En conmemoración de los 200 años de Marx_Atilio Borón analizó las controversias del marxismo del siglo XXI
Para Atilio Borón, el influyente doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, el capitalismo tiene los días contados y acusa fatiga de material tal como lo anticipó el autor del Manifiesto Comunista. Incluso, agrega que esa estrepitosa caída es algo a lo que esta generación podrá asistir como espectadora. “No hay una duda posible sobre el próximo fin del capitalismo. Sí hay una enorme curiosidad sobre cómo va a producirse o si será algo apoteósico al estilo de la caída del Imperio Romano, anclada a la especulación financiera o quizás al cambio climático que es algo bastante probable.
“Ya el Che Guevara decía que la gente defiende al capitalismo como algo normal pues se les ha dicho por más de 500 años que esta es la manera usual en que debe organizarse la vida social. El capitalismo es, en el plano de las instituciones económicas, sociales y políticas, la expresión del incorregible e inherente egoísmo de la especie humana que vemos cuando un niño pequeño le arrebata el juguete a otro. Se plantea a sí mismo como el único sistema natural, sin ninguna otra alternativa posible”, describe sobre este capitalismo extendido.
“Pero así como están las cosas en un mundo donde apenas 8 personas concentran la riqueza de la mitad de la población global, nos hallamos ante un mundo totalmente inviable. Y así fue como lo pronosticó Marx y lo describió Eduardo Galeano: “Estamos ante una especialización productiva en la cual unos se especializan en ganar y otros se especializan en perder”, señala el politólogo invitado por la Academia y la Fundación Miguel Enríquez en el marco de los 200 años del nacimiento del economista alemán Karl Marx.
En el coloquio “Estado, socialismo y propuestas en el siglo XXI”, Atilio Borón reflexionó sobre los contrastes de las propuestas teóricas e históricas del marxismo y en particular sobre su impacto en América Latina. Quien calificara a Nicolás Maduro como “un mano blanda a la hora de aplastar a la oposición” y lo llamara a b para defender el chavismo, plantea en su conferencia que este tipo de socialismos latinoamericanos son transiciones que depende de la correlación de fuerzas con sus enemigos capitalistas.
“El único socialismo que conquistó el poder en ese sentido fue la Revolución Cubana. Punto. Cuando Fidel llega a La Habana, ya no estaban ahí ni la Corte Suprema, ni los grandes propietarios de los diarios, ni los grandes sectores de la burguesía. ¡Todos se habían escapado a Miami!. Pero en Venezuela cuando llega Chávez, todos esos poderes seguían ahí instalados y esa es la gran diferencia. Hoy, creo que la gestión que se está haciendo en Venezuela en materia macroeconómica es desastrosa, pero no hay que dejar de lado de que este país ha sido objeto de una guerra económica brutal”, explica.
Capitalismo chino: un experimento
Sobre el caso chileno en el gobierno de la Unidad Popular, Borón lamenta que mucha gente crea que Salvador Allende, enfrentado a un escenario parecido al de Venezuela, se haya rendido. “En realidad él estaba peleando contra los grandes capitales industriales, comunicacionales, los momios de la Reforma Agraria, una veta de crítica con la iglesia católica y con la CIA operándole desde dentro. Las condiciones en que se dan estos gobiernos socialistas en América Latina son extremadamente difíciles y estos gobiernos, a pesar de sus limitaciones, han hecho cosas muy importantes”, señala.
Con la misma chispa incendiaria, Borón acusa que no se puede acusar a china de ser un país capitalista respecto al sueño socialista de la Revolución Cultural sin tomar en cuenta su milenaria historia, es decir la de “un país con 5 mil años de historia, durante gran parte de los cuales fueron el eje de la economía mundial e inventores del comercio internacional y el papel moneda mientras eran considerados por el resto de Occidente como un lejano país habitado por bárbaros”.
“¿Qué diablos es China actualmente?, se pegunta Atilio Borón. “¡Es un experimento!. Se lo he preguntado a gente de ese país y me contestan con las mismas palabras de Marx: “El socialismo y eventualmente el comunismo, ¿podrían surgir en un país sumido en la pobreza y la marginación?, ¿o requiere de un enorme desarrollo de la fuerza productiva?. Como dijo un economista chino: “Nosotros vamos con cuidado porque aquí un logro económico hay que dividirlo por 1350 millones de personas y un fracaso económico hay que multiplicarlo por 1350 millones de personas”, se contesta.
Un cambio necesario y posible
El panel en el que participó Atilio Borón, titulado “El estado y el socialismo en el Siglo XXI” contó con la presencia de representantes de la academia y organizaciones de género. En el caso del conversatorio “200 años de Marx: ausencias y vigencias”, la militante anticapitalista y abogada de derecho del trabajo, Karina Nohales, lamentó que cualquier revolución tenga en contra la experiencia histórica. Sin embargo, invitó a pensar en “la posibilidad actual de una revolución ya que siempre se puede hacer algo frente al desastre sin olvidarnos de que países como Cuba y Rusia triunfaron en condiciones extremas. Estamos ante un cambio que es necesario y posible, un futuro que está a la vuelta de la esquina”, señaló.
Por su parte, el doctor en sociología y docente de la escuela de historia, Miguel Urrutia decantó la idea de que a un amplio sector le preocupa que el capitalismo destruya a la humanidad. “Si bien el capitalismo está orientado a provocar una muerte común, nuestra convicción es que su fracaso no se producirá por la acción de alguna superestructura o proceso particular, sino por la propia posibilidad de los ciudadanos de hacer política su lucha contra el neoliberalismo”, dijo.
La visita de Borón, gestionada por la Fundación Miguel Enríquez y la UAHC, contempló otras conferencias del cientista político argentino en Valparaíso Para el rector de la universidad, Pablo Venegas, este esfuerzo conjunto por relevar la figura y obra del autor de “El Capital” es una parte central de la misión de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. “Es un trabajo de observar la realidad que se construye a largo plazo y que apunta, en un futuro próximo, a un convenio de cooperación académica con la Fundación”, sostuvo.
Para Andrés Pascal Allende, presidente de la Fundación Miguel Henríquez, no existe en la actualidad un proyecto que oriente y dirija el pensamiento de izquierda en la actualidad y que eso hace necesario este tipo de actividades generadas desde nuestra comunidad universitaria. “Para superar el neoliberalismo, primero hay que supera el divorcio entre los centros de estudios, la academia y las organizaciones sociales que mantienen la emergencia de la temática indígena, de género y popular”, asegura.
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