triterapia, pero en silencio. No hay un apoyo real en materia psicológica tanto para la persona, como para sus familias. La enfermedad social, es para algunes, más fuerte que el mismo virus”, plantea.

“La muerte de los magnolios”,  con dirección de Agustín Flores y elenco de Gonzalo Nicolás, Gonzalo Burgos, Daniela Carvajal, Cristofer Caro, Sergio Cabrera, Khristopher Muñoz y Magdalena Llanos puede verse los días miércoles 22 y jueves 23 de enero a las 16:00 hrs en la Sala Juan Radrigán, Almirante Barroso 352, Santiago.