En conversatorio “El derecho humano a ser migrantes”_Intelectuales y representante de colectivo migrante uruguayo reflexionaron sobre “Migración, exilio y desarraigo”
Con la intención de explorar los puntos comunes entre “Migración, exilio y desarraigo”, tuvo lugar la primera jornada del ciclo de conversatorios “El derecho humano a ser migrantes”, realizado en el Museo de la Memoria y los DDHH. Enfoques críticos, históricos y antropológicos analizaron la cuestión migrante desde la manera en que la movilidad humana genera múltiples consecuencias para los sujetos que la experimentan en la actualidad.
Participaron como expositores las académicas e historiadoras Patricia Flier y Adriana Palomera, la antropóloga Loreto Rebolledo y Eduardo Cardoza, representante del colectivo migrante de uruguayos en Chile y vocero del Movimiento Acción Migrante.
Durante la apertura de la serie de conversatorios, la directora de Investigación y Postgrados de la Academia, Francisca Pérez, destacó la participación activa de las comunidades migrantes en la sociedad y la organización de este evento. Desde un punto de vista académico, Pérez agregó que a la UAHC le interesa también divulgar la producción académica que lleva adelante en materia de migración que es parte de su misión institucional. “Nuestra trayectoria considera esta como una temática de gran interés. Los investigadores de la Academia discuten actualmente distintos lineamientos para abrir este debate en momentos importantes. Es en este espacio en el que se inscribe este ciclo de conversaciones”, invitó antes de dar paso a Rosario Fernández en la moderación de la mesa.
Eduardo Cardoza, representante del colectivo migrante uruguayo en Chile y vocero del Movimiento de Acción Migrante, abrió el debate reflexionando sobre el estado actual de la legislación regulatoria chilena. “Una persona que está huyendo de la violencia, del odio o de un país en crisis, no se detiene a leer las leyes migratorias del país de destino. En ese sentido, creo que Chile está cambiando, pero está cambiando para mal”, dice respecto al pacto migratorio de la ONU que el actual gobierno se negó a firmar. “Como migrantes no tenemos buenas noticias para dar, sobre todo en lo referente a las vulneraciones que sufren los afrodescendientes y las mujeres haitianas”, agrega.
La doctora en historia argentina Patricia Flier recordó el legado académico y social de la fallecida profesora chilena María Eugenia Horwitz y su extensa investigación sobre temáticas como destierros e inmigraciones, exilio, migración y solidaridades transnacionales. Flier relacionó todo este trabajo con el concepto de la “interferencia de la historia global” en el estudio de estos asuntos más cotidianos y que, en suma, constituyen manifestaciones culturales mayores, dice. “La historia permite construir memoria ciudadana y, esta memoria, sirve también como nuevo paradigma historiográfico cuando se trata de estudiar el desplazamiento de los seres humanos”, agrega. “Rechacemos el vivir en una región donde se ha perdido la esperanza de la integración. Tenemos el derecho de andar todos juntos un camino en el que los derechos humanos sean respetados. El día que olvidemos que los migrantes son personas con los mismos derechos, hablaremos de una asignatura pendiente”, reflexiona la académica de la Universidad de San Martin.
Una respuesta multicultural
Desde la historia global, la historiadora de la Universidad de Santiago, Adriana Palomera saltó a la historia reciente chilena para definir como vulneraciones el restar el carácter de obligatorio a ramos como historia es algo que afecta no sólo a los profesores, sino a las mujeres, los pobres y también a los migrantes, como los ciudadanos más expuestos de la sociedad. Al respecto expuso sobre la dinámica del refugio femenino extranjero en Chile, ocurrido en décadas pasadas y que no diferenciaba entre migrantes y refugiados, un tema del que se sabe poco. “Desde 1918 y la ley que declaraba deseable o indeseable a un extranjero, se ha repetido el maltrato a los refugiados. Se ha planteado como argumento el hecho de que “llega mucha gente”, pero no se ha diferenciado entre asilo y refugio muchas veces”, recuerda Palomera.
Para la antropóloga y doctora en geografía, Loreto Rebolledo, detrás de cada acto de exilio hay un migrante en tránsito. Y también una derrota. “Tradicionalmente se ha distinguido entre la migración económica y el exilio, caracterizando a esta última por la necesidad de huir del país de origen pues la vida corre peligro. En ambos casos los sujetos experimentan de diversas maneras el desarraigo de la familia, los seres queridos y el país de origen”, explica. Ante la posibilidad de plantear la integración multicultural como una respuesta, Rebolledo advierte que recibir migrantes con las puertas abiertas, pero sin una política clara de integración puede provocar la atomización de las nuevas culturas o la creación de gettos.
Francisco Estévez, director del Museo de la Memoria y los DDHH consideró muy aclaradores diversos pasajes del conversatorios, referidos en particular a la visibilización de la mujer migrante que viajó a la capital desde el sur de Chile y, a su vez, el desplazamiento de chilenos hacia el norte y más allá de esa frontera. “En ese tenor, se puede anticipar un enriquecedor debate para las siguientes sesiones de estos conversatorios”, dijo sobre las nuevas fechas que tienen lugar cada miércoles de junio.
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El resto de los conversatorios y el programa, pueden consultarse en el siguiente link:
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Más imágenes del conversatorio “Migración, exilio y desarraigo” en la siguiente galería de fotos
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La transmisión completa del conversatorio en el siguiente video