En el marco del Día del Teatro_Conversatorio “Nuevos directores y nuevas dramaturgias” abordó propuestas de la escena chilena
La nueva dramaturgia tiene como objetivo fomentar la creación escénica desde testimonios de la vida real y llevarlos a escena. Esta nueva dramaturgia, que comienza a inicios del 2000, se ha denominado “teatro documental”, y en ella los personajes en escena relatan sus historias de vida y experiencias.
En el conversatorio, realizado el pasado miércoles 11 de mayo en el marco del Día Nacional del Teatro, la dramaturga Paula González, señaló que su experiencia en este tipo de narrativa se inició con un proceso de investigación sobre la migración del campo a la ciudad de la mujer mapuche, donde la idea inicial era hacer un taller de teatro donde las participantes pudieran aprender una nueva forma de expresión, pero en el transcurso del taller se encontró con el testimonio vivo de las mujeres mapuches y, fascinada por esta realidad, le surge la idea de llevarlas a escena, en un libreto que reflejara la experiencia del grupo y el tema investigado.
Tiempo antes, Paula había conocido el teatro documental en el montaje “Dale Recuerdos” que el director francés Didier Ruiz trajo a Chile el 2007. Para la realización del montaje –que Didier realizaba por primera vez fuera de Francia- el director trabajó con las historias de 10 ancianos de entre 77 y 90 años, seleccionado historias y armado un guión escénico -no escrito- para hacerlos debutar luego en la Sala Santo Domingo de la Universidad Mayor. Una fórmula que el director había desarrollado hacia fines de los 90 creando la Compagnie des Hommes, cuando en Francia se vivía un contramovimiento teatral que buscaba la simpleza sin actores ni autores.
Con esa experiencia Paula Gonzalez se enmarca en su propio proyecto con mujeres Mapuche. “Más que un trabajo teatral estaba haciendo un trabajo social, político y cultural con las experiencias de vida de la mujer mapuche, enfocado en el tema del género y a partir de mi propia experiencia como mujer mapuche, trabajando durante cinco años con mis vivencias, mi identidad y mi cultura”, explica González.
En el conversatorio participó también el actor y director Javier Casanga, cuyo trabajo también se ha desarrollado en la línea del teatro documental. Su trabajo, que se inició desde el enfoque de la igualdad de género, comenzó con una experiencia en un taller de teatro de un colegio de riesgo social en la comuna de Conchalí, donde las niñas no permitían a los hombres participar de este taller. “Para las niñas ese espacio era el único donde podían desarrollar la creación, verlo invadido por hombres era para ellas algo terrible”.
Javier utiliza como primera instancia de creación el cuerpo, desde ahí escribe la escena y el texto, “porque el texto está escrito para ser representado a nivel de cuerpo, especialmente trabajar desde el travestismo, transformar el cuerpo para traspasar algo a la ficción”, señala.
Por su parte, al dramaturgo Sebastián Squella, compartió su trabajo desde la compañía de teatro Perro Muerto, y el camino que han tenido que recorrer para plantear su visión del teatro.
“El teatro tiene mucha relación con lo que uno ve. Esto me gusta, esto no me gusta, desde ese lugar nos planteamos, con vivencias, situaciones, circunstancia y lugares precisos, donde tenemos que buscar las palabras concretas para expresar lo que queremos expresar desde nuestra visión del teatro”.
Y continúa Squella: “el teatro tiene que ver, en primer lugar, con una dinámica de poder abstraerse de las formas de explotación que ofrece el sistema, como colectivo, podemos generar nuevas modalidades de relaciones dentro del trabajo, sin jerarquías, relaciones horizontales”.
Los expositores coincidieron en que estas nuevas formas de hacer dramaturgia pasan hoy por un buen momento, con muy buenas proyecciones.