En conversatorio de Sociología UAHC Analistas del “Despertar chileno” ofrecen lecturas de futuro y autocrítica sobre el 18-O y el plebiscito de salida
El conversatorio “El despertar Chileno: revuelta y subjetividad política. Hipótesis para pensar el plebiscito de salida” propuso un espacio para dialogar sobre la significación de la revuelta social a tres años del 18-O y la necesidad de ajustar ciertos enfoques de análisis tras la victoria de la opción Rechazo en el plebiscito de salida del 4 de septiembre. La actividad organizada por la carrera de Sociología UAHC, contó con el profesor de Sociología de la Universidad Católica de Lovaina, Geoffrey Pleyers, la psicóloga social y doctora en Estudios Americanos, Karla Henríquez y el jefe de la carrera de Sociología UAHC, Raúl Zarzuri, quienes participaron en la edición del libro “El Despertar Chileno. Revuelta y Subjetividad Política” publicado por el Consejo Latinoamericano en Ciencias Sociales (CLACSO).
Pleyers, responsable del prólogo de la antología, describió como tras la sorpresa inicial del resultado comenzó un proceso de examen que todavía está en marcha. “Chile es un país que ha visto muchos movimientos sociales en los últimos 15 años. Dentro de ellos el 18-O fue el más amplio ya que abarcó a gran parte de la sociedad, pero no a toda, ya que del otro lado también hay actores y fuerzas conservadoras, como quedó claro en las ultimas votaciones. Para entender lo que pasó el 4 de septiembre debemos distinguir las temporalidades del cambio. Hay transformaciones profundas como las que proponen los movimientos sociales que requieren plazos largos y que a veces se proyectan de manera parcial dentro de la política electoral, que tiene una temporalidad mucho más breve. Un ejemplo de esto es lo que pasó en Francia en mayo del 68 y el movimiento social y estudiantil que ahí se produjo, descrito por muchos como cosas de vándalos. En junio de ese año la derecha francesa obtuvo su victoria electoral más importante. ¿Pero hoy en día qué consideramos más importante?”.
“Con esto no estoy planteando que el triunfo del Rechazo no fue significativo, pero todos los países que han atravesado procesos de esta naturaleza han visto convulsiones similares, donde la gente se cuestiona por el temor a perder lo que tiene. Ahí los actores reaccionarios entran a jugar con el miedo al decirle a la gente, van a quitarte tu casa, pese a que el estallido nunca fue anticapitalista, apuntaba a un mayor bienestar social, pero la gran mayoría de los que marchaban se oponía a terminar con la propiedad privada. Para entender lo que pasó a cabalidad en el plebiscito de salida necesitamos tiempo y distancia analítica, pero la batalla por el significado del estallido ya se está dando hoy. Ahí operan dos temporalidades muy distintas”, agregó el vicepresidente de la Asociación Internacional de Sociología (AIS).
Autocríticas y actores invisibilizados
Respecto a los retos futuros la profesora Henríquez planteó como crucial la necesidad de un mea culpa desde la disciplina. “El estallido fue una multiplicidad de demandas que no convocaban a toda la sociedad por igual. El desafío que tenemos es generar un relato que convoque a distintas personas y que les haga sentido. Un error comunicacional de quienes apoyamos la nueva Constitución es que no logramos traducir a un lenguaje comprensible lo que se estaba proponiendo. Este fue un fallo estratégico del que podemos aprender bastante y la política se puede trabajar desde ahí, ofreciendo mensajes que sean de fácil comprensión para quienes corren todo el día y no tienen el tiempo ni la energía para sentarse a descifrar cientos de artículos”, señaló.
La colaboradora científica de CriDIS en la Universidad Católica de Lovaina también llamó a que este ejercicio vaya de la mano con una apertura de las perspectivas de análisis para entender el lugar del otro, específicamente de quienes votaron por el Rechazo, se identifican con el Team Patriota o apoyaron a José Antonio Kast en las últimas elecciones presidenciales, y que están ganando protagonismo en los desarrollos sociales. “Esos grupos están convocando a hacer nuevas formas de organización, lo que es un llamado que también hacen organizaciones ligadas a la izquierda que se desconocen desde la institución y que no tienen espacio en el debate. Más allá que uno esté de acuerdo o no con sus posturas, hay muchas personas que se están organizando de otras formas, esto está invisibilizado y se está generando un malestar importante en la población a nivel de base”, indicó.
El profesor Zarzuri coincidió con el diagnóstico y ahondó en la autocrítica para trazar líneas de salida que a su juicio pueden ser útiles en el contexto social. “Creo que nos confiamos demasiado y estábamos operando dentro de una burbuja circulando entre nosotros mismos el tema de la campaña del Apruebo. Uno de los puntos de atención que nunca percibimos como un componente eran las siete millones de personas que no votaban y que estaban muy molestas con la política actual que se vieron obligados a participar. Esa gente que venía con rabia fue la que inclinó la balanza a favor del Rechazo”.
“Dentro de este segmento de votantes desafectos hay un gran número para quienes llevar a cabo su vida cotidiana es una constante lucha, que siempre están pensando en cómo pagar las cuentas y llegar a fin de mes. A ellos/as el tema de las campañas políticas no les interesa mucho, ni siquiera están pendientes de las fake news. Ahí tenemos un componente nuevo de gente que no está politizada no porque no quiere sino porque no puede, no tiene el tiempo ni los medios. Hoy hay que dirigirse a esos sectores que siguen molestos y pueden ser cooptados por una derecha más extrema que la que Kast. Este es un camino largo de educación política que no se resolverá en cinco años, pero debemos hacerlo porque es un sector que puede decidir las elecciones ahora que el voto obligatorio se ve como una constante”, opinó.
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